Historia en Breve
Foto de internet (El Cofidencial).
- Investigaciones recientes demuestran que las bacterias intestinales beneficiosas, conocidas como probióticos, ayudan a reducir la presión arterial y pueden reducir su riesgo de sufrir ataques cardíacos y derrames
- Los metabolitos producidos por ciertos microbios intestinales se han relacionado con mayor riesgo de aterosclerosis, ataques cardíacos, derrames cerebrovasculares y muerte prematura. Incluso entre las personas con factores de riesgo convencionales, al parecer tener un bajo conteo de metabolitos las protege de los problemas relacionados con los coágulos. Los probióticos ayudan a disminuir estos metabolitos
- Las personas que consumen probióticos con regularidad tienden a tener una presión arterial más baja que aquellas que no consumen probióticos
- Las muestras fecales revelan que los antibióticos agrícolas que se les administran a los pollos y ganado tienen la capacidad de afectar su microbioma intestinal
- El pollo proveniente de CAFOs parece ser el peor en lo que respecta a alterar su microbioma intestinal con antibióticos residuales, y se ha relacionado con el rápido aumento de las infecciones urinarias resistentes a los medicamentos
Por el Dr. Mercola
Además de desempeñar un papel clave en su función inmunológica, la salud intestinal ha demostrado ser una poderosa variable de la epigenética, un vanguardista campo de la medicina que destaca el papel que tiene su estilo de vida con respecto a la expresión genética.
Un estudio realizado en 20161 concluyó que los metabolitos producidos por las bacterias intestinales se comunican químicamente con las células de todo el cuerpo y, de este modo, dictan la expresión de los genes. Es decir, las bacterias intestinales determinan en gran medida qué genes se activan y cuáles no.
En general, cada vez más evidencia científica sugiere que un gran componente de una "nutrición saludable" se centra en promover las bacterias intestinales promotoras de la salud. Hacerlo facilita casi todo, desde controlar su peso y optimizar su salud mental hasta reducir sus probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes,2,3,4 cardiopatías e incluso el cáncer.5,6,7
Con respecto a las enfermedades cardíacas, investigaciones recientes demuestran que las buenas bacterias intestinales, conocidas como probióticos, ayudan a reducir la presión arterial y pueden reducir su riesgo de padecer ataques cardíacos y derrames cerebrovasculares.
Mientras que las personas con cantidades inesperadamente bajas de placa, tenían niveles más bajos de estos productos metabólicos, a pesar de tener factores de riesgo convencionales.
Según los autores, estas diferencias no podrían explicarse por medio de su función renal o mala alimentación. Sin embargo, hubo una diferencia en el microbioma intestinal entre los grupos.
Los hallazgos apoyan firmemente la idea de que el microbioma intestinal desempeña un papel importante en su riesgo de aterosclerosis, y que al repoblar su microbioma intestinal con bacterias beneficiosas podría obtener una protección significativa contra los ataques cardíacos, derrames cerebrovasculares y la muerte.
Además de desempeñar un papel clave en su función inmunológica, la salud intestinal ha demostrado ser una poderosa variable de la epigenética, un vanguardista campo de la medicina que destaca el papel que tiene su estilo de vida con respecto a la expresión genética.
Un estudio realizado en 20161 concluyó que los metabolitos producidos por las bacterias intestinales se comunican químicamente con las células de todo el cuerpo y, de este modo, dictan la expresión de los genes. Es decir, las bacterias intestinales determinan en gran medida qué genes se activan y cuáles no.
En general, cada vez más evidencia científica sugiere que un gran componente de una "nutrición saludable" se centra en promover las bacterias intestinales promotoras de la salud. Hacerlo facilita casi todo, desde controlar su peso y optimizar su salud mental hasta reducir sus probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes,2,3,4 cardiopatías e incluso el cáncer.5,6,7
Con respecto a las enfermedades cardíacas, investigaciones recientes demuestran que las buenas bacterias intestinales, conocidas como probióticos, ayudan a reducir la presión arterial y pueden reducir su riesgo de padecer ataques cardíacos y derrames cerebrovasculares.
Los probióticos podrían disminuir su riesgo de enfermedades cardíacas
Hace poco, una investigación8 publicada en la revista Atherosclerosis encontró que los pacientes con cantidades inexplicablemente altas de placa arterial, en función de su edad y factores de riesgo de aterosclerosis, tenían niveles más altos de N-óxido de trimetilamina (TMAO), p-cresil sulfato, p-cresil glucurónido y fenilacetilglutamina--metabolitos producidos por ciertos microbios intestinales.Mientras que las personas con cantidades inesperadamente bajas de placa, tenían niveles más bajos de estos productos metabólicos, a pesar de tener factores de riesgo convencionales.
Según los autores, estas diferencias no podrían explicarse por medio de su función renal o mala alimentación. Sin embargo, hubo una diferencia en el microbioma intestinal entre los grupos.
Los hallazgos apoyan firmemente la idea de que el microbioma intestinal desempeña un papel importante en su riesgo de aterosclerosis, y que al repoblar su microbioma intestinal con bacterias beneficiosas podría obtener una protección significativa contra los ataques cardíacos, derrames cerebrovasculares y la muerte.
Los niveles elevados de TMAO son un poderoso predictor de muerte prematura
Estudios previos han demostrado que los altos niveles de TMAO están asociados con un mayor riesgo de ataques cardíacos y derrames cerebrovasculares, así como de muerte prematura entre las personas con arteriopatía coronaria estable. En un análisis,9 los altos niveles de TMAO en la sangre aumentaron cuatro veces el riesgo de muerte por cualquier causa en los cinco años siguientes. Como explica el Cleveland Heart Lab:10"Cuando las personas consumen ciertos nutrientes, como la colina (que es abundante en las carnes rojas, yemas de huevo y productos lácteos) y L-carnitina (que se encuentra en la carne roja y en algunas bebidas energéticas y suplementos), las bacterias intestinales que los descomponen producen una compuesto llamado trimetilamina (TMA).