Con
los años, el cuerpo humano comienza lentamente a encogerse y los
músculos empiezan a aflojarse a medida que las células mutan y mueren.
Nuestros sentidos, la agilidad mental... todo entra en una paulatina
decadencia. Éste es un proceso que afecta a todos los seres vivos,
excepto a las anémonas de mar, un animal frecuentemente ignorado que
hasta hace no mucho tiempo se pensaba que era una planta.
Las anémonas de mar son animales de
cuerpo blando que se adhieren a las rocas y arrecifes de coral en aguas
superficiales. Y aunque no lo parezca, tienen mucho en común con
nosotros. Pero ello, científicos creen que entender cómo logra
mantenerse siempre joven podría ayudarnos a comprender mejor –y
eventualmente hacer más lento– el envejecimiento en los humanos.
"Animales inmortales"
Hay más de mil especies de anémonas. Su
tamaño varía, unas miden unos pocos centímetros, otras cerca de un
metro. Se les encuentra en todos los océanos del mundo, desde los más
cálidos hasta los más fríos. Se valen de sus tentáculos para inyectar
veneno en los pequeños peces y camarones que se les acercan, y guían a
las víctimas paralizadas hasta un orificio en su cuerpo que hace al
mismo tiempo de boca y ano.
En las condiciones adecuadas su vida
puede ser muy extensa. "Hasta donde sabemos, estos animales son
inmortales", refiere Dan Rokhsar, profesor de genética de la Universidad
de California, Estados Unidos. "Viven por mucho tiempo. Hay registros
de una que vivió por 100 años. No tienen vejez. Viven para siempre y
proliferan. Simplemente se van volviendo más grandes", añade el
investigador.
Efectivamente, si a las anémonas les
cortas un tentáculo, les crece otro. Y si le cortas la boca, la
remplazan con una nueva. Mientras que no las envenenen o se las coman,
como ocurre muchas veces, continúan viviendo.
Ancestro común
Las anémonas de mar parecen evitar los
efectos adversos del paso del tiempo. "Pueden tener tumores, pero hemos
visto muy pocos casos. Están constantemente reponiéndose sin tener
cáncer", señala Rokhsar. En vez de envejecer, se mantienen siempre
jóvenes y en pleno funcionamiento.
Cómo lo hacen no está claro. "Nos
gustaría encontrar al gen o el mecanismo que les permite evitar el
envejecimiento", explica el científico, que está investigando el secreto
de la eterna juventud de las anémonas de mar. Pero incluso si lo
encuentran, ¿arrojaría esto nueva luz sobre el proceso de envejecimiento
en los humanos?
El hecho es que anémonas y humanos
tenemos mucho en común. "Las anémonas de mar son los animales más
simples que tienen un sistema nervioso", dice Rokhsar. "Y aunque éste no
está organizado de la misma manera que el nuestro, las anémonas tienen
una red de neuronas que les permite responder a los estímulos y ser
depredadores muy activos".
Sus tentáculos pueden dejar a una presa
inmóvil, su boca puede abrirse y cerrarse voluntariamente y tienen un
aparato para digerir alimentos. Todo esto apunta a un ancestro común con
los seres humanos.
Similitudes
"Hemos encontrado muchas similitudes que
no hemos visto al comparar humanos con moscas de la fruta o nematodos",
comenta Rokhsar. Hay paralelismos en la forma en que están organizados
los genomas y en las formas en que los genes están estructurados, lo que
revela "un vínculo que se remonta a 700 millones de años".
Pero también hay reflexiones
filosóficas. "¿Hasta qué punto la inmortalidad de una anémona de mar y
la de un ser humano son la misma cosa?", se pregunta Rokhsar. Una
anémona de mar vive sencillamente el momento. La gente, por otro lado,
tiene pensamientos, conciencia y recuerdos que quiere retener.
Y mantener esto intacto en un cuerpo que
se regenera no es algo en lo que nos puedan ayudar las anémonas. "Esto
está en otro orden de cosas", concluye Rokhsar.
Fuente: BBC Mundo
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