La salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.
(Cervantes).
El bajo vientre es lo que hace difícil que el hombre se considere un dios.
(Nietzsche).
En el artículo sobre bioelectricidad, vimos hasta qué punto el cuerpo humano está polarizado en torno a dos grandes centros metabólicos de estructura laberíntica y sinuosa: el cerebro (la voluntad y lo espiritual) y los intestinos (el instinto y lo carnal). También hemos visto cómo, a lo largo de la evolución humana, estos dos centros han "competido" en cierto modo por acaparar la mayor parte de energía, inclinándose la balanza metabólica a favor del cerebro cuando, gracias a la revolución carnívora, el hombre simplificó su aparato digestivo, reduciendo los requerimientos energéticos de sus vísceras y permitiendo desviar "capital metabólico" hacia la construcción de tejidos (especialmente la materia gris y el neocórtex del cerebro) y otros procesos. Así mismo, ya se ha mencionado hasta qué punto una digestión pesada produce pesadez en el pensar y en el actuar. ¿Significa esto que reducir la actividad digestiva equivale a mejorar el resto de funciones del cuerpo?
La tradición china denomina "dantians" a los principales centros energéticos del cuerpo humano. El inferior es llamado Xia, coincide con el centro de gravedad del organismo y con lo que los hinduistas llaman chakra Svadisthana (plexo prostático o uterino según la ciencia moderna). El superior se llama Shang (el Ajña hindú o plexo cavernoso) y el medio, Zhong (Anahata, o plexo cardiaco)....