En mi anterior colaboración estuve hablando de uno de los pilares de la tradición hermética: la astrología. En particular en su vertiente quizá más desconocida: el uso de la astrología como método de diagnóstico (astrología médica). Decía en el aporte anterior que la Tradición Hermética (de Hermes Trismegistos) se fundamenta en tres pilares fundamentales: la Alquimia, la Astrología y la Kábala. Quiero aclarar aquí que no soy cabalista y tampoco me denomino alquimista (denominación que muchos se adjudican en la actualidad con demasiada alegría).
Hoy voy a hablar de una de las formas de manifestación de la Alquimia: la espagiria, ciencia a la que algunos han llamado la medicina tradicional de occidente, más concretamente mediterránea. Pero siendo fieles a la verdad, decir esto de la espagiria es como afirmar que la medicina tradicional china consiste en poner agujas. Lo que realmente consideró la medicina tradicional de occidente es la medicina hipocrática, heredera directa de la medicina ayurvédica.
Pero es evidente que lo primero que he de hacer es explicar qué es la espagiria.
De forma concisa, puedo deciros que la espagiria es un sistema que, apoyándose en la Alquimia, permite producir medicamentos. Debemos su nombre a Paracelso, médico alquimista del siglo XV. En su opus paraminum nos dice:Es la primera vez que aparece esta denominación creada por él mismo, para diferenciar lo que es la Alquimia como Gran Obra de transmutación de la Alquimia medicinal.
“Por eso aprende la Alquimia, que de otro modo es llamada Espagiria, ella enseña a separar lo falso de lo justo”.
De hecho, Paracelso sostenía que el fin último de la alquimia no era producir oro, idea muy común hasta nuestros días, sino producir medicamentos.
A pesar del paralelismo entre la espagiria y la farmacología moderna debemos tener en cuenta algunos importantes matices.
- El primer matiz es que la espagiria es Alquimia. Es decir, produce remedios que actúan de forma simultánea sobre el cuerpo, la psique y el espíritu de la persona que los toma.
- Otro matiz: el espagirista, es decir, aquel que realiza remedios espagíricos, dispone de “tecnología” que le permite cargar sus remedios de Energía Vital, Orgón, Prana, Ruh, Spiritus Mundi… O como quiera que queramos llamar al principio vital que emana del Creador y que anima todo lo creado.
- Otro matiz más: la realización del remedio espagírico solo es posible usando la astrología. Es impensable un espagirista que no sea además astrólogo.
Para entender aún más las diferencias entre la espagiria y la farmacéutica vamos a enfocarnos principalmente en lo que se denomina espagiria vegetal y que sería muy parecida a la fitoterapia convencional.
En la fitoterapia lo que nos indica la acción terapéutica de una planta medicinal son lo que conocemos como principios activos: flavonoides, alcaloides, taninos, etc. Sin embargo para la espagiria los principios activos son tres y siempre los mismos:
Mercurio, Azufre y Sal
Esta denominación nos remite a un pasado lejano en que los alquimistas estaban íntimamente ligados a los gremios de metalúrgicos, por lo que es muy frecuente que además de usar tecnologías parecidas, particularmente en la alquimia y en la espagiria mineral, adoptaron nombres de materias conocidas para denominar de forma simbólica determinadas manifestaciones en el macrocosmos y en el microcosmos con las que guardaban similitud. Según una ley Hermética ya conocida por todos:“Lo que está más abajo es como lo que está arriba y lo que está arriba es como lo que está abajo. Actúan para cumplir los prodigios del Uno”. (Tabula smaragdina, Hermes Trismegistos).Siguiendo esta ley de similitud se estableció que todos los seres están compuestos en mayor o menor grado por tres principios que fueron denominados:
Mercurio: principio femenino de fluidez, de adaptabilidad, de penetrabilidad. Se relaciona también con todo lo sutil, lo volátil, lo intangible. En el ser humano sería el polo neurosensorial y en el mundo vegetal lo que permite que los principios curativos actúen en el lugar correcto de acuerdo a la influencia planetaria. Sería el principio intangible al que deben su acción los remedios homeopáticos y de la medicina floral del doctor Bach.
Azufre: Principio masculino de acción y combustión. Lo que provoca reacción y vitalidad a los cuerpos. En el ser humano sería el principio catabólico (metabolismo, digestión, generación de calor y energía defensiva) y en el mundo vegetal englobaría la mayoría de lo que para la farmacología serían principios activos en particular los aceites esenciales.
Sal: El componente mineral que todos los cuerpos poseen. Sería un principio anabólico, de sostenimiento de la estructura y de reparación de tejidos. En el mundo vegetal son las sales minerales de las plantas que además de ser muy útiles para el ser humano forman parte del secreto que los alquimistas denominan el “imán del espíritu universal” y que sería esa “tecnología” capaz de atraer energía vital de la que hablé con anterioridad.
De estos tres principios emanan los cuatro elementos: Fuego, Agua, Aire y Tierra.
Además responden a una dinámica frío- calor, humedad-sequedad común tanto en la medicina hipocrática como en la china y la ayurvédica.
Evidentemente por razones de espacio no voy a entrar en más razonamientos pero cuando hablemos de Alquimia y de Kábala me permitiréis explayarme un poco más en cosmogonía y en filosofía hermética.
Por último, la espagiria clasifica las plantas medicinales (también metales y gemas) en siete grupos, cada uno de ellos asociados a la influencia de un planeta de los que en astrología denominamos planetas personales, a saber, Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno.Nicholas Culpeper, en su “THE ENGLISH PHYSICIAN” nos describe de la siguiente forma una planta, en este caso la consuelda menor (traducción libre):
“…Influencia y virtudes: está bajo el dominio de Marte, caliente, seco y colérico y atrae las acciones que Marte provoca en el cuerpo del hombre por simpatía, como la carne atrae el veneno de las víboras y al hierro el imán.
Mata a los gusanos, ayuda a la gota, calambres y convulsiones, provoca la orina y ayuda a todos los dolores en las articulaciones. Ayuda a todos los dolores fríos de la cabeza, el vértigo, enfermedades infecciosas, el letargo, el cólico del costado, las obstrucciones del hígado y del bazo, piedras en los riñones y la vejiga. Provoca los nacimientos, provoca el aborto, es excelente para los dolores de los tendones, la comezón, la piedra y el dolor de muelas, la picadura de los perros locos y bestias venenosas y purga con mucha suavidad…”Un espagirista, por tanto, elegiría esta planta, o cualquiera que estuviese bajo la influencia de Marte (caliente y seco) para tratar cualquier enfermedad lunar (fría y húmeda) de acuerdo con los fundamentos de la medicina hipocrática más tradicional.
Esto es lo que Paracelso quería decir cuando escribió: el astro se cura con el astro… frase que ha servido para que algunos identifiquen a la espagiria como madre de la homeopatía.Sin embargo parten de enfoques terapéuticos radicalmente diferentes. La homeopatía parte del principio “similla similibus curantur…” es decir, lo semejante se cura con lo semejante. Hanneman, el creador de la homeopatía parte de una experiencia empírica: hay sustancias que en un individuo sano provocan síntomas similares a los que muestran determinadas enfermedades. Usando esa sustancia muy diluida, sería capaz de estimular la capacidad curativa del individuo que de forma natural eliminaría la enfermedad. La “vis natura medicatrix” de los hipocráticos.
Pongo un ejemplo muy conocido entre los homeópatas que es la ipecacuana. Usada en fitoterapia como provocador del vómito, administrada homeopáticamente trataría determinados tipos de náuseas.
Para la espagiria lo que ahí está actuando es lo que nosotros denominamos “principio mercurial” de la sustancia, es decir, la información energética sutil, no analizable por los métodos científicos modernos. Un espagirista no tiene ninguna duda que la homeopatía o la terapia floral de Bach (más cercana a la espagiria en sus planteamientos), funcionan.
Pero enseguida nos asalta una duda: ¿Por qué la homeopatía no funciona siempre?
Yo planteo dos hipótesis: la primera es que fue mal prescrita. Se requiere ser un homeópata muy experimentado y además muy buen médico para usar el remedio homeopático adecuado. Decía un buen amigo, Miguel Ángel Benavides, al que considero uno de los mejores homeópatas que conozco, que uno de sus maestros se consideraba nada más (y nada menos) que un médico con amplios conocimientos en homeopatía.La segunda me remite a unos de los secretos espagíricos descritos anteriormente: El paciente no tenía energía suficiente para reaccionar al estímulo de la sustancia administrada.
Para la espagiria un remedio es completo si participa de su Mercurio: información, onda de forma; su Azufre: principios activos, sustancias reactivas, el fuego metabólico; su Sal: sales minerales y matriz cristalina que fija y transporta la información del Mercurio. Además de lo más importante: el remedio espagírico cede a la persona que lo toma el espiritus mundi que habíamos comentado que el espagirista es capaz de captar en la elaboración del remedio.Para terminar esta primera aportación sobre un tema como veis muy amplio propongo para el que desee realizarlo un experimento espagírico: la creación de una tintura espagírica.
Como habíamos hablado de una planta de Marte, vamos a usar otra planta del mismo grupo pero muy fácil de conseguir:
la ortiga
Como su signatura es principalmente marcial, comenzaremos el proceso un martes. Efectivamente, los días de la semana corresponden a las siete fuerzas planetarias descritas anteriormente. ¡Premio para el observador perspicaz!Las horas astrológicas asociadas a Marte corresponderían a la primera hora y a la octava contando desde el momento en que sale el sol por el horizonte.
Por tanto deberemos cortar la planta durante la primera hora de la salida del sol o a la octava hora después de la salida del sol. Mejor si aprovechamos el alba para realizar alguna oración o meditar antes de la recolección.
Añado aquí que un espagirista además buscaría un momento en que la posición astrológica de Marte fuese la de mayor dignidad, pero de eso ya hablaremos.
Una vez lavada, la picamos finamente y luego la machacamos en un mortero.
A continuación la ponemos en un recipiente que podamos tapar y vertemos sobre ella alcohol de vino de buena calidad. Puede valer un aguardiente de orujo de buena graduación aunque los espagiristas generalmente preferimos destilarlo nosotros mismos a partir de vino. Es lo que llamamos spiritus vini. Otra diferencia con la farmacia moderna; no nos vale cualquier alcohol etílico tipo ron o vodka. Ha de ser alcohol procedente del vino.
Debes dejar que el alcohol cubra la planta como un dedo por encima. Deja el recipiente en un lugar cálido durante 28 días y agítalo por la mañana y por la noche. Si lo pones al sol, tapa el recipiente con algo que impida que le den los rayos directos. Una vez terminados los 28 días filtra tu tintura de Marte y exprime el residuo para aprovechar todo el líquido que añadirás a lo filtrado.
Esa planta ya estrujada la pones en un plato metálico o sartén de hierro y la calcinas en un hornillo hasta someterla a cenizas. Una vez que las cenizas están bien blanqueadas, añádelas al recipiente donde tienes depositado el líquido y déjalo en sitio caliente durante otros 28 días agitando diariamente.
Me permito aquí guardarme un secreto espagírico, el de la captación del espíritu universal. Se lo comunicaré gustosamente al que una vez realizada la calcinación y antes de añadirla al líquido como he descrito anteriormente, me lo solicite.
Después de ese tiempo tendrás tu primera tintura espagírica y habrás iniciado tu camino como alquimista, si Dios quiere.
Esta tintura servirá de forma extraordinaria para la anemia (el hierro es el metal de Marte), impulso vital, capacidad emprendedora, expulsión de bilis y por tanto depuración hepática (la bilis es estimulada por la fuerza de Marte).
Pedro Cano
Naturópata espagirista, director de Kepher, escuela de espagiria y fitoterapia mediterránea.
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