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17 abr 2016

Constelaciones Familiares: sanación del espíritu



Hace un tiempo que quería hablar de Constelaciones Familiares, mi primera toma de contacto fue hace casi dos años, de pronto alguien me dice que se iba a constelar, “¿constelar?, ¿y eso que es?”. Lo primero que se me pasó por la cabeza era algo relacionado con los planetas o estrellas, algo así como una carta astral… pues no era eso precisamente.
 
Me puse a ver un poco en internet de qué se trataba y me encuentro con Bert Hellinger, un ex

sacerdote alemán, que se metió de lleno en la pedagogía y psicología, en su estudio y la aplicación de distintas terapias de relevancia en su época (dinámica de grupos, terapia primal, análisis transaccional, hipnosis…) desarrolló su propia terapia conocida como “constelación familiar”, basada en la Terapia Sistémica. Es un enfoque amplio, se presta atención a la dinámica y comunicación del individuo no de forma aislada, sino en la interacción con los demás dentro de un sistema o sub-sistema, llámese familia, trabajo o entorno, por eso es aplicable a múltiples situaciones.
Lo que propone es una cura para el alma sanando las relaciones y parte de la idea de conciencia colectiva o inconsciente colectivo. En nuestro inconsciente manejamos información de siete generaciones hacia atrás y a través de la constelación traemos al consciente una memoria familiar. Cuando venimos a este mundo ya traemos en nuestra memoria celular un largometraje, para nosotros nacer es como empezar la peli, pero la misma ya ha comenzado hace mucho tiempo atrás. Eso también forma parte de nosotros, de nuestra personalidad, de nuestras alegrías y tristezas y por correspondencia, es también la fuente a dónde recurrir para sanar.
Después de leer un poco sobre ello, todavía no tenía claro cómo funcionaba y el Universo que todo lo sabe, me puso en el camino a una persona que me invita a participar en una sesión.
Cuando llego al sitio veo que hay un círculo de sillas dónde todos se van acomodando, algunas cajas de pañuelos, la terapeuta se sienta y deja una silla vacía a su lado. Hace su presentación y pregunta quien se va a constelar,  yo por curiosidad levanto mi mano, no tenía muy claro que iba a decir o hacer.

Pues como “la curiosidad mató al gato”, me eligen primero, me hace sentar a su lado y le expongo un tema que me inquietaba, me hace elegir a las personas que representarán esa situación y me pide que las coloque según mi criterio en el centro, a partir de ahí comenzó el proceso. Es algo que sólo se puede vivir y experimentar, las personas se empiezan a mover, se colocan de una forma u otra, lloran, ríen, se abrazan, se separan, tienen diferentes reacciones físicas y emocionales que no sabes bien de dónde vienen, algunas eran evidentes para mí  y otras no tanto, pero sí reveladoras; quedé sorprendida además de hecha un mar de lágrimas, ahí supe el por qué las cajas de pañuelos. Todo esto, siempre con la guía de la terapeuta, quien va incorporando personas al centro dependiendo de lo que interprete.
Además de ser constelada, también participe como “representante” en otras constelaciones y pude comprobar en mis propias carnes esa guía interior que hacía que me moviera o canalizara emociones, sin tener conocimiento previo de qué estaba representando o a quien… ahí comprobé más que nunca que existe una unión espiritual, que todos formamos parte de una conciencia colectiva o que estamos conectados más allá de lo que la mente racional puede comprender.  Si no, no se comprende como de repente las personas intervinientes se transforman en médium, movidos por el poder de otras fuerzas.
Aquí se encuentra cada quien directamente ante aquel poder espiritual que dirige su vida. Conduce a cada uno, si se le confía, a otra libertad más allá de los límites de nuestra conciencia y paso a paso nos libera de nuestras implicaciones sistémicas. 
Te preguntarás si esto tiene algún resultado, pues al principio no lo vi muy claro, a mi me sirvió para tomar conciencia, para perdonar y dejar de culpar y hoy podría decir que está sanado, la constelación tiene su efecto en el tiempo y también el grado de efectividad pasará por tu capacidad de aceptación, por tu apertura y por el conflicto a sanar, a veces no basta con una sesión, sino que hay que profundizar más o sanar otros aspectos. Seguramente te preguntarás:

¿QUÉ SE PUEDE CONSTELAR?
  • Cualquier problema de relación parental, pareja, hijos, padres, hermanos.
  • Enfermedades sistémicas, patológicas, desórdenes de conducta.
  • Adicciones.
  • Problemas de relación, empresariales, económicos, profesionales.
  • Conflictos emocionales por muerte, aborto, exclusiones, etc.
¿CÓMO ME AYUDARÍA?
La constelación identificará en el conflicto los nudos que están trabando el perfecto desarrollo de nuestra vida, desatando esas trabas permitirá restablecer el equilibrio de las personas comprometidas en el sistema permitiendo que fluya el amor y volviendo a su orden natural, de lo que se trata es que el individuo esté en armonía con su destino y con el lugar que ocupa dentro del grupo en el que interactúa.
El beneficio no es sólo para el consultante sino para todo el clan o alma familiar, los cambios transcienden lo personal, porque se sana a nivel espiritual. También favorece a las futuras generaciones.
Existen muchos profesionales que realizan esta terapia y si aún tienes alguna duda, te animo a que lo intentes, puede que salgas sorprendido de lo que descubrirás.

**La familia tiene una memoria, lo que de ella sale a la luz, es un regalo para nosotros**
Univergia
Crecer, vivir de forma sana y saludable, conectar con el Yo interior… es un camino que debemos hacer nosotros mismos, pero no estamos solos.

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