Las
cosas se convierten en un sustituto, hoy trataré de explicarlo, lo
cierto es que cuanto más posees, menos puedes amar, y el amor es la
puerta. O, cuanto menos puedes amar, más comienzas a poseer cosas…
Nace un niño y la madre lo ama.
Se han hecho muchos estudios donde los
psicoanalistas han estado demostrando en sus investigaciones que “si la
madre lo ama, el niño nunca bebe demasiada leche”, nunca, porque él
sabe, es una comprensión tácita, que la madre está siempre disponible y
está siempre lista a compartir.
¿Entonces cuál es el miedo?
Si
la madre ama al niño, el niño tomará solamente tanta leche como sea
necesario. Si el niño es amado, nunca verás un vientre grande en el
niño.
El
niño estará proporcionado. De hecho la madre estará constantemente
preocupada de que el niño no está comiendo o bebiendo o tomando todo el
alimento que es necesario.
Pero el niño ha entendido que siempre que la necesidad aparece, la madre está allí. Él puede confiar en el amor.
Pero si la madre no ama al niño, entonces él está asustado del futuro.
El
amor no está allí, la comprensión tácita no está allí, así que siempre
que él tenga la oportunidad comerá tanto como pueda, beberá tanta leche
como pueda.
Ahora ya se está convirtiendo en un avaro; ya ha empezado a acumular cosas en el cuerpo. Está asustado.
¿Quién sabe acerca del mañana? Esta madre no es confiable, él tiene que acumular para las emergencias. Entonces acumulará grasa, comerá más.
La gente que no ha sido amada en su niñez sigue comiendo más. Ninguna
dieta puede ayudar a menos que surja el amor. Ellos comerán, el comer se
ha convertido en un substituto del amor. Si alguien los ama, verán
inmediatamente que el comer en exceso se ha detenido.
Tanto el amor como el alimento provienen del pecho de la madre. La
primera experiencia del amor es del pecho de la madre y la primera
experiencia del alimento es también del pecho de la madre.
Tanto
el amor como el alimento llegan a estar asociados. Si hay menos amor,
tiene que ser substituido por más alimento. Si el amor es suficiente,
puedes permitirte no comer mucho. No hay necesidad.
¿Lo has observado?
Siempre
que te enamoras profundamente, el hambre desaparece. No sientes hambre.
El amor satisface tan profundamente que te sientes lleno. Entonces uno
empieza a comer cada vez menos.
Una mujer me estaba hablando muy desconcertada. Su marido había muerto y
me dijo, -He estado guardando un secreto. No se lo he dicho a nadie
porque nadie entenderá. Pero puede que tú entiendas, así que te lo estoy
diciendo. Y me sentiré aliviada ya sea que lo entiendas o no. Pero por
favor no se lo digas a nadie-
Dije, “¿Qué ha sucedido?”
Ella dijo: -Cuando mi marido murió, por la noche me sentí muy
hambrienta. El cadáver yacía en la casa. “¿Qué pensará la gente si voy a
comer?” Toda la familia estaba despierta, algunos parientes habían
venido y muchos amigos estaban allí juntos. Y sentí mucha hambre, tanta
como nunca había sentido-
¡Así que ella tuvo que entrar a su propia cocina como un ladrón! En la oscuridad, ella comió. Y ahora, desde entonces, se ha estado sintiendo culpable.
–Mi
marido había muerto ¿Era ese el momento de sentirse hambrienta? Su
cadáver yacía allí. Yo era como un ladrón, comiendo en la oscuridad de
mi cocina-
Ella
me preguntó, ¿Qué sucedió? Le dije, es un hecho simple. La persona que
amabas, murió. Inmediatamente, te sentiste vacía. Ahora ese vacío tuvo
que ser llenado con algo.
Reflexión;
desde entonces he estado hablando con mucha gente y he llegado a la
conclusión que siempre que estás triste, comes más. Siempre que tienes
una tristeza profunda, te sientes más hambriento.
Siempre
que estás feliz, fluyendo alegre, amoroso, y el amor te colma, ¿A quién
le importa comer mucho? Entonces incluso una pequeña cantidad de
alimento es suficiente, porque el amor nos está nutriendo.
La gente que no puede amar se vuelve siempre avara: posesiva, acumuladora de cosas.
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