Tenemos
 noticias en las fuentes escritas y en la tradición oral de su 
discriminación desde el siglo XV, manteniéndose incluso hasta los 
principios del siglo XX. En Arizkun, en el barrio de Bozate incluso hoy 
día se puede respirar ese miedo ancestral. Parece mentira pero hoy, en 
pleno siglo XXI, existe el silencio por respuesta. Es muy raro que los 
vecinos se decidan a hablar de lo que fueron los agotes y sus 
descendientes.
El término agote de hecho es bastante 
reciente en la literatura, llegándonos desde el siglo XVIII, en siglos 
anteriores, debido en parte a la tradición oral, eran conocidos como 
cagots en el área francesa, de cuyo término derivaría agote o agota o el
 plural en euskera agotak y cuyo significado podría ser perro godo, 
can-got como veremos más adelante. También se les conocía como gafos, 
término que hace relación a la lepra, al igual que ladres, mesillos 
(terminología empleada en Navarra).
Su origen es tan dudoso y 
tan oscuro como la información que ha llegado a nuestras manos. La 
teoría más aceptada, puesta hoy en duda, es que podría proceder de los 
antiguos godos que habrían dominado la Aquitania, dando mala vida a los 
vascones, y que posteriormente se hicieron cristianos. La etimología de 
la palabra agote vendría de ca-got o perro godo, de ahí posteriormente 
cagot (en Francia) o agote. Pero realmente en los siglos posteriores a 
la breve dominación goda, no tenemos constancia de estos términos. En 
realidad las primeras crónicas “fiables”, parecen reconocer a los agotes
 como leprosos. Curiosamente este supuesto origen es la causa de su 
estigmatización, al portar y padecer la considerada “lepra blanca” de 
origen hereditario, tenían una particular fetidez, un aliento 
corrompido, falta de lóbulos en sus orejas y otra serie de 
peculiaridades físicas. No obstante si eran considerados enfermos 
¿porque en la sociedad de la época no se les recluyo de manera 
definitiva?, etiquetar como leprosos a una comunidad tanto tiempo parece
 algo poco creíble, puesto que gozaban de buena salud. No tenemos 
respuesta.
Una última teoría los otorgaría un origen cátaro, 
producto de las migraciones de los mismos en Europa, pertenecientes a 
los gremios de artesanos y obreros.
La segregación fue tan 
brutal que no podían entrar a la iglesia por donde entraban en resto de 
los cristianos, no podían compartir la pila bautismal ni otros 
sacramentos como la comunión, no era posible que pudieran establecerse 
dentro del ámbito urbano y tampoco tenían derechos de vecindad aunque 
llevaran tiempo residiendo en el lugar. Era de obligado cumplimiento que
 se identificaran como agotes y además se les obligaba a practicar la 
endogamia. Se les acusaba de herejes aunque eran cristianos, de 
leprosos, de portar epidemias, etc.
En el suroeste francés 
fueron también muy numerosos, conocidos como cagots, sin embargo la 
documentación se perdió durante la Revolución, puesto que fueron los 
primeros interesados en que se perdieran sus orígenes al convertirse en 
ciudadanos republicanos de pleno derecho.
A los agotes que 
residían en el País Vasco y País Vasco Francés cuando se movilizaban se 
les imponía a llevar algún distintivo especial, por lo general una pata 
de ganso, o en su lugar un pedazo de tela con la forma de la pata del 
palmípedo, que finalmente se sustituyó por un trapo rojo cosido a la 
ropa. En algunas zonas se les obligaba a llevar una campanilla que fuera
 anunciando su presencia. Se les prohibió la entrada a determinadas 
zonas de la comunidad y quedando reducidos a determinadas zonas del 
núcleo urbano, se les obligaba a permanecer en ellas, no permitiendo que
 visitaran ciertas zonas comunales como ríos, fuentes, determinados 
barrios etc.
Físicamente, aún dados la endogamia y lo poco 
numeroso del grupo hoy día sus descendientes son exactamente iguales que
 el resto de la población, tenemos que tener en cuenta que en Bozate 
encontramos apellidos de clarísima procedencia agote. Es curioso como 
las descripciones son muy variables, los autores que defienden su 
procedencia germánica los describen como rubios y corpulentos, los que 
se inclinan por su procedencia sureña, más bajitos y morenos. El propio 
Pío Baroja describe a los agotes de Bozate como fenotipo centroeuropeo, 
no obviando que algunos ancianos agotes podían tener rasgos más morenos o
 mediterráneos, lo cual defendería un tipo mixto, más en consonancia con
 una sociedad donde posiblemente la endogamia ya no se llevaba tan a 
rajatabla. Su sobrino Julio Caro Baroja, se inclina a la descripción 
física centroeuropea.
No tenemos constancia de que pudieran 
presentar anomalías genéticas o alguna característica peculiar, pero la 
estigmatización lo que hace en ocasiones es inventarlas directamente y 
se les acusó de cierto grado de idiotez hereditaria, de cretinismo, de 
ser enanos montañeses similares a los pigmeos, de trabajar sin educación
 y de solo ser capaces de trabajar en el campo, de lujuriosos, de 
excesivamente tímidos etc.
Lo que si podemos afirmar es que 
demasiado sufrimiento heredado por estos pueblos y que incluso hoy día, 
pretender mantener el silencio es producto del estigma y de la presión 
social que sufrieron estas pobres gentes.

visto en:medicinaymisterio.blogspot.com.e 
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