Los
 experimentos realizados sobre el ser humano son tan antiguos como la 
propia historia de la medicina. Desde la medicina precientífica con 
chamanes y curanderos, donde el empirismo refleja la experimentación en 
el hombre, es decir esto funciona y cura porque no mata, hasta la 
actualidad vamos a ir viendo como se pasa de las buenas prácticas 
terapéuticas al ensañamiento más encarnizado.
En su texto Fronteras de la Medicina,
 el profesor Reverte Coma nos hace ver como desde la creación de los 
primeros hospitales, las primeras terapias, las primeras universidades y
 docencia, se ha experimentado sobre el ser humano: el Hospital y el 
enfermo hospitalario es un medio de ensayo, un medio de experimentación....
Desde
 lo que conocemos como el principio de la Medicina vemos ejemplos como 
el epigrama de Marcial en el que se queja a Símaco, el médico que le 
atendió con sus aprendices: “cien manos me tocaron, antes no tenía 
fiebre y ahora si”.
En el siglo III, Celso cita en De re médica
 que en Alejandría Herófilo y Erasistrato fueron quienes realizaron las 
primeras autopsias sobre cadáveres y las primeras vivisecciones sobre 
individuos vivos que eran los reos condenados a muerte.
Hipócrates
 (460 a. C. ) redacta su juramento hipocrático, seguido incluso en la 
actualidad, donde refleja que el médico debe ponerse al servicio de la 
salud y del hombre. Aunque la escuela hipocrática no realiza autopsias, 
si que basa en una experimentación su terapéutica.
Galeno, 
aunque no hizo autopsias sobre el ser humano, si lo hizo en animales, 
formalizando lo que desde entonces se considera experimentación clínica,
 que hasta el Renacimiento con Vesalio no vuelve de manera oficial a 
practicarse.
Andreas Vesalio, médico personal de Carlos V 
realiza en Flandes multitud de autopsias en cadáveres humanos 
corrigiendo antiguos errores anatómicos.
Harvey a través de 
experimentos controlados en seres humanos es capaz de descubrir la 
circulación sistémica tal como la conocemos.
Podemos ver 
muchos más ejemplos, Falopio, excelente anatomista de Pisa, para 
descubrir los efectos del opio, solicitó al Duque de Toscana la entrega 
de dos condenados a muerte. Uno de ellos fallece y el otro no, lo que le
 es útil para su estudio, no obstante al continuar suministrando opio al
 sujeto, éste finalmente fallece.
Danys en 1667 comenzó a 
realizar las primeras transfusiones de sangre, inyectando 250 ml de 
sangre de cordero en las venas de un niño de 16 años, que obviamente 
falleció.
Quizás el caso más llamativo sea la creación de las 
vacunas, que como muchos sabemos se la debemos a Edward Jenner en el año
 1798, en el que demuestra la efectividad de la vacuna de la viruela.
Jenner
 observó que las vacas padecían una enfermedad llamada Vaccina o viruela
 de las vacas (cowpox), que produce erupciones en las ubres semejantes a
 las que produce la viruela humana. Las vacas contagiaban la enfermedad a
 las lecheras que las ordeñaban, en las que aparecían pústulas en las 
manos, de carácter benigno.
Sin embargo estas personas se 
volvían inmunes contra la viruela humana, lo que le llevó a la idea de 
inocular a una persona sana con la viruela de las vacas para conferirle 
inmunidad frente a la terrible enfermedad.
El 14 de mayo de 
1796 inoculó pus de una pústula de la mano de la ordeñadora infectada 
Sarah Nelmes a un niño de 8 años llamado James Phipps.  
Este 
desarrolló una enfermedad leve entre el 7º y el 9º día con una vesícula 
en los puntos de inoculación, que desapareció sin incidencias. El 1 de 
julio, inoculó al niño con la viruela humana, sin producir enfermedad, 
quedando inmunizado.
Hasta el momento hemos visto ejemplos que
 realmente aunque muy cuestionables éticamente no han supuesto para 
entendernos un crimen contra la humanidad, un genocidio.
Lo veremos más adelante.
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