Drlopezheras.com
Pero,
realmente ¿Influye la mente en la susceptibilidad a enfermar o en la
facilidad para recuperarse de una enfermedad? Con este post comienzo una
serie de entradas que considero de las más importantes que tengo
pensado escribir en este blog, pues es a nivel de las neurociencias, de
la comunicación intercelular, de la inmunología, y la genética y la
epigenética, donde se están dando los avances más importantes en el
conocimiento del funcionamiento del cuerpo humano y del que veremos en
un futuro no muy lejano grandes avances en medicina y salud que cambirán de forma radical la manera en que tratamos muchas de las enfermedades.
No quiero postponerlo más, pues muchas de las cosas a las cuales hago y
haré referencia en otros post se basan en este concepto tan complejo.
Conocí el término Psiconeuroinmunología alrededor del año 2003 mientras estudiaba un postgrado sobre Terapias Naturales en el Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona en el que nos hablaron sobre Terapia Neural. Me resultó tan revolucionario y al mismo tiempo tan evidente, que al año siguiente hice un curso de Terapia Neural en la misma escuela para profundizar en el tema. Posteriormente, encontré un asignatura de Psiconeuroinmunología en la Universidad de Barcelona (UB) dentro de la carrera de Psicología y varias referencias a ella en el Grado de Psicología del cual estudié algunas asignaturas básicas en aquella época. Aunque me parecían conceptos más asociados medicinas alternativas y energéticas, el Yoga, la Medicina Tradicional China o Ayurveda, acabé descubriendo que es ciencia pura, y la base que confirma la estrecha relación que existe entre el cuerpo y la mente, entre la salud emocional y la física. Muchos médicos lo intuimos, pero en cambio ha caído en el olvido ante la promesa del reduccionismo, de la búsqueda de una única causa-efecto externa y la curación por el medicamento.
La Psiconeuroinmunología también conocida como Psico-neuro-inmuno-endocrinología es el estudio de la interacción bidireccional que existe entre la psique (mente y emociones), sistema nervioso, sistema endocrino y sistema inmunológico. Podríamos alargar todavía más el nombre y llamarla pisco-neuro-inmuno-endocrino-cardio-gastro-neumo-nefro-gine-urología, pero no hace falta, las cuatro primeras palabras conforman el eje Psique-Sistema nervioso-Sistema Endocrino-Sistema Inmunológico, que conecta nuestra mente con todas las partes de nuestro cuerpo, y que es el responsable de su buen funcionamiento y del mantenimiento y recuperación de la salud, en la mayoría de los casos.
AVISO No debemos confundir el estudio de la psiconeuroinmunología, con los análisis de laboratorio que se venden en la calle sobre el estrés y psiconeuroinmunología. Aunque relacionados, todavía no está claro como se pueden interpretar los resultados de los mismos como para sacar conclusiones fiables. Hoy por hoy es un mero negocio que aporta poco valor sobre el estado de la persona. No necesitamos una cara analítica para decirle a alguien que está estresado...eso es fácil de averiguar con una simple entrevista clínica.
La enfermedad como desequilibrio biopsicosociomedioambiental. El modelo biopsicosocial de la salud
El modelo biopsicosocial de la salud y la medicina fueron descritos en el año 1977 por George L Engel ( "The need for a new medical model: a challenge for biomedicine") (1) e implica un cambio respecto al modelo biomédico que todavía hoy es predominante a efectos prácticos.
Nuestro cuerpo funciona como un todo interconectado entre sí y con el medio que le rodea. Cuando una parte enferma no es sólo porque esa parte está enferma, si no que es la manifestación de un desequilibrio en todo el sistema "cuerpo humano" que se manifiesta en ese síntoma o enfermedad.
El desequilibrio ha de verse en un contexto más amplio, en un sistema que incluye la micro salud (la del ser humano que enferma, la psique y cuerpo) y la macro salud (la del entorno que le rodea, incluida las relaciones personales, el entorno social, laboral, el barrio, la ciudad, el país, el planeta y el medio ambiente donde vive la persona). Ambos se encuentran influenciados entre si. Cuando alguna de estas partes falla, desequilibra al resto produciendo como consecuencia y manifestación esa enfermedad. El cuerpo y su entorno forman una unidad que condicionan el estado de salud y enfermedad. Y el síntoma o enfermedad es solo un aviso que nos dice que algo falla en algún punto del sistema, al contrario que el modelo biomédico que solo ve al órgano enfermo.
No nos enferma el estómago o el riñón de forma aislada, sino todo nuestro cuerpo e incluso todo nuestro entorno. Podemos tener un conflicto laboral con nuestro jefe o un problema de relación con nuestro marido, que nos produce estrés, frustración y ansiedad. Esto modifica el funcionamiento del sistema nervioso, altera las secreciones de hormonas, de adrenalina, disminuye la serotonina... Como resultado se puede producir insomnio, dolor de cabeza, dolor de estómago, una ulcera o crisis de migrañas. Si me centro sólo en el dolor de cabeza y doy un analgésico, o en la úlcera y le doy un omeprazol, sólo soluciono el síntoma pero no la causa y ese cuerpo sigue en desequilibrio y seguirá enfermando.
El entorno medioambiental puede ser también el desencadenante de enfermedades a nivel de la población, por ejemplo contaminacion ambiental, ciudades sin naturaleza, entornos laborales en edificios cerrados sin conexión con aire ambiental o luz natural etc etc.
Al mismo tiempo, cuando damos un medicamento para tratar una parte del cuerpo, éste puede tener un efecto perjudicial sobre otro órgano. Por ejemplo, protectores de estómago que producen a largo plazo osteoporosis, o antiinflamatorios que causan úlceras de estómago o insuficiencia renal. Los medicamentos pueden ser remedios puntuales mientras solucionamos la causa real (siempre que se pueda), pero a la larga o la solucionamos o acaban haciéndonos daño por otro sitio.
Si queremos que una persona se cure o permanezca sana debemos cambiar el entorno en que se produjo esa enfermedad (factores sociales, psicológicos, relaciones, dieta, hábitos de vida) o de lo contrario, la enfermedad volverá a aparecer al reincorporar a la persona a su entorno (por ejemplo después de una baja), tras el tratamiento o a pesar del tratamiento. O se quita el estrés o se cambia la forma en que la persona vive ese estrés.
Sistemas de conexión y mensajeros corporales De una forma simplista y obviando múltiples sustancias y vías de comunicación, todas nuestras células y órganos están interconectadas formando una red como si de una ciudad se tratara. Existen tres vías de comunicación principales
El sistema nervioso: Percepción, mente, emociones, sistema nervioso vegetativo y su influencia sobre el cuerpo El principal regulador de todo el cuerpo humano es el sistema nervioso que actúa como director de orquesta que controla todo, incluso regula parte del funcionamiento del sistema inmune. El sistema nervioso podemos dividirlo en dos grandes partes.
Para simplificar la cosa diremos que encéfalo dispone de una zona consciente, la corteza que genera los pensamientos, y otra inconsciente, que corresponde a todo lo que está por debajo de ella, controlando el resto de funciones del organismo y generando las emociones por la amígdala, todo lo que no hacemos o sentimos de forma consciente. Ambas partes están íntimamente interconectadas y se influyen mutuamente. Lo consciente influye a lo inconsciente y viceversa.
El sistema nervioso vegetativo es el gran desconocido y frecuentemente infravalorado de los médicos. Sabemos que está ahí, que es el responsable de que TODO el organismo funcione coordinadamente y que se adapte continuamente a las necesidades del medio, que es el responsable de un gran numero de patologías y síntomas, pero hemos aprendido muy poco a manejarlo y regularlo. Lo que muchos no saben es que el propio sistema es capaz de perpetuar enfermedades incluso aunque los factores que la ocasionaron hayan desaparecido, por una especie de memoria y condicionamiento aprendido. Lo dejaremos aquí de momento pues requerirá mas de una entrada explicar este concepto, pero es la base del funcionamiento y el éxito de la terapia neural.
Nuestra parte consciente genera el flujo del pensamiento, nuestra mente, nuestra conversación interna. Nuestros pensamientos generan emociones (casi siempre, antes de una emoción ha existido un pensamiento, la mayoría de las veces por patrones de pensamientos automáticos condicionados por el aprendizaje y la experiencia previa). Las emociones y la amígdala, se encuentran en un punto intermedio conectando nuestro pensamiento con nuestro cuerpo y conformando el otro gran regulador del organismo. Son ellas las que activan o desactivan el sistema nervioso vegetativo (más simpatico, más parasimpático). Cualquier pensamiento que tengamos, automático o voluntario, genera un tipo de emoción que impregna el comportamiento de nuestro sistema nervios vegetativo y modifica el funcionamiento de nuestros órganos, contrayendo partes del cuerpo, aumentando la secreción de ácido del estómago, la frecuencia cardíaca, la respiración, produciendo espasmos en el intestino, haciéndonos sudar, sonrojándonos, llorando, de vísceras huecas...
Todo lo que pensamos y sentimos afecta en mayor o menor medida a nuestro cuerpo. Si los pensamientos y emociones son continuamente "negativos" (en realidad no suelen ser malos per se, sólo si se vuelven desadaptados si persisten en el tiempo innecesariamente) nuestros órganos, nuestros músculos, nuestras vísceras están continuamente funcionando de forma forzada, adaptándose a una situación de estrés permanente que acaba por hacerlos enfermar. Por ejemplo:
Conexión Sistema Nervioso con el Endocrino
El cerebro controla la secreción hormonal desde el hipotálamo. El hipotálamo está regulado por el funcionamiento global del sistema nervioso, los ciclos de luz y oscuridad ( ciclos circadianos), la programación genética y la edad (desarrollo infantil, pubertad, madurez y vejez), nuestras emociones, nuestros pensamiento (no podemos controlarlo voluntariamente pero todo lo que pensamos le influye), los estímulos que le llegan del exterior por los oidos (musica, ruido), los ojos (luz del sol, noche, vision de la naturaleza, vision de guerras, visión de ciudades grises y desnaturalizadas...), el tacto (calor, frío, contacto fisico, abrazos, besos, caricias, contusiones ), el olfato (feromonas que excitan o sincronizan las menstruaciones de las mujeres que viven juntas, aromas que relajan, olores que hacen vomitar), el gusto (sabor dulce que comienza el estimulo reflejo de insulina, sabores amargos que contraen la vesicula biliar, sabores que producen placer). Muchas de estas hormonas controlan también el funcionamiento global del sistema inmune, y por tanto con esto cerramos el circulo de influencia mutua:
La regulación del funcionamiento del sistema inmune depende de un complejísimo equilibrio entre hormonas, citocinas, neurotransmisores, neuropéptidos y otras sustancias medidoras como el oxido nítrico, las prostaglandinas etc. Dedicaré un post completo a revisar los efectos de todos ellos sobre la respuesta inmune, pero os avanzo que no será tarea fácil pues muchos de los efectos no son lineales, del tipo tal neurotrasminsor (A) produce mejora de la inmnidad (B) sino que con frecuencia mejoran un tipo de inmunidad (B) y/o empeoran otras (C), (D) y/o (E) y sus múltiples combinaciones.
Aunque es muy complejo, lo que es bastante evidente, es que una vida en continuo estrés y los pensamientos y las emociones "negativas" deterioran el funcionamiento inmunitario global, y una vida mental equilibrada, vida activa pero relajada, el pensamiento positivo y las buenas relaciones sociales, mantiene el sistema inmune en condiciones óptimas de funcionamiento.
En la interacción inmunoendocrina es donde las relaciones son más claras y directas. Siendo simplista y sin ser del todo exacto, por ejemplo (hay muchos mas ejemplos):
Personalidad, inmunidad y enfermedad (2)(3) Existen estudios que relacionan determinados tipos de personalidad más extremos con algunos tipos de enfermedades (Rosenman, 1974)(3)
"El cuerpo grita que hay que cambiar algo" o "Mi enfermedad era yo" eran dos titulares de La Contra de La Vanguardia que entrevistaban a una Ex-fibromiálgica y un Ex-Síndrome de Fatiga Crónica y que tenían como nexo común el gran cambio que habían hecho en sus vidas, en su forma de afrontar las dificultadas, el estrés, el trabajo, en las relaciones personales y en tomar sus propias decisiones sobre su vida, por encima de las múltiples terapias y tratamientos que habían probado, ambos coinciden en que el cambio de uno mismo es vital para la mejoría. Volveré con ellos a profundizar en el tema en un post sobre estas enfermedades muy pronto.
Conclusiones
- Eje Psiconeuroinmunoendocrinológico
- La enfermedad como desequilibrio biopsicosociomedioambiental....
- El cuerpo como un ser compuesto de células que se comunican entre si.
- Sistema nervioso, mente, emociones y efectos sobre el cuerpo
- Conexión Sistema Nervioso y Sistema Endocrino
- Sistema inmunitario, factores psicológicos y salud
- 5 Maneras de mejorar el funcionamiento psiconeuroinmunológico
Conocí el término Psiconeuroinmunología alrededor del año 2003 mientras estudiaba un postgrado sobre Terapias Naturales en el Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona en el que nos hablaron sobre Terapia Neural. Me resultó tan revolucionario y al mismo tiempo tan evidente, que al año siguiente hice un curso de Terapia Neural en la misma escuela para profundizar en el tema. Posteriormente, encontré un asignatura de Psiconeuroinmunología en la Universidad de Barcelona (UB) dentro de la carrera de Psicología y varias referencias a ella en el Grado de Psicología del cual estudié algunas asignaturas básicas en aquella época. Aunque me parecían conceptos más asociados medicinas alternativas y energéticas, el Yoga, la Medicina Tradicional China o Ayurveda, acabé descubriendo que es ciencia pura, y la base que confirma la estrecha relación que existe entre el cuerpo y la mente, entre la salud emocional y la física. Muchos médicos lo intuimos, pero en cambio ha caído en el olvido ante la promesa del reduccionismo, de la búsqueda de una única causa-efecto externa y la curación por el medicamento.
La Psiconeuroinmunología también conocida como Psico-neuro-inmuno-endocrinología es el estudio de la interacción bidireccional que existe entre la psique (mente y emociones), sistema nervioso, sistema endocrino y sistema inmunológico. Podríamos alargar todavía más el nombre y llamarla pisco-neuro-inmuno-endocrino-cardio-gastro-neumo-nefro-gine-urología, pero no hace falta, las cuatro primeras palabras conforman el eje Psique-Sistema nervioso-Sistema Endocrino-Sistema Inmunológico, que conecta nuestra mente con todas las partes de nuestro cuerpo, y que es el responsable de su buen funcionamiento y del mantenimiento y recuperación de la salud, en la mayoría de los casos.
AVISO No debemos confundir el estudio de la psiconeuroinmunología, con los análisis de laboratorio que se venden en la calle sobre el estrés y psiconeuroinmunología. Aunque relacionados, todavía no está claro como se pueden interpretar los resultados de los mismos como para sacar conclusiones fiables. Hoy por hoy es un mero negocio que aporta poco valor sobre el estado de la persona. No necesitamos una cara analítica para decirle a alguien que está estresado...eso es fácil de averiguar con una simple entrevista clínica.
La enfermedad como desequilibrio biopsicosociomedioambiental. El modelo biopsicosocial de la salud
El modelo biopsicosocial de la salud y la medicina fueron descritos en el año 1977 por George L Engel ( "The need for a new medical model: a challenge for biomedicine") (1) e implica un cambio respecto al modelo biomédico que todavía hoy es predominante a efectos prácticos.
Nuestro cuerpo funciona como un todo interconectado entre sí y con el medio que le rodea. Cuando una parte enferma no es sólo porque esa parte está enferma, si no que es la manifestación de un desequilibrio en todo el sistema "cuerpo humano" que se manifiesta en ese síntoma o enfermedad.
El desequilibrio ha de verse en un contexto más amplio, en un sistema que incluye la micro salud (la del ser humano que enferma, la psique y cuerpo) y la macro salud (la del entorno que le rodea, incluida las relaciones personales, el entorno social, laboral, el barrio, la ciudad, el país, el planeta y el medio ambiente donde vive la persona). Ambos se encuentran influenciados entre si. Cuando alguna de estas partes falla, desequilibra al resto produciendo como consecuencia y manifestación esa enfermedad. El cuerpo y su entorno forman una unidad que condicionan el estado de salud y enfermedad. Y el síntoma o enfermedad es solo un aviso que nos dice que algo falla en algún punto del sistema, al contrario que el modelo biomédico que solo ve al órgano enfermo.
No nos enferma el estómago o el riñón de forma aislada, sino todo nuestro cuerpo e incluso todo nuestro entorno. Podemos tener un conflicto laboral con nuestro jefe o un problema de relación con nuestro marido, que nos produce estrés, frustración y ansiedad. Esto modifica el funcionamiento del sistema nervioso, altera las secreciones de hormonas, de adrenalina, disminuye la serotonina... Como resultado se puede producir insomnio, dolor de cabeza, dolor de estómago, una ulcera o crisis de migrañas. Si me centro sólo en el dolor de cabeza y doy un analgésico, o en la úlcera y le doy un omeprazol, sólo soluciono el síntoma pero no la causa y ese cuerpo sigue en desequilibrio y seguirá enfermando.
El entorno medioambiental puede ser también el desencadenante de enfermedades a nivel de la población, por ejemplo contaminacion ambiental, ciudades sin naturaleza, entornos laborales en edificios cerrados sin conexión con aire ambiental o luz natural etc etc.
Al mismo tiempo, cuando damos un medicamento para tratar una parte del cuerpo, éste puede tener un efecto perjudicial sobre otro órgano. Por ejemplo, protectores de estómago que producen a largo plazo osteoporosis, o antiinflamatorios que causan úlceras de estómago o insuficiencia renal. Los medicamentos pueden ser remedios puntuales mientras solucionamos la causa real (siempre que se pueda), pero a la larga o la solucionamos o acaban haciéndonos daño por otro sitio.
Si queremos que una persona se cure o permanezca sana debemos cambiar el entorno en que se produjo esa enfermedad (factores sociales, psicológicos, relaciones, dieta, hábitos de vida) o de lo contrario, la enfermedad volverá a aparecer al reincorporar a la persona a su entorno (por ejemplo después de una baja), tras el tratamiento o a pesar del tratamiento. O se quita el estrés o se cambia la forma en que la persona vive ese estrés.
Sistemas de conexión y mensajeros corporales De una forma simplista y obviando múltiples sustancias y vías de comunicación, todas nuestras células y órganos están interconectadas formando una red como si de una ciudad se tratara. Existen tres vías de comunicación principales
- El sistema nervioso: genera la mente, las emociones, el control de las funciones de los organos y controla las secreciones hormonales y de otras sustancias reguladoras. Todas estas funciones se influencian entre si.
- El sistema circulatorio: en él se encuentra parte del sistema inmunitario y es el distribuidor de hormonas, nutrientes, citoquinas y sustancias propias de cada órgano que ejercen efectos sobre otros órganos (renina, gastrina...) regulando su funcionamiento.
- El tejido conectivo: es el espacio que existe entre las células, el medio ambiente donde vive y en el que realizan el intercambio de sustancias con la circulación, tanto nutrientes como desechos. Es también el medio de comunicación de las células entre si. Mantener el espacio intercelular en condiciones es como reducir la contaminación del ambiente en que vivimos, pero a nivel celular. Cada vez conocemos más formas de comunicación intercelular que actúan a este nivel y se le da más importancia a lo que sucede alrededor de la célula (microenviroment) y que serán futuras dianas de nuevos fármacos, por ejemplo contra el cáncer, y es probable que en el futuro actuemos en intentar mantener este medio "limpio" como prevención de enfermedades.
El sistema nervioso: Percepción, mente, emociones, sistema nervioso vegetativo y su influencia sobre el cuerpo El principal regulador de todo el cuerpo humano es el sistema nervioso que actúa como director de orquesta que controla todo, incluso regula parte del funcionamiento del sistema inmune. El sistema nervioso podemos dividirlo en dos grandes partes.
- Sistema nervioso central (encéfalo, tronco del enféfalo, cerebelo y medula espinal)
- El sistema nervioso periferico (SNP) (ganglios y nervios que salen y entran de la médula y que llegan a todos los órganos, sentidos, músculos y piel) que se a su vez se divide en
- SNP motor: controla los movimientos
- SNP sensitivo: recoge la información de los sentidos y la sensibilidad tanto consciente (piel) como inconsciente (de las vísceras, órganos, musculos y articulaciones)
- Sistema Nervioso Vegetativo. Es el encargado de controlar todas las funciones automáticas del cuerpo, como la digestión, el ritmo cardiaco, el respiratorio, glándulas, parte de las secreciones hormonales y neuropetídicas...
- Sistema nervioso simpático: actividad y alerta.
- Sistema nervoso parasimpático: relajación descanso.
Para simplificar la cosa diremos que encéfalo dispone de una zona consciente, la corteza que genera los pensamientos, y otra inconsciente, que corresponde a todo lo que está por debajo de ella, controlando el resto de funciones del organismo y generando las emociones por la amígdala, todo lo que no hacemos o sentimos de forma consciente. Ambas partes están íntimamente interconectadas y se influyen mutuamente. Lo consciente influye a lo inconsciente y viceversa.
El sistema nervioso vegetativo es el gran desconocido y frecuentemente infravalorado de los médicos. Sabemos que está ahí, que es el responsable de que TODO el organismo funcione coordinadamente y que se adapte continuamente a las necesidades del medio, que es el responsable de un gran numero de patologías y síntomas, pero hemos aprendido muy poco a manejarlo y regularlo. Lo que muchos no saben es que el propio sistema es capaz de perpetuar enfermedades incluso aunque los factores que la ocasionaron hayan desaparecido, por una especie de memoria y condicionamiento aprendido. Lo dejaremos aquí de momento pues requerirá mas de una entrada explicar este concepto, pero es la base del funcionamiento y el éxito de la terapia neural.
Nuestra parte consciente genera el flujo del pensamiento, nuestra mente, nuestra conversación interna. Nuestros pensamientos generan emociones (casi siempre, antes de una emoción ha existido un pensamiento, la mayoría de las veces por patrones de pensamientos automáticos condicionados por el aprendizaje y la experiencia previa). Las emociones y la amígdala, se encuentran en un punto intermedio conectando nuestro pensamiento con nuestro cuerpo y conformando el otro gran regulador del organismo. Son ellas las que activan o desactivan el sistema nervioso vegetativo (más simpatico, más parasimpático). Cualquier pensamiento que tengamos, automático o voluntario, genera un tipo de emoción que impregna el comportamiento de nuestro sistema nervios vegetativo y modifica el funcionamiento de nuestros órganos, contrayendo partes del cuerpo, aumentando la secreción de ácido del estómago, la frecuencia cardíaca, la respiración, produciendo espasmos en el intestino, haciéndonos sudar, sonrojándonos, llorando, de vísceras huecas...
Todo lo que pensamos y sentimos afecta en mayor o menor medida a nuestro cuerpo. Si los pensamientos y emociones son continuamente "negativos" (en realidad no suelen ser malos per se, sólo si se vuelven desadaptados si persisten en el tiempo innecesariamente) nuestros órganos, nuestros músculos, nuestras vísceras están continuamente funcionando de forma forzada, adaptándose a una situación de estrés permanente que acaba por hacerlos enfermar. Por ejemplo:
- Si pienso que me persiguen y siento miedo, mi corazón se acelera, me sudan las manos, se me seca la boca, me dan diarreas o se me contraen los músculos del cuerpo
- Pienso que soy afortunado y mis músculos se relajan, siento bienestar, mi tensión desciende mi cuerpo se oxigena y mi respiración se hace más profunda.
- Las funciones digestivas están controladas de forma automática por el sistema nervioso autónomo y por tanto muy influenciado por el nivel de activación emocional, la adrenalina, el estrés o las técnicas de relajación. La mayoría de los trastornos funcionales del sistema digestivo están muy vinculados a la esfera emocional: Síndrome intestino irritable, la dispepsia (desde digestiones pesadas, saciedad precoz, sensación de ardor o dolor estómago, hinchazón abdominal) empeoran en situaciones de estrés emocional y mejoran en épocas de estabilidad y con técnicas de relajación.
- El estrés agudo en cambio se relación con mayor incidencia de infartos de miocardio e ICTUS.
Conexión Sistema Nervioso con el Endocrino
El cerebro controla la secreción hormonal desde el hipotálamo. El hipotálamo está regulado por el funcionamiento global del sistema nervioso, los ciclos de luz y oscuridad ( ciclos circadianos), la programación genética y la edad (desarrollo infantil, pubertad, madurez y vejez), nuestras emociones, nuestros pensamiento (no podemos controlarlo voluntariamente pero todo lo que pensamos le influye), los estímulos que le llegan del exterior por los oidos (musica, ruido), los ojos (luz del sol, noche, vision de la naturaleza, vision de guerras, visión de ciudades grises y desnaturalizadas...), el tacto (calor, frío, contacto fisico, abrazos, besos, caricias, contusiones ), el olfato (feromonas que excitan o sincronizan las menstruaciones de las mujeres que viven juntas, aromas que relajan, olores que hacen vomitar), el gusto (sabor dulce que comienza el estimulo reflejo de insulina, sabores amargos que contraen la vesicula biliar, sabores que producen placer). Muchas de estas hormonas controlan también el funcionamiento global del sistema inmune, y por tanto con esto cerramos el circulo de influencia mutua:
Psique (mente, emociones y percepciones) - Neuro (sistema nerviso) - Endocrino - Inmunologia, todo interconectado para producir salud o enfermedad.Sistema inmunológico y salud mental y emocional (1) El sistema inmunitario es el encargado de defender el cuerpo de las agresiones externas tanto por gérmenes (virus, bacterias, parásitos) como de algunas sustancias nocivas (aunque la mayoría usan el riñón y el hígado para eliminarse). También de deshacerse de las células del propio cuerpo que han dejado de funcionar o se han vuelto cancerosas (cada día nuestro cuerpo genera células cancerosas que son eliminadas por nuestro sistema inmune).
- Su correcto funcionamiento permite mantener a raya las infecciones y el cáncer.
- Su función deficiente ocasiona mayor susceptibilidad a infecciones y tumores
- Su función excesiva produce enfermedades autoinmunes y alergias.
La regulación del funcionamiento del sistema inmune depende de un complejísimo equilibrio entre hormonas, citocinas, neurotransmisores, neuropéptidos y otras sustancias medidoras como el oxido nítrico, las prostaglandinas etc. Dedicaré un post completo a revisar los efectos de todos ellos sobre la respuesta inmune, pero os avanzo que no será tarea fácil pues muchos de los efectos no son lineales, del tipo tal neurotrasminsor (A) produce mejora de la inmnidad (B) sino que con frecuencia mejoran un tipo de inmunidad (B) y/o empeoran otras (C), (D) y/o (E) y sus múltiples combinaciones.
Aunque es muy complejo, lo que es bastante evidente, es que una vida en continuo estrés y los pensamientos y las emociones "negativas" deterioran el funcionamiento inmunitario global, y una vida mental equilibrada, vida activa pero relajada, el pensamiento positivo y las buenas relaciones sociales, mantiene el sistema inmune en condiciones óptimas de funcionamiento.
En la interacción inmunoendocrina es donde las relaciones son más claras y directas. Siendo simplista y sin ser del todo exacto, por ejemplo (hay muchos mas ejemplos):
- El estrés agudo puede hiperactivar la respuesta inmune por medio de las catecolaminas que libera el sistema nervioso vegetativo a las galndulas suprarenales. Si estamos ansiosos nuestros linfocitos también se estresan y empeoran algunas enfermedades autoinmunes, las alergias o el asma
- El estrés crónico deprime la inmunidad a través de las secrecion de cortisol (corticoides del propio cuerpo), nuestros linfocitos se "deprimen" dejando de realizar bien su función haciéndonos más propensos a catarros, infecciones o a desarrollar algunos tipos de canceres.
- El sueño y los ritmos de vida sincronizados con el dia y la noche son imprescindibles para un buen funcionamiento del cuerpo. La melatonina parece que mejora de la respuesta inmune y contraresta en parte el efecto inmunosupresores del envejecimiento, de los corticoides, del estrés.
Personalidad, inmunidad y enfermedad (2)(3) Existen estudios que relacionan determinados tipos de personalidad más extremos con algunos tipos de enfermedades (Rosenman, 1974)(3)
- Las personas con patrón de conducta tipo A (individuos excesivamente competitivos , agresivos , impacientes , inquietos , con una sensación constante de presión temporal , con propensión a valorar los acontecimientos como retos personales , hostiles , hiperalerta y orientadas a logros), son más propensos a enfermedades cardiovasculares que las personas con patrón de conducta de tipo B ( personalidad sana ", pacíficos , pacientes , tolerantes y relajados)
- El patrón de comportamiento tipo C se cree que favorecería el cáncer (personas pacificadores, no asertivas , extremadamente pacientes y cooperativas , que buscan la armonía e intentan evitar los conflictos , dóciles y defensivos). La supresión y negación de reacciones emocionales fuertes y la imposibilidad de afrontar adecuadamente el estrés, son típicas de este tipo de persona y se asocia a sentimientos de desesperación y desamparo ( Amigo et al. 2003 )(3)
- "Los individuos que perciben los problemas como un reto o una oportunidad de cambio , que son optimistas , tienen la sensación de compromiso, se implican con los acontecimientos de la vida y creen en su capacidad para controlar las situaciones , presentan estilos de afrontamiento que, junto con determinados hábitos , contribuyen a mantener el estado de salud" (3)
- El ejercicio físico es la medicina perfecta, mejora el estado de ánimo, reduce la tensión, mejora el metabolismo en general, genera emociones positivas, calma le mente, regula el funcionamiento y mejora la inmunidad. Todo en uno y sin efectos secundarios si se adapta a las capacidades individuales. Especialmente en mayores, hay que hacer ejercicio de forma regular.(3)
- Las técnicas de relajación, el control mental, el pensamiento positivo, el Mindfullness y la resolución de conflictos pendientes, indicen en la regulación positiva del sistema nervioso que se transmite por la vía neuro-endocrino-inmunológico a todo el organismo. Practícalas, sobre todos si estas sometido a estrés, cargas familiares o laborales importantes, sufres ansiedad, depresión, trastornos obsesivo-compulsivos o personalidades neuróticas. Deberían de ocupar un sitio principal en los programas de prevención, son baratas, sin contraindicaciones y sin efectos secundarios si se usan correctamente.
- El tipo de dieta (poca carne, muchas verduras, frutas y cereales, evitar los tóxicos, sobre todo tabaco, alcohol y otras drogas, y una buena hidratación) y la forma como comemos (Slowfood) son vitales para el funcionamiento celular, metabólico e inmunológico.
- El sueño de calidad es básico para un sistema psiconeuroinmunoendocrino que funcione correctamente. Consulta la entrada sobre como mejorar el insomnio del blog si tienes problemas de insomnio.
- El apoyo social, los amigos y la revelación de experiencias estresantes encontrando un sentido a las experiencias y a las emociones que le acompañan (básicamente hablar de los problemas y expresar las emociones pero sin pasarse, no hace falta estar todo el día contando lo mismo, ni pecar de sinceridad) produce alivio del estrés, revirtiendo los cambios neuroendocrinos e inmunes asociados al mismo (2 pág. 123). Como médicos deberíamos favorecer la expresión de estas emociones en la consulta, por lo que desde aquí reclamo un mínimo de 10 minutos por visita para todos los médicos de familia del estado Español para equipararnos a los ingleses o nórdicos que disponen de hasta 15-30 minutos por visita.
"El cuerpo grita que hay que cambiar algo" o "Mi enfermedad era yo" eran dos titulares de La Contra de La Vanguardia que entrevistaban a una Ex-fibromiálgica y un Ex-Síndrome de Fatiga Crónica y que tenían como nexo común el gran cambio que habían hecho en sus vidas, en su forma de afrontar las dificultadas, el estrés, el trabajo, en las relaciones personales y en tomar sus propias decisiones sobre su vida, por encima de las múltiples terapias y tratamientos que habían probado, ambos coinciden en que el cambio de uno mismo es vital para la mejoría. Volveré con ellos a profundizar en el tema en un post sobre estas enfermedades muy pronto.
Conclusiones
- Nuestra mente y nuestras emociones influyen irremediablemente en la salud de nuestro cuerpo y en su capacidad para enfermar y recuperarse.
- Mente y emociones influyen en el cuerpo a través del sistema nervioso vegetativo y de las secreciones hormonales, y éstos sobre el sistema inmunitario modulando su respuesta.
- Las enfermedades son el resultado de un desequilibrio a nivel bio-psico-social-medioambiental y han de verse como un aviso del cuerpo de que hay que cambiar algo en nuestra vida. Nuestra mente se comunica con nuestras células, nuestras células se comunican entre sí y con nuestra mente. Los síntomas nos ayudan a tomar conciencia para iniciar un cambio en nuestra vida. Si no les hacemos caso, seguiremos enfermando.
- La psicoterapia para enfermedades funcionales puede aportar más beneficios que los tratamientos farmacológicos. También como complemento de tratamientos de otras enfermedades como algunas autoinmunes o el cáncer pueden ser beneficiosas.
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