Los
monjes tibetanos hablaban, y aún lo hacen hoy en día, de un tercer ojo,
situado aproximadamente en el centro del cerebro y entre los ojos, que
había sido el centro de la clarividencia y de la intuición, y que en el
decurso de los tiempos se había ido atrofiando, por lo que era necesaria
su recuperación. Posteriormente se asociaría este tercer ojo con la
glándula pineal.
La existencia de la epífisis o
pineal se conoce desde hace más de 2000 años. Galeno en el siglo II,
escribió que a los anatómicos griegos le había llamado la atención la
situación particular de dicha glándula, concluyendo que servía de
válvula para regular el flujo del pensamiento, que se creía almacenado
en los ventrículos laterales del cerebro.
Descartes,
en el siglo XVII, expresó su creencia que la pineal era la sede del
alma racional. Para él, las sensaciones percibidas por los ojos
llegarían a la pineal, de la que partirían hacia los músculos, los
cuales producirían las respuestas adecuadas. Los estudios modernos
demuestran en éste, como en otros aspectos de su pensamiento, la gran
intuición del filósofo.
Características físicas, situación y relaciones
El
nombre pineal se debe a su forma, semejante a una piña, siendo su
tamaño aproximado el de un guisante. Pesa una media de 173 miligramos,
oscilando según las personas entre los 41 y 804 miligramos.
Las
pineales recogidas en autopsias, pesan en el hombre un máximo en el mes
de Marzo, y un mínimo si son examinadas en Julio; mientras que en la
mujer, el máximo peso se obtiene de las recogidas en Enero y el mínimo,
de las obtenidas en Mayo.
Está situada en el techo
del mesencéfalo, entre los tubérculos bigéminos craneales, en la
denominada fosa de la pineal. Su cara craneal está por debajo del cuerpo
calloso, y su base limita con el tercer ventrículo. Su célula funcional
es el pinealocito, que está capacitado para producir las encimas
necesarias para la síntesis de la melatonina (su principal hormona) y la
seratonina, a partir del triptófano.
Pinealocito y síntesis de melatonina
La
melatonina fue descubierta en 1958 por el dermatólogo y bioquímico A.B.
Lerner, quien se basó en las observaciones hechas por MC. Cord y Allen
en 1917. Estas observaciones deducían que, al arrojar extractos de
pineal de vaca en el agua en que nadaban unos renacuajos, se producía un
blanqueamiento de su piel.
Lerner y Cols
purificaron extractos de más de 200.000 pineales vacunas, aislando una
sustancia que agregaba intracelulares de la melanina. La hormona
melanocito-estimulante, por lo contrario, disgregaba dichos gránulos
oscureciendo la piel. Se la denominó melatonina en contraposición a la
melanocito-estimulante.
En ausencia de luz, el
pinealocito recibe estimulación periódica en forma de nor-epinefrina
(NE), seratonina o descargas eléctricas de fibras nerviosas,
provenientes del núcleo supraquiasmático superior. Este, a su vez,
recibe información que proviene del sistema vegetativo, a través de
neuronas emergentes del ganglio cervical superior, el cual conecta con
otros ganglios de la médula espinal.
En presencia
de luz, natural o artificial, los fotoreceptores de la retina convierten
la señal luminosa, especialmente en la banda amarillo-verde, en señal
eléctrica, que es transmitida por el tracto retino-hipotalámico hasta el
ganglio cervical superior, por donde abandona el S.N.C., conectando con
los ganglios de la médula y aboliendo la señal circadiana enviada por
dicho ganglio al núcleo supraquiasmático. Como consecuencia, dicho
núcleo queda liberado de la influencia de la médula espinal y enlentece
el ritmo de liberación de NE sobre la pineal, lo que se traduce por una
menor captación de aminoácidos, especialmente triptófano, por parte del
pinealocito; menor producción de adenil ciclasa y cAMP y, por
consiguiente, menor producción y liberación de melatonina.
Cualquier activación del sistema simpático abole el efecto represor de la luz.
Glándula pineal y pubertad
La
glándula pineal es de mayor tamaño en la infancia que en la madurez,
comenzando a disminuir de tamaño a partir de los 7 años. Esta recesión
en el tamaño era considerada como una involución o atrofia de una
glándula que carecía de utilidad, pero en la actualidad se piensa que es
un proceso madurativo.
Desde el nacimiento,
testículos y ovarios poseen una estructura lo suficientemente preparada
como que para que en presencia del adecuado estímulo de gonadotropinas
se produzca su maduración en poco tiempo. Sin embargo, este estímulo no
se produce. La hipófisis, capacitada para producir dichas
gonadotropinas, en presencia del adecuado estímulo hipotalámico de
gonadotropin-relaxin-hormona GnRH, no las produce por carencia de éste.
En
el adulto, los esteroides sexuales se autoregulan, al unirse a
receptores hipotalámicos específicos, que a partir de cierta
concentración sanguínea, disparan la vía opatérgica productora de
endorfinas (opiáceos fisiológicos). Esta, a su vez, distorsiona la
pulsatilidad de la GnRH, que frena la producción y liberación de
gonadotropinas, por lo que los ovarios o testículos (gónadas) en
ausencia de dicho estímulo, dejan de producir esteroides sexuales,
disminuyendo su concentración en la sangre. Con ello, los esteroides
unidos a los receptores, se sueltan y se vuelve a activar la liberación
de GnRH. En el niño debiera pasar lo mismo, y sin embargo, no sucede.
La
melatonina tiene la misma afinidad, por los receptores hipotalámicos de
esteroides sexuales, que éstos. En la infancia, se produce mayor
cantidad de melatonina que en la madurez, de forma que constantemente se
halla unida a dichos receptores, disparando la vía opiatérgica,
impidiendo así la liberación de GnRH y, en consecuencia, la maduración
gonadal.
A partir de los 7 años, la pineal
disminuye progresivamente de tamaño, y en consecuencia disminuye la
concentración sanguínea de melatonina hasta que llega un momento en que
ya no se une a suficiente número de receptores hipotalámicos, se bloquea
la vía opiatérgica y se produce por primera vez la liberación y
síntesis de GnRH. Esto sucede a partir de los 11 años en la mujer, y de
los 12 en el hombre. En los pueblos, la pubertad sucede más tardía que
en las ciudades, lo que se debe al menos consumo de luz en éstos que en
aquéllas.
Otras funciones de la pineal
Controla
simultáneamente todos centros neuroendocrinos hipotalámicos, y en
consecuencia todos los factores liberadores e inhibidores. Aunque se
desconoce su mecanismo y acción, se conocen algunos de sus efectos
indirectos sobre la hipófisis. Disminuye las concentraciones de GnRH y,
en consecuencia, disminuye las de la hormona folículo-estimulante (FSH) y
luteotropa (LH); disminuye la función tiroidea (TSH y T4), la insulina y
también aumentan las concentraciones de glucosa sanguínea, disminuye el
ATCH y la corticosterona. Aumenta la síntesis proteica cerebral, como
también aumenta la producción y liberación de dopamina (DA). Como
consecuencia, se puede esperar un aumento de hormona de crecimiento (GH)
y disminución de TSH y prolactina (PRL).
Comentario
Nuestros
conocimientos sobre la pineal y su hormona, la melatonina, así como las
numerosas lagunas que tenemos acerca de ellas, apenas nos permiten
trazar un razonable esbozo sobre su funcionamiento que, sin duda, a lo
largo de los tiempos será modificado a la luz de nuevos hallazgos.
Puesto
que el silencio, en condiciones normales, suele acompañar a la
oscuridad, podemos pensar que ambos estimulan la liberación de
melatonina. Esta, a su vez, produciría la liberación de endorfinas que
adormecerían el resto de los sentidos (tacto, olfato y gusto).
Conseguido
esto, el subconsciente y, por tanto, el sistema vegetativo, quedarían
libres de todo control consciente, produciéndose por una parte los
procesos de crecimiento (infancia) y regeneración de los tejidos
(adultos), y por otra, la liberación del subconsciente en forma de
sueños.
Los sueños y la vista
La
hormona melanocito-estimulante, es excitada por la luz, mientras que la
melatonina, lo es por la oscuridad. Mientras que la primera (MSH)
disgrega los gránulos de melanina, produciendo la sensación de
oscuridad, la segunda, los agrega dando la sensación de luminosidad
(blanco). Podemos pensar que en el S.N.C. existe una zona de células
que, a modo de una película, se dejan impresionar por la interrelación
de ambas hormonas, por el mencionado mecanismo. Durante el día,
predominarán impresiones luminosas mediadas por la MSH, mientras que
durante la noche, serían impresiones provenientes del subconsciente y
mediatizadas especialmente por la melatonina. Dispondríamos así de un
positivo y un negativo.
Para que exista un sueño,
se requiere que previamente, y como en un vídeo, tengamos filmadas las
imágenes que, aunque a veces desordenadas, van a formar parte del mismo.
Los sueños sirven a veces de válvula de escape a nuestras tensiones,
otras son una aviso disfrazado de situaciones de las que somos culpables
y que tenemos que rectificar, y en otras, son avisos previos a
situaciones que tenemos que atravesar y soluciones para superarlas. Como
vemos, los sueños pasan por la pineal y normalmente escapan a nuestra
consciencia, de forma que en la mayoría de los casos, llegan a ella en
forma distorsionada o simbólica. En cualquier caso, forman parte de
nuestra realidad.
Cambio de costumbres y la pineal
Con
el descubrimiento de la luz artificial por Edison, se han revolucionado
nuestras costumbres, de forma que han alterado nuestro sistema de vida,
nuestra relación con el Cósmico y también nuestra salud. Actualmente
disfrutamos, pero también padecemos, mayores períodos luminosos y
sonoros en detrimento de la oscuridad y el silencio regenerativos. Hemos
perdido una parte de nuestra armonía con el Cósmico, que pagamos con un
menor desarrollo de nuestra pineal, con una ligera atrofia de la misma.
Nuestras menores cantidades de segregación de melatonina, hacen que
nuestros procesos regenerativos sean parcialmente insuficientes, al
igual que el descanso de nuestra mente, que se torna obsesiva y
posesiva. Nunca como en la actualidad han existido tantas depresiones,
obsesiones e insomnios.
Pineal y misticismo
La
A.M.O.R.C. pretende mediante algunos de sus ejercicios, restaurar la
armonía de la pineal con el Cósmico, de forma que se restauren en su
totalidad los procesos regenerativos en parte olvidados por nuestras
costumbres. En ningún modo se pretende una hipertrofia de la glándula,
que nos desarmonizaría aún más con el Cósmico.
En
la mayoría de nuestros ejercicios observamos que se aconseja la
penumbra, el silencio o la música suave, y ciertos aromas de incienso
también suaves. Todo ello nos lleva a un mayor aumento de la melatonina,
ayudándonos a no perder nuestra consciencia y caer en el sueño. Con
ello que podemos llegar a ser conscientes de nuestro subconsciente, y
utilizarlo a nuestro favor (y a favor de la humanidad), mediante
procesos de visualización y emisión de sentimientos de Amor y Paz
Profunda, desde nuestro Ser Interno.
La Orden Rosacruz, AMORC – Gran Logia Española
— Visto en: El-Amarna
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