La
mayoría de nosotros pensamos que la geometría es un tema bastante seco,
sino directamente aburrido, basado en los recuerdos que podemos tener
de las clases que nos dieron en la escuela, en la universidad o en
algunos libros que hemos ojeado en bibliotecas y librerías, consistente
en interminables axiomas, definiciones, postulados y formulas, que nos
hacían escuchar cuando nos hablaban de la metodología de losElementos de Euclides,
que, aunque es una obra maestra en papiro sobre matemática y geometría,
y que se compone de nada menos que de trece libros, no parece ser la
forma más entretenida de pasar la tarde cuando uno busca algo que leer.
Por
otro lado, puesto que la enseñanza actual de la geometría en nuestro
mundo occidental se acerca a su estudio desde una perspectiva
completamente racional, lógica y estructurada, a través del hemisferio
izquierdo, se ha obviado por completo la parte de la misma que le toca
al hemisferio derecho, la parte intuitiva, artística y metafísica, que
conforma el otro lado de la geometría, aplicada al mundo en el que
vivimos.
Así
es como nace para el hombre moderno la geometría sagrada, que busca
unir y sintetizar estos dos aspectos dinámicos y complementarios de esta
ciencia en un solo e integrado conjunto de conocimientos, técnicas y
herramientas que nos explican los grandes misterios del universo. La
geometría sagrada tiene dos caras, un lado contemplativo y un lado
práctico, un lado intuitivo y un lado intelectual, y es a la vez una
ciencia para el hemisferio izquierdo y un arte para el hemisferio
derecho.
Por
otro lado, la verdad es que, si nos remontamos a las raíces de la
geometría sagrada (vamos a empezar a llamarla GS para abreviar), hemos
de tener en cuenta que, para nuestros antepasados griegos, aquellos
filósofos y grandes pensadores, como Platón, Tales de Mileto, o
Euclides, no existía distinción alguna entre geometría y “geometría
sagrada”. Toda la ciencia de la geometría era considerada “sagrada” en
sus enseñanzas y aplicaciones, y fue este último, Euclides, quien
escribió el primer libro de texto conocido sobre el tema.
Evidentemente,
fue gracias a la arquitectura, que la GS pudo desarrollarse y plasmarse
en obras duraderas e inmortales a través del tiempo, pasando luego a
ser usada en el arte, en la música o en la artesanía, ya que, para
nuestros antepasados, era obvio que la geometría era una cualidad
intrínseca al mismo orden de la naturaleza, tanto la biológica y
orgánica como la cósmica, y, para nosotros, ahora gracias al avance de
nuestros instrumentos científicos, la vemos aplicada en el estudio de
las formas a nivel molecular y atómico.
Orígenes de la geometría y la añadidura de lo “sagrado”
Según
también nos cuentan las enciclopedias, la geometría, en sus orígenes,
no era más que un conjunto de cálculos hechos sobre el tamaño de la
Tierra, o de partes de ella, ya que eso es lo que literalmente significa
el termino geometría: “medición de la Tierra”,
y era ya estudiada y aplicada por babilonios y egipcios desde los
inicios de sus civilizaciones. De alguna forma, en la historia, se les
atribuye a los egipcios las primeras medidas relacionadas con las
inundaciones periódicas del Nilo, de forma que pudieran tener un cierto
tipo de orden y organización sobre su agricultura y su economía, basada
en ella.
Pero
si la geometría sagrada difiere de la geometría “normal” que todos
hemos estudiado, es porque además, esta primera, se centra e incluye un
estudio particular de la relación de formas y figuras con números y
símbolos, mapeando y plasmando sus cualidades y propiedades a través de
su aplicación y manifestación en el espacio, así como su simbolismo y
sus interpretaciones más allá de las meras operaciones matemáticas que
se realizan con ellos. Trabajando y comprendiendo estas relaciones, no
solo puedes hacer cálculos matemáticos, sino que puedes mapear y plasmar
el poder de los números sobre el espacio, y también sobre el tiempo. De
ahí que, el hecho de añadir el término “sagrada”, lleva su estudio
hacia campos más allá de la pura medición de terrenos, de distancias o
de movimientos de campos o fuerzas, incorporando una dimensión
filosófica, mística y metafísica, a la aplicación de los axiomas,
teoremas y cálculos usados en la geometría “ordinaria”, descubriendo que
todo lo que existe en el cosmos de la Creación mantiene unas formas,
patrones, relaciones y propiedades que pueden ser estudiadas y
comprendidas por el hombre a partir del aprendizaje de la geometría.
Geometría sagrada y simbología
Evidentemente,
la GS se basa o está completamente relacionada con la simbología. En
esta pequeña introducción de hoy, que ya iremos desarrollando en futuros
artículos, haremos también hincapié en esta relación, pues, en general,
no hay nada que, desde el punto de vista conceptual y mental, no pueda
ser asociado e imbuido en un símbolo. De hecho, como veremos más
adelante, partes de nuestra psique, particularmente nuestro
subconsciente, es un campo fértil para el trabajo con símbolos
arquetípicos que implementados, y bien arraigados, producen el despertar
de fuerzas latentes en nosotros asociadas a ideas y arquetipos
cósmicos, metafísicos, y evolutivos, que todos llevamos codificados en
nuestro interior.
Por
ejemplo, algunos símbolos muy comunes y bastante fáciles de entender,
pasan por el dibujo de un circulo blanco, que representa la condición de
lo manifestado en la Creación (ver este articulo para detalles),
aquella región de energía-pensamiento-potencial infinito puro donde la
“Fuente”, se mantiene sin “manifestar”. El símbolo siguiente que le
sigue, es entonces el circulo con un punto en el centro, que significa
la singularidad y la primera manifestación del “TODO” o la “Fuente” en
si misma.
El
siguiente símbolo, siguiendo el proceso místico y esotérico de la
Creación, es la extensión del punto hasta formar una línea que divide el
circulo en dos mitades, y simboliza esotéricamente la primera
separación entre la energía-espíritu-fuerza creadora y la
materia-energía manifestada. El siguiente paso, es la aparición de otra
línea en ángulo recto que corta perpendicularmente a la anterior dejando
el círculo dividido en cuatro cuadrantes, simbolizando la aparición de
los Logos o entes creadores primarios provenientes o “creados” por la
Fuente primaria, y, como consecuencia de esta división, y al quitar la
circunferencia que engloba el circulo, nos quedamos con el símbolo de la
cruz griega de brazos iguales, que denota la acción creadora de cada
uno de estos Logos dispuestos a crear en sucesivas octavas todo lo
existente en sus “dominios”. De nuevo, ver este articulo para detalles.
Y
así podemos seguir mucho más, recorriendo el camino descendente de la
Creación a través de símbolos pertenecientes y asociados a la GS,
imbuidos tanto en la psique del ser humano como en su mundo material a
través de las creaciones de nuestra raza en el arte, la música, la
arquitectura, etc.
Dios geometriza, decía Platón
Cuando
uno estudia GS, se da cuenta de que esta toma la idea de la geometría
que nos han enseñado en la escuela y la lleva a otro nivel completamente
diferente, ayudándonos a comprender las relaciones, los significados y
el significado oculto que existe en las cosas que vemos a nuestro
alrededor, evidentemente, oculto solo a aquellos que no ven o perciben
como las formas, relaciones matemáticas, y propiedades de las formas
geométricas nos explican el mundo en el que vivimos de forma clara,
concisa y exacta, tanto en la naturaleza, como en el arte, en la
arquitectura o en la música, ya que quiero hacer hincapié que la GS es
una herramienta práctica: la usan todo tipo de constructores,
arquitectos, diseñadores, dibujantes, artistas, músicos, jardineros,
carpinteros, etc., etc., etc. De hecho, a lo largo de la historia, para
crear obras de una excelencia magnifica, poder, belleza y energía que
resuena con el orden natural de las cosas, se ha de usar los conceptos,
reglas y propiedades de la geometría sagrada.
Seguiremos
en el próximo artículo hablando un poco más del tema para que empecemos
a fijarnos en como mucho de lo que tenemos alrededor está construido
con estructuras basadas en las reglas de la GS y con una fuerte carga
simbólica, que, cuando aprendes a verla, te revela un código oculto en
la naturaleza y en los legados de las antiguas culturas que transmiten
mucho más de lo que muestran.
*Introducción a la geometría sagrada y simbolismo – parte II
Decíamos en el artículo anterior que
estudiando la geometría sagrada, podemos acceder al sentido y
comprensión esotérica de aquello que llamamos “la Creación”,
especialmente en la geometría de la naturaleza de nuestro planeta, donde
vemos los patrones de crecimiento, estructura y movimiento que subyacen
bajo la manifestación del universo físico en el que existimos. La
geometría de los copos de nieve, las curvas en espiral de bacterias
microscópicas, el giro de las galaxias, el crecimiento de una flor, los
patrones de una concha marina, los patrones de las ramas de los árboles,
o las proporciones y estructuras del esqueleto humano, todo se puede
estudiar a partir de la geometría sagrada, pues es la geometría de los
patrones de la naturaleza, de todo lo que existe en nuestro planeta, y,
como ya veremos, de todo lo que existe en el cosmos.
Usada desde siempre para cosas que duran para siempre
Debido
a esto mismo, los antiguos constructores y arquitectos de la historia,
la usaban en la planificación, diseño y construcción de sus obras,
templos, iglesias, catedrales, monumentos y todo tipo de creaciones,
como reflejo de la estructura del universo, sin importar si se trataba
de un simple círculo de piedras en un claro de un bosque, una pirámide
en un desierto, o un templo de esplendor sin igual en medio de una gran
ciudad. Y, como ya podemos suponer, la GS no es una invención de la
humanidad, nadie la inventó como tal, sino que los primeros filósofos
que apreciaron su existencia lo hicieron a partir de la observación de
la naturaleza, descubriendo las puertas invisibles por las que las
corrientes energéticas manifiestan y dan lugar a la realidad sólida del
mundo físico, siendo esta la razón por la cual siempre ha estado
asociada a temas espirituales, mágicos, esotéricos, místicos y
ocultistas, desde que el ser humano ha tenido conciencia de ello en este
planeta.
Al igual que en el artículo anterior hablábamos
de algunos símbolos asociados a las primeras fases del proceso de
manifestación de lo creado usados en GS, veamos como poco a poco estos
símbolos han ido modificando su forma para abarcar nuevos aspectos
arquetípicos de este mismo proceso. Por ejemplo, nos habíamos quedado en
el símbolo de la cruz griega, con sus cuatro brazos iguales,
representando la acción creadora de los primeros Logos emanados por la
Fuente. Si ensanchamos estos brazos, por ejemplo, obtenemos el conocido
símbolo de la cruz de Malta, o, insertando en los extremos de los brazos
una llama, aparece un símbolo que denota la fuerza, luz, o energía que,
de ellos, de estos Logos creadores, emana. Si ampliamos el símbolo de
la cruz griega con las llamas y lo hacemos rodar como una rueda sobre su
centro, haciendo que la llama que arde en sus extremos forme una estela
a medida que gira, obtenemos el conocido símbolo de la esvástica, un
símbolo que se pierde en el origen de la historia y que está presente en
casi todos los países y culturas ancestrales del mundo.
La llave para entender el cosmos
La
GS actúa como un alfabeto para todos aquellos que desean crear,
concebir y construir cualquier cosa que esté acorde a los patrones de la
creación del universo, y no tiene nada que ver que lo hagamos con
arcilla, con piedras, con un lienzo o con un instrumento musical. Así,
la GS, se convierte en la llave maestra para abrir las enseñanzas y
conocimiento de los patrones que forman el esqueleto del cosmos, nos
permite entender los ritmos y ciclos del sistema solar, el gran año
galáctico alrededor del núcleo de la Vía Láctea, los ciclos planetarios,
y la manifestación de sucesos a nivel mundial. Nos abre la puerta a los
misterios más profundos de la destrucción y renovación del cosmos y
todo lo que en el existe. Proporciona una potente llave para entender
los misterios ocultos a los ojos del profano, los conocimientos
metafísicos de lo que está más allá de los sentidos, lo que los grandes
místicos de todos los tiempos han estado buscando mediante la alquimia,
los estudios ocultistas, las doctrinas secretas de las sociedades
esotéricas, el misterio de las religiones ancestrales, las escrituras y
libros sagrados de todas las culturas, y por supuesto, el simbolismo
usado por todos los que, de una forma o de otra, han querido transmitir
conocimientos al mundo usando un lenguaje universal y único, que
aquellos que lo comprendían, pudieran interpretar sin equivocaciones.
Rectas y curvas
A
través del simple acto del uso de la geometría, con algo tan sencillo
como rectas y curvas, podemos dibujar por ejemplo dos líneas que se
intersecten en un ángulo de 90º, o podemos hacer que dos líneas se
intersecten en un ángulo de 60º, lo que empieza a sentar las bases para
la construcción de un sistema geométrico, que, en términos de las
enseñanzas de la antigüedad, eran denominados Ad Quadratum y Ad Triangulum,
es decir, el sistema del cuadrado y el sistema del triángulo, de cuya
mezcla nace un mundo infinito de formas y figuras que nos permite
entender como está formado todo lo que vemos en el mundo, y fuera del
mismo.
Tan
poderoso se consideraba antiguamente el conocimiento de la GS, que, en
la entrada de la escuela de metafísica que Platón tenía en Grecia,
estaba escrito lo siguiente: “que no entre nadie ignorante en geometría”,
ya que este conocía el poder que esta tenía en el desarrollo del
razonamiento humano, sin el cual, la entrada en el mundo del misticismo y
de la metafísica podían convertirse en algo muy peligroso para la mente
no preparada. Es, de hecho, simbólicamente, uno de los significados de
la espada, el representar el poder del razonamiento humano, cortando a
través de los territorios inexplorados de la metafísica y aquello que la
ciencia tradicional no es capaz de explicar ni entender, de la misma
forma que todo explorador que busca atravesar la jungla, no lo hace sin
un buen machete que le abra paso. La habilidad del razonamiento
deductivo que se adquiere tras el estudio y aprendizaje de la geometría,
es crítica y esencial para todo aquel que desea escalar la larga y
compleja escalera del conocimiento místico, esotérico y metafísico.
Y
es que la GS nos ofrece la llave para revelarnos los patrones
invisibles de la creación y las plantillas y moldes cósmicos para la
creación de los planetas, revela las claves del diseño harmónico, en
consonancia con todo lo demás, en balance y armonía, y es por ello que
los grandes genios de la historia de la humanidad que la conocían y la
utilizaban en sus creaciones, hoy son los que perduran en nuestra
memoria a través de sus obras, pues nos transmiten “algo” más que nos
llega sutilmente a través de nuestros sentidos, donde nuestro espíritu,
reconoce el orden cósmico que hay detrás de esas obras. En el siguiente
artículo veremos más al respecto.
*Introducción a la geometría sagrada y simbolismo–parte III– Todo nace desde un punto
“Ante omnia Punctum exstitit…”[Antes de que todo existiera, había un punto…]Anónimo, S XVIII
Ahora
que hemos hecho una pequeña introducción genérica a la GS en los dos
primeros artículos, vamos a ver como se empieza a usar, desde las
enseñanzas metafísicas y esotéricas, para explicar los patrones,
estructuras y movimiento de todo lo que existe en la Creación. Para
empezar, la GS, para poder ser apreciada y experimentada, debe tomarse
como un ejercicio de contemplación y casi de meditación. Y por eso, para
comprender la Creación, uno puede hacerlo a través de comprender su
geometría, ya que la emergencia del universo desde una Fuente
impenetrable y desconocida, infinita y en reposo, fue un acto que
podemos “dibujar”, y por lo tanto, puede ser explicado a través de la
GS. Tanto lo creían así los antiguos filósofos y místicos, que no
sorprende encontrar obras de arte mostrando al Creador trabajando como
un geómetra. William Blake, en uno de sus cuadros más famosos, pintado
en 1794, y llamado “The Ancient of Days”, nos muestra al “dios creador del universo” usando un compás para poner orden en el caos y dar lugar a la creación.
Para
iniciar cualquier ejercicio de GS cuatro cosas con necesarias: un papel
en blanco, una regla, un compás y un lápiz. Con estas herramientas, y
el apropiado estado mental, el geómetra puede imitar el proceso
primordial a través del cual el universo del espacio y del tiempo surgió
en existencia. A través del compás solamente, ya simbolizamos la
dualidad inicial de la energía potencial en reposo y de la energía
creadora en movimiento, pues una punta del compás se mueve mientras que
otra se mantiene estática, generando el centro y la circunferencia de un
círculo, matriz generadora de todo el resto de formas. Para empezar, no
podía ser mas simple :–)
Luego,
gracias a las enseñanzas metafísicas, podemos desarrollar modelos que
nos ayuden a explicar y comprender el proceso fundamental de esta
Creación. Este proceso siempre comienza con un simple punto
adimensional, como dijimos en el primer artículo de esta serie, pero,
eso sí, de infinito potencial. Un punto siempre es adimensional, porque
si lo sitúas en el centro de una línea, dividiéndola en dos, la suma de
ambos lados de la línea es exactamente el total de la línea, demostrando
que el punto no ocupa espacio, ni, por supuesto, tiempo.
Por eso, desde el punto de vista del misticismo egipcio, el punto de donde todo sale está descrito de esta forma:
De
esta forma, se inicia el proceso de transición desde la
adimensionalidad de la Creación a la dimensionalidad y estructura de la
misma. No importa que la línea que forma ese punto en movimiento sea
recta o curva, en ambos casos, resulta en el primer acto geométrico al
mover el potencial latente en reposo del punto, a la energía creadora de
una línea en movimiento. Cuando el geómetra hace este gesto con el
compás, una circunferencia nace, y el radio de la misma, es lo que
representa la primera fase de expansión de esa energía creadora…
…dando
lugar a la región de la Creación, a todo lo que existe, al absoluto,
donde el punto simboliza la Fuente primaria, la energía primordial
infinita en reposo, y la circunferencia el ámbito de todo lo creado y
manifestado, a partir de esta Fuente, por el desplazamiento de la misma.
Este
sencillo símbolo, también en muchas culturas es considerado el símbolo
del Sol, como dador de vida y creador, pero va mucho más allá, en una
escala más grande, pues representa el primer acto de la Creación,
manifestándose a sí misma. El círculo, pues, no tiene ni principio ni
final, símbolo de la eternidad, y representa el Todo y la nada al mismo
tiempo, el movimiento y el reposo, de ahí su profundo simbolismo.
Agujeros negros, singularidades geométricas
Stephen
Hawking, en colaboración con el matemático Roger Penrose, probaron hace
unos años que las ecuaciones de la teoría de la Relatividad General, en
su forma clásica, necesitan absolutamente de una singularidad al inicio
de la creación del universo y en sus estructuras para ser correctas, un
punto desde donde todo el resto pudiera emerger y apoyarse en los pasos
de su manifestación, algo que, por otro lado, nos dicen desde la
antigüedad los filósofos platónicos, las enseñanzas herméticas, o los
estudiosos del misticismo ancestral.
Quizás
por eso, a los que metemos la cabeza en ambos mundos, no nos choca
darnos cuenta que las teorías científicas que explican el universo
[físico] sean perfectamente consistentes con los principios de la
geometría sagrada, que las proporciones de cualquier estructura está
reflejada en sus partes y viceversa, y que, tal y como Nassin Haramein y
otros han probado, en el centro de cada cuerpo cósmico, sea un planeta,
estrella o galaxia, existe una singularidad, en este caso un agujero
negro, rodeado por un horizonte de eventos, reflejando la estructura que
preside el nacimiento de todo lo manifestado.
Según
una definición inicial de lo que es un agujero negro, visto desde el
punto de vista astronómico, tenemos que un agujero negro se ha formado
una vez una estrella moribunda se ha contraído dentro de su propio
horizonte de eventos. Pero no hay fuerzas en la naturaleza que puedan
soportar a esa estrella, así que continua contrayéndose bajo la fuerza
creciente de su gravedad. La presión de la gravedad y la curvatura del
espacio-tiempo alrededor de la estrella continua creciendo hasta que la
estrella se convierten en un solo punto. En ese punto, existe ahora
presión infinita, densidad infinita, y lo más importante, una curvatura
infinita del espacio-tiempo. Cada átomo y partícula de una estrella está
completamente concentrado y aplastado, libre de toda existencia en esta
curvatura infinita, que se convierte en el corazón del agujero negro, y
que es denominado una singularidad.
¿Y
qué es el horizonte de eventos? El horizonte de eventos es el nombre
dado al borde o límite del agujero negro a partir del cual la atracción
gravitacional es tan fuerte que ya nada puede escapar del mismo, ni
siquiera la luz, hundiéndose ya en la total oscuridad que da nombre a
este cuerpo cósmico. Siguiendo con la definición, entonces, nos
encontramos que un agujero negro no es más que una singularidad infinita
rodeada de un horizonte de eventos, el mismo diseño geométrico que
encontramos en las tradiciones sobre el inicio de la Creación, y que,
sabemos, existe ya en el centro de todo cuerpo celeste y cósmico en el
universo.
La estructura vista desde nuestro nivel evolutivo
Al igual que el sueño que tuve hace algunos meses y que os contaba brevemente al final de este otro artículo, donde decía:
Y
es que hemos de entender que hablamos de las leyes y estructura del
universo físico desde nuestra perspectiva tridimensional, ya que cada
nivel de conciencia, de plano evolutivo, nos permite observar una
realidad más amplia, con otras leyes y propiedades, de forma que, para
nosotros, lo que conocemos de la Creación es solo lo que estaría
representado y englobado en el cubo más interior de un sistema de
realidades cada vez más amplias.
Es
decir, tomando este modelo de realidades dentro de otras realidades, y
asumiendo que estamos, encapsulados en la más interior de todas ellas,
el nacimiento de nuestro “cubo” puede ser explicado mediante el modelo
de la singularidad que se expande. Pero, ¿de dónde surgió este punto o
singularidad entonces? Para los que estudiamos la parte metafísica de la
Creación, el punto concentrado infinito y adimensional que dio lugar a
nuestro universo proviene del “nivel” de orden mayor que nos envuelve,
el cubo de mayor tamaño inmediatamente superior de nuestra figura, que, a
su vez, proviene de un cubo de orden mayor, hasta el infinito, lo cual
nos lleva a la pregunta sin respuesta, ¿de donde salió la singularidad
inicial que creo el primer cubo? ¿De dónde salió la Fuente primaria? Ahí
la única respuesta es: no salió de ningún sitio, siempre estuvo ahí, en
reposo y en potencia. De alguna forma, todo se inicia y acaba con la
misma singularidad, en procesos infinitos de expansión y contracción, de
forma que, posiblemente, no haya forma de hablar jamás de un principio
ni de un final, sino de un cambio constante, cíclico, y perpetuo.
Así
que, para empezar, estos son los conceptos que forman parte de nuestra
introducción a la geometría sagrada, ya que, a medida que uno se adentra
en este arte, empieza a ver como se produce la transformación de
figuras simples, tal como el punto y el círculo, moviéndose hacia
complejidades mayores, tal y como hace el universo en su evolución, y
tal como hace la naturaleza desde la célula mas diminuta hasta la
manifestación de las millones de especies que poblamos el planeta,
incluyendo por supuesto al ser humano con su capacidad cognitiva. A
medida que vamos creciendo en nuestro entendimiento de las proporciones y
armonías expresadas a través de los procesos geométricos, empezamos a
percibir y comprender los patrones ocultos de la creación, y vemos con
total claridad como lo que es adentro es afuera, como es arriba es
abajo, y como la realidad interior y la realidad exterior no son más que
reflejos mutuos una de la otra.
*Introducción a la geometría sagrada y simbolismo–parte IV– La Vesica Piscis
Si
en el artículo anterior habíamos explicado mediante la GS que, en la
Creación, efectivamente, todo empieza por un punto, por una singularidad
que se expande, ¿qué modelo, patrón o proceso sigue esa singularidad
para dar realidad a la manifestación del universo tal y como lo
conocemos?
Para poder encontrar una respuesta a esta pregunta, vamos a recurrir al mapa de la Creación representado por el llamado “Árbol de la Vida”, una
construcción geométrica basada en proporciones matemáticas concretas y
cuya progresión se sustenta en la raíz cuadrada del número tres, siendo
este representativo de las tres fuerzas primordiales que gobiernan toda
manifestación física: una fuerza activa, una fuerza pasiva, y una fuerza
neutra. No existe creación sin estas tres fuerzas o energías, y, por
ello, es la base para todo desarrollo geométrico y matemático de los
modelos sobre la estructura de esta Creación. Este “árbol de la vida”
se inicia con la figura que se denomina la Vesica Piscis, una de las formas geométricas más importantes para entender los patrones geométricos de todo lo que existe.
Construyendo el Vesica Piscis
Un
Vesica emerge de la intersección de dos círculos de igual radio,
puestos de tal forma que la circunferencia de uno se encuentra en el
centro del otro. Primero, simplemente dibujamos un único circulo y
construimos nuestra circunferencia. Luego, para dibujar el segundo,
ponemos el compás, sin modificar su apertura, en cualquier punto de la
circunferencia del círculo dibujado, asegurándonos que tiene el mismo
radio:
El
área donde ambos círculos se sobreponen, o se intersectan, es llamado
la Vesica, cuyo ancho puede ser calculado haciendo una línea de extremo a
extremo, como vemos en la figura número 3. Según las tradiciones
místicas y esotéricas que tienen como base la geometría sagrada, la
Vesica Piscis es una llave geométrica muy poderosa para sacar a la luz
el significado críptico de algunos de los símbolos ocultos más potentes.
La
Vesica Piscis representa la interrelación de dos entidades distintas,
la complementariedad de los opuestos, y la necesidad que tienen ambos
uno del otro para existir. Uno de los círculos hace referencia al
aliento del ser, que es eterno, mientras que el otro hace referencia a
la creación de la materia, siempre cambiando y adaptándose, de forma que
la Vesica Piscis, como la intersección de ambos, simboliza aquello que
media entre el espíritu, el alma y la psique.
Y
cuando uno se pone a observar libros de arquitectura, lo que sí que
está claro, es que, a lo largo de la historia, todas las grandes obras,
construcciones y diseños que comprendían las reglas de la manifestación
de la realidad, han tenido la Vesica Piscis como figura primordial para
ello, tanto es así, que para Platón y sus profesores en Egipto era un
arquetipo de la belleza ideal, o incluso en culturas orientales, con un
rombo en el interior, era usado como el símbolo del útero materno.
El
hecho de que la Vesica Piscis sirva de base para crear muchas otras
figuras geométricas, es lo que le da el carácter tan místico y profundo.
El escritor esotérico y anticuario John Michell estudio largamente el
significado arcaico de este símbolo y su conexión con la mayoría de
templos sagrados del mundo, y escribió al respecto:
El
hecho de que a partir de la Vesica se puedan desarrollar polígonos de
cinco y seis lados, así como otros muchos, constituye una propiedad
formidable para este símbolo, que desde siempre se ha mantenido asociado
al matrimonio sagrado entre las esencias espirituales, representadas
por el circulo de la derecha, penetrando el mundo de lo material del
circulo de la izquierda, mientras que los ejes largo y ancho se han
considerado respectivamente el aspecto positivo y el aspecto negativo de
esta interpenetración y sobre posición de ambos mundos. El rombo,
compuesto por dos triángulos equiláteros que puede ser dibujado en el
centro de la Vesica Piscis, representa de nuevo la dualidad de la
existencia, el triángulo superior el aspecto positivo, y el triángulo
inferior el aspecto negativo.
Así,
en el Vesica tenemos un potente símbolo, representando en general el
proceso de nacimiento de la Creación, la unión de los mundos, la
dualidad del proceso y la influencia de la energía o espíritu sobre la
material, además de, geométricamente, ser la clave para la creación de
todas o casi todas las figuras geométricas, hecho que le valió el ser
usado en todo aquello que tenía que ver con el simbolismo esotérico de
la Creación, y como base para todas las construcciones y estructuras
sagradas de la historia, usando también, como base, las propiedades
armónicas que existen en la relación de su alto con su ancho. Ahora,
nosotros, llegados a este punto, que espero os haya hecho entender
brevemente el porque de la GS, nos pondremos a usar el poder de la misma
y su simbolismo asociado para evocar en nuestro subconsciente
diferentes arquetipos asociados a la Creación, de lo que hablaremos en
el siguiente artículo.
Despertando principios arquetípicos subconscientes a partir de la geometría sagrada
Con
todo la visión general que hemos dado en los cuatro artículos
anteriores, vemos que a lo largo de la historia se han explicado los
grandes misterios de la humanidad a través de símbolos, de figuras
geométricas y de números. Hay una relación completamente directa entre
todo lo anterior, y todo número tiene asociado figuras determinadas, y
toda figura puede ser simbólica y representativa de principios genéricos
que evocan conceptos más abstractos y complejos. Afortunadamente, el
ser humano, si trabaja desde los niveles y formas adecuados, puede
llegar a despertar la comprensión de estos conceptos aun a nivel
intuitivo, ya que se encuentran imbuidos en lo más profundo de nuestra
psique.
Entonces,
¿cómo podemos empezar a despertarlos? Con unos simples ejercicios de
visualización relacionados tanto con números como con símbolos y de los
cuales os pongo algunos ejemplos a continuación, para que probéis en
casa. Todos ellos nacen de la geometría sagrada, a partir de las figuras
primarias que hemos visto, tales como el punto, el círculo, la vesica
piscis, etc. Estos ejercicios que os describo, suelen necesitar entre
tres y siete días de realización continua para que tengan algún mínimo
efecto, por lo que por ejemplo, se hace la primera visualización tres o
cuatro días seguidos, luego la segunda otro tanto, luego la tercera otro
tanto, etc. Y vais anotando por vuestra cuenta que efectos percibís o
cambios se puedan notar intuitivamente en la expansión de vuestra
conciencia.
El punto que se convierte en esfera
Si
en el inicio de la Creación, de una singularidad nace todo lo que
existe, visualicemos ahora ese proceso y despertemos esa “conexión” con
la Fuente desde nuestra psique. Para hacer esto, hemos de visualizar los
pasos siguientes según tenéis en el dibujo y tal y como os explico
abajo:
Aquí
el ejercicio consiste en imaginar un punto, y a partir de él, como
surge una espiral, que se convierte en un círculo, y finalmente en una
esfera de color blanco tridimensional. Hemos de visualizar estos pasos
sin mirar los dibujos, evidentemente, pues se trata de “activar” este
principio arquetípico en nuestro subconsciente, durante unos cinco
minutos, para todo el proceso de los cuatro pasos.
La dualidad
El
segundo gran concepto y principio arquetípico que vamos a trabajar es
el basado en la dualidad, una cualidad que percibe el ser humano por su
configuración energética y genética, ya que así fuimos creados para
percibir el universo en el que existimos. Así, basado en el número 2, se
representan los opuestos, los complementarios, la necesidad de la
unión, y usaremos el símbolo del Yin y el Yang que todos conocéis. Para
ello, se visualiza primero la esfera blanca del ejercicio anterior,
pasando a visualizar las dos partes como veis en el dibujo, y luego
insertando las esferas de la polaridad contraria en cada una de las
partes. Como ya sabéis, esto indica que en cada polaridad existe una
porción de la polaridad contraria. La visualización también debe durar
máximo unos cinco minutos o menos.
La trialidad
La
tercera visualización tiene que ver con el ternario, el tres como
elemento, las tres fuerzas de la creación: la activa, la pasiva y la
neutra, también la trinidad, suma de los creadores (dualidad) y lo
creado. Existen muchas trinidades en las decenas de culturas que hay en
el planeta, la cristiana de: Padre, Hijo y Espíritu Santo; la Hindú:
Brama, Visnú y Shiva; la Egipcia: Osiris, Isis y Horus; la Celta: vida,
muerte y renacimiento, y así muchas otras. Casi todas simbolizan un
principio, un desarrollo y un fin y la figura que lo representa es el
triángulo. Visualizaremos pues un triángulo equilátero, de ángulos
iguales, luego hemos de imaginar cómo se transforma en una Triqueta o
nudo celta, un antiguo símbolo de esta tradición que representa, entre
otras cosas, el número tres. Esta triqueta es un símbolo que tiene una
antigüedad de más de 5.500 años, y, en mitología celta, es la
representación de la parte femenina del universo y de las tres fuerzas
de la naturaleza: tierra, agua y aire.
La materia
El
siguiente ejercicio y cuarta visualización tiene que ver con el
cuaternario, un número relacionado con la materia, lo sólido, los
fundamentos de lo Creado, etc. En este caso, el ejercicio consiste en
imaginar una cruz griega, es decir, de brazos idénticos, luego un
cuadrado con esa cruz inscrita dentro del cuadrado, para después ver la
figura que veis en el gráfico inscrita de manera tenue en el cuadrado,
por último, veremos sólo figura final. Dicha figura es una
representación ancestral de lo que el cuatro significa, el cual se
repite en muchas culturas pero que en la que es más característica es en
la Celta también.
El hombre en busca de su crecimiento personal
Y
como último ejercicio de visualización, vamos a trabajar ahora con un
símbolo asociado al número cinco, y relacionado con el arquetipo del ser
humano ideal, el hombre en busca de la perfección. Empezamos
visualizando en nuestra mente un pentágono como el que veis en el
dibujo, luego visualizamos una estrella inscrita en el pentágono,
después visualizamos las zonas del pentagrama que se oscurecen para
luego dar forma a un cáliz, para, en el quinto paso, verse sólo el
cáliz. El pentagrama, en este caso, simboliza también el hombre
renacido, la persona nueva, aquel que, realizando un camino de
crecimiento en su microcosmos, refleja en su vida el símbolo del
universo y su eterno crecimiento y expansión.
En
este caso, hemos de imaginar siempre la estrella con la punta hacia
arriba, y el cáliz, en este ejercicio, es un símbolo, que, en esta
ocasión, representa el cuerpo humano como contenedor de la sustancia
divina, el ser, la mónada, la esencia.
Con
estos pequeños ejercicios y la introducción que hemos hecho a la GS y
el simbolismo de los conceptos que explican el universo en el que
vivimos, podemos empezar a hacer resonar en nuestro interior la parte de
nuestra psique, que, conectada a los planos superiores de donde estos
principios arquetípicos se imbuyen en formas más concretas (desde el
primer sub-plano del plano causal- parte alta del plano mental, hasta el
sub-plano más inferior del mismo plano mental), y podemos empezar a
establecer puentes con esos otros mundos superiores donde no se trabaja
con palabras, sino con símbolos, y donde nos entendemos a través de
ellos, porque proveen de todo el conocimiento y entendimiento que
nuestro ser ya tiene, pero que debe y puede ser transmitido a la
personalidad del cuerpo humano, para que este empiece a expandir su
esfera de conciencia y empiece a conectar con aquello de donde todos
venimos, hablando en su mismo idioma, que es, como no, el de símbolos y
arquetipos.
fuente:
Cortesía de Aminaela
No hay comentarios:
Publicar un comentario