El doctor Secundino López Pousa, coordinador del servicio de Neurología de los hospitales Josep Trueta de Girona y Santa Caterina de
Salt, ha presentado recientemente su libro “Adiós a las mariposas”
(Glosa Ediciones). Se trata de un texto en el que nos habla de forma
didáctica de su experiencia de más de 25 años asistiendo a pacientes con
demencia (según sus cálculos, unos 10.000).
En sus palabras, “este libro es muy útil para ayudar a conocer y resolver las diferentes situaciones ...
que tienen que atender las familias y a los cuidadores de pacientes con demencia y sobre todo con los enfermos de la enfermedad de Alzheimer; por ello, sobre todo, va dirigido a familiares, cuidadores y profesionales interesados en el campo de las demencias. He recogido mis experiencias durante todo este tiempo y las he explicado de una forma muy clara para que las pueda entender todo el mundo. Los consejos que doy en el libro pueden ser muy útiles para aquellas personas que conviven con la enfermedad, y la sufren, sin padecerla”. Esta entrevista se publicará así mismo en un monográfico sobre enfermedades mentales de la revista "The Ecologist" que aparecerá en julio.
“Adiós a las mariposas” es un libro que recoge situaciones cotidianas en la vida de los pacientes con demencia y las comenta dando respuesta a las preguntas que habitualmente se hacen familiares y cuidadores de estos pacientes, tanto al inicio como durante la evolución de la enfermedad. “Adiós a las mariposas”, a través de ejemplos sencillos, emplaza al lector a situaciones puntuales que pueden aparecer durante la evolución de la enfermedad, dándoles respuestas sencillas y fácilmente comprensibles a las dudas o preguntas que les pueden surgir a lo largo de la evolución de la misma. Pero mi conversación con el doctor fue más allá de lo que es el Alzheimer en sí y, en realidad, la mayoría de respuestas a las preguntas que le planteé se pueden extrapolar a diversas enfermedades mentales, a sus causas, a su prevención… Así, pues, como este monográfico ya hay un extenso artículo sobre el Alzheimer, plantéense las sabias respuestas de este doctor como respuestas que pueden servir para muchas otras patologías y su relación con la forma en que vivimos, comemos, etc.
-¿Cuáles son las causas reales del Alzheimer y de otras demencias seniles?
-Las causas son múltiples. Hay un componente genético en algunas de ellas. Sobre todo, en lo que respecta a la enfermedad de Alzheimer que se presenta en personas jóvenes, antes de los 55 años, como es el caso del ejemplo de la conocida película “Siempre Alice” y que creo que ustedes ya han tratado en esta revista. Pero ese ejemplo no atañe a más del 5% de los pacientes de la enfermedad. En los enfermos, se dan alteraciones de diferentes proteinas cerebrale.. Las causas que provocan la enfermedad son múltiples. Yo destacaría, entre ellas, el fumar, el alcohol, el consumo de estupefacientes, el consumo excesivo de grasas, la pésima dieta que tenemos, la falta de ejercicio físico…Así mismo, contribuyen a su desarrollo otras enfermedades como la hipertensión, la diabetes, el hipotiroidismo, la obesidad, y otras muchas que generalmente podemos tratar o controlar.
UN MUNDO HOSTIL
-En lo que respecta al Alzheimer y otras patologías mentales, ¿podríamos decir que nuestro mundo, nuestra forma de vida, nuestra alimentación… es hostil para el sistema neurológico?
-Sí, exactamente. Es muy hostil en todos los ámbitos. Tenemos que aprender mucho acerca de cómo funciona nuestro cerebro, de cómo protegerlo, de cómo cuidarlo… En realidad, nosotros, como ya decía Ramón y Cajal hace más de 100 años, y nos dejó escrito en su libro “El mundo visto a los ochenta años”, estamos diseñados para vivir al menos unos 140 años. Pero no llegamos… ¿Por qué? Sobre todo, por factores medioambientales y por nuestra pésima alimentación, saturada de grasas, de excesiva proteína animal… La alimentación y otros factores de riesgo hacen que nuestro sistema neurológico padezca todo tipo de agresiones, con sus posteriores consecuencias. En los próximos años, habrá que cambiar el tipo de dieta de la población, porque, si no, tanto el Alzheimer como otras patologías mentales y físicas… se dispararán más todavía… ¿De qué sirve adelantar en ciencia y obtener buenos resultados en diversas terapias de todo tipo si no nos esforzamos en llevar a cabo acciones preventivas? Podemos seguir creando terapias pero, si la gente sigue fumando, abusando de las comidas saladas, de las grasas y de productos tóxicos, seguirán existiendo enfermedades. Al ser humano le resulta difícil, aun sabiendo los riesgos, el corregir o abandonar los hábitos tóxicos, como ocurre con una de las sustancias más fáciles de eliminar, el tabaco, que, aparte de provocar cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias, también aumenta el riesgo de sufrir enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular.
-Usted está hablando de prevención…
-Sí, claro. Es importantísimo. Es del todo relevante tener en cuenta que nuestras neuronas hay que cuidarlas, hay que protegerlas. Todas las patologías mentales están asociadas al estado de nuestras neuronas. Si las cuidamos, tendremos salud mental, de ellas dependemos, del mismo modo que dependemos en la infancia de nuestros progenitores, a los que más tarde vamos a cuidar nosotros. Hay que conservarlas, mimarlas, pensar en ellas y con ellas. ¿Cómo? Volvemos a lo mismo. La dieta es importante, y se ha demostrado que la dieta mediterránea, la de nuestra tierra, es ideal para cuidar y proteger nuestro cerebro, una dieta exenta de tóxicos. A la dieta debemos añadirle una vida familiar y social activa con buenos estímulos… La calidad de nuestra vida es la de nuestra salud mental y física, tenemos que ganárnosla día a día. Todo aquello que hagas… tendrá repercusiones en tu salud. También en tu salud mental.
EXTRAORDINARIO TRABAJO CON LOS BOSQUES MADUROS
-Su trabajo con el tema de los paseos por bosques maduros es impresionante… Hábleme de eso…
-Se ha presentado recientemente un trabajo elaborado con profesionales de los hospitales Josep Trueta de Girona y Santa Caterina de Salt. Se trata de un ensayo clínico realizado por profesionales de estos centros en colaboración con la Universidad de Girona para estudiar el efecto de los bosques maduros (aquellos en el que los árboles tienen más de cien años y no han sufrido modificaciones recientes por la acción humana) sobre los enfermos de fibromialgia. Un estudio que ha dado resultados positivos y esperanzadores a la hora de hacer frente a la dolencia. Los pacientes que han paseado por el bosque maduro experimentan mejoras en los síntomas de esa enfermedad: insomnio, dolor, sensación de bienestar. En Japón, USA, Canadá... en la mayoría de los estudios realizados para valorar los efectos protectores de los bosques sobre la salud, sirvieron para analizar las diferencias que hay entre las personas que acuden habitualmente a pasear por bosques maduros y la gente que solo vive en la ciudad: reducción de la presión arterial, de la frecuencia cardiaca, glucosa... Nosotros hemos querido dar un paso más y hemos querido probar si con una enfermedad como la fibromialgia, que tiene una gran variabilidad de síntomas (fatiga, dolor, trastornos del ánimo y del sueño, ansiedad…), que además tiene una prevalencia muy alta, la sufre el 2% de la población femenina, y para la que sólo hay tratamiento sintomático, el caminar por un bosque maduro podría tener un beneficio terapéutico. Sí lo hay.
EXTRAPOLACIÓN DE LOS BENEFICIOS
-¿Los beneficios terapéuticos de los bosques maduros podrían extrapolarse a las enfermedades mentales?
-Seguro que sí, vamos a seguir trabajando en ese campo. De hecho, el efecto positivo que se observa en pacientes de fibromialgia ya es revelador porque, de alguna manera, la fibromialgia está muy conectada con la depresión y con síntomas psicológicos como el insomnio, el cansancio, la fatiga, que se observan en otras muchas enfermedades. Todo apunta a que si la población paseara más por bosques maduros… beneficiaría mucho su salud, tanto física como mental. Nosotros, como especie, aunque evolucionada, no hace muchos miles de años que la vida la hacíamos en los bosques, no en las ciudades. Este cambio en el modo de vida tiene sus consecuencias. Volver a un entorno más natural, aunque solo sea por un espacio de tiEmpo limitado, como es el pasear por bosques maduros, estabiliza y aumenta la secreción de sustancias anticancerígenas que inhiben los procesos tumorales. También se espera que tengan excelentes resultados en trastornos del espectro autista, en la hiperactividad, en depresiones crónicas… Los beneficios potenciales del paseo por bosques maduros se han de seguir estudiando, y nuestra investigación no es más que es el inicio de lo que dentro de pocos años será una nueva disciplina en el campo de la salud física y mental.
LA CÚRCUMA
-No sé si ha oído hablar usted de los beneficios del consumo de curcumina, presente en la cúrcuma, con respecto a la depresión, por ejemplo.
-Sí, claro. La curcumina tiene propiedades muy específicas que se orientan fundamentalmente a su capacidad para incrementar las defensas de nuestro organismo e inhibir las consecuencias negativas de la acción de sustancias tóxicas. Los primeros trabajos que se han realizado científicamente han sido fundamentalmente en el campo de la oncología, donde se ha visto que puede evitar la propagación tumoral al mismo tiempo que activa sustancias precursoras que provocan el bloqueo tumoral. Peo más allá de su acción anticancerígena se han hecho estudios en los que se observa que la curcumina aumenta la cognición. Y esto es muy positivo. Es esperanzador. Yo sería prudente a la hora de no crear falsas esperanzas. Pero es esperanzador. Hay que investigar más. De hecho el 80% de los productos farmacéuticos a nivel mundial procede de plantas y las farmacéuticas, aunque actualmente han dado un giro hacia las moléculas sintéticas, en el futuro van a tener que trabajar cada vez más con sustancias naturales que no tengan efectos secundarios. Aparte de ello, se crearán fármacos selectivos para tratar cada dolencia y personalizados, que no empeoren la salud del paciente a largo plazo. Pero, en cualquier caso, al margen de lo que hagan las farmacéuticas, la responsabilidad sobre nuestra salud es nuestra. No dejaré de incidir en que nuestra salud dependerá del modo en el que vivamos: de lo que comemos, donde respiremos, cómo nos movemos, de los amigos que escojamos, y de nuestra capacidad para mantener nuestra mente activa, adquiriendo conocimiento continuamente, de todo ello depende nuestra salud mental y/o física.
REDES SOCIALES TRADICIONALES
-La forma en que vivimos, en nuestras relaciones sociales, familiares, ¿también tiene un impacto positivo o negativo?
-Por supuesto. El aspecto social de nuestra vida es tan importante como el aspecto alimentario, físico, farmacológico, etc. Debemos llevar a cabo acciones que mantengan una actividad saludable para nuestro cerebro. La vida tradicional, que permite trabajo compartido, ejercicio moderado, como ir al trabajo caminando, el pasear cada día al menos una hora, el disponer de tiempo para compartir una taza de café o de chocolate con los amigos, el hacer lo que hacían nuestro padres o los abuelos cuando salían a tomar la fresca con los vecinos, es salud… Las buenas relaciones familiares, las buenas relaciones de pareja, tan solo preguntarle a tu compañero/a el “¿cómo te ha ido el día de hoy?”, escuchando su respuesta, el saludar a los vecinos cada mañana, el cuidar el jardín, el salir a pasear con el perro… Todos son estímulos positivos. Lo contrario, el aislarse, el no salir, el no caminar, el no preocuparte por el vecino... es nefasto para nuestro cerebro. El aislamiento, la soledad, conlleva malas energías… La tecnología está ahí y nos atrae y nos aísla y nos roba el tiempo de nuestras amistades, y, aunque no siempre es nocivo hablar por teléfono o trabajar con la tableta, todo ello ha de tener un tiempo adecuado. Siempre hemos de tener presente que somos nosotros los que debemos ordenar nuestros espacios y no ha de ser la tecnología y el trabajo la que adecúe nuestro modo de vivir. Los demás han de tener un puesto importante en nuestra vida que no se puede sustituir.
-No quiero robarle más tiempo, doctor. Dígame, para concluir, qué consejos les daría a los familiares de enfermos de Alzheimer y de otras demencias seniles…
-En estos momentos el hablar con usted es saludable para mí (risas). Sus preguntas son estímulos para mi cerebro, me hacen pensar (risas). Durante estos minutos nuestras neuronas han hecho nuevas conexiones, hemos ganado en salud. La gente debería hablar más entre sí como higiene mental. Como he dicho en la presentación, el libro recoge mis experiencias con los enfermos y sus familias, sus preocupaciones. Es una reflexión, comentada a través de los conocimientos científicos actuales, y puede ayudar a aquellas personas que conviven o están cercanas a los pacientes, ya sean familiares o profesionales de la salud. Hay 40 millones de personas que sufren algún tipo de demencia en el mundo. En poco tiempo, la cifra se duplicará. Hoy sabemos que, cuando una persona viene a nuestra consulta porque tiene síntomas de la enfermedad, la patología ya se ha iniciado hace 10 o hasta 15 años. El diagnóstico precoz es importante ya que nos permite aminorar el impacto de la enfermedad porque dispondremos de mejor información, de la administración de fármacos en los primeros estadios del proceso, y podemos corregir errores y en la mayoría de pacientes ralentizar el proceso…
Pedro Burruezo
ANOSOGNOSIA
LA IMPORTANCIA DEL PAPEL DE LOS FAMILIARES
La enfermedad de Alzheimer y otras demencias seniles, así como la depresión, el trastorno bipolar o la esquizofrenia… son un problema sociosanitario de primer orden. El doctor Secundino López comenta que “he hecho este libro para intentar paliar el sufrimiento que las personas que cuidan a los pacientes con demencia, a partir del aprendizaje de las preocupaciones y desvelos que me han mostrado las personas que he visto en la consulta a lo largo de todos estos años. No va más allá de ser un homenaje a mi padre, que me enseñó a no ver en ellos… pacientes, sino a ver personas; y a mi madre, que me enseñó, con su vida sencilla, familiar y saludable, a cuidar de mis neuronas. A lo largo de estos veinte y cinco años de trabajo y responsabilidad en la Unidad de Demencias del Hospital Santa Caterina, he recogido muchos testimonios y fueron ellos los que me hicieron ver la necesidad de dejar escrito lo que habitualmente comentamos en la consulta. La enfermedad de Alzheimer y otras demencias y enfermedades mentales provocan ‘mucho dolor y desasosiego’. En todo esto, tiene mucho que ver la anosognosia. La anosognosia o falta de conciencia de la enfermedad conlleva la pérdida de la capacidad para percibir adecuadamente las consecuencias producidas por el daño cerebral adquirido. Las dificultades se pueden presentar a la hora de tomar conciencia de las limitaciones físicas, cognitivas y/o conductuales. La falta o escasa conciencia de las alteraciones cognitivas y, especialmente de las conductuales, conllevan una mayor resistencia a adoptar medidas protectoras para el paciente, que a menudo realiza conductas de riesgo, complicando la atención y los cuidados, y aumentando el estrés y responsabilidad del cuidador y familia. Por todo ello, las campañas de concienciación y de divulgación son muy necesarias e importantes. Las formación de los familiares y cuidadores es trascendental y debería de ser obligatoria para aquellas personas que con buena voluntad se ponen a cuidar a personas enfermas, en estos casos con una enfermedad difícil de entender y complicada y que precisa un cuidado continuo de veinticuatro horas del día y que va a ir progresando a lo largo de los años. El diagnóstico temprano de la enfermedad va a permitir adoptar soluciones que ayuden a paliar los problemas que se desencadenarán”.
En sus palabras, “este libro es muy útil para ayudar a conocer y resolver las diferentes situaciones ...
que tienen que atender las familias y a los cuidadores de pacientes con demencia y sobre todo con los enfermos de la enfermedad de Alzheimer; por ello, sobre todo, va dirigido a familiares, cuidadores y profesionales interesados en el campo de las demencias. He recogido mis experiencias durante todo este tiempo y las he explicado de una forma muy clara para que las pueda entender todo el mundo. Los consejos que doy en el libro pueden ser muy útiles para aquellas personas que conviven con la enfermedad, y la sufren, sin padecerla”. Esta entrevista se publicará así mismo en un monográfico sobre enfermedades mentales de la revista "The Ecologist" que aparecerá en julio.
“Adiós a las mariposas” es un libro que recoge situaciones cotidianas en la vida de los pacientes con demencia y las comenta dando respuesta a las preguntas que habitualmente se hacen familiares y cuidadores de estos pacientes, tanto al inicio como durante la evolución de la enfermedad. “Adiós a las mariposas”, a través de ejemplos sencillos, emplaza al lector a situaciones puntuales que pueden aparecer durante la evolución de la enfermedad, dándoles respuestas sencillas y fácilmente comprensibles a las dudas o preguntas que les pueden surgir a lo largo de la evolución de la misma. Pero mi conversación con el doctor fue más allá de lo que es el Alzheimer en sí y, en realidad, la mayoría de respuestas a las preguntas que le planteé se pueden extrapolar a diversas enfermedades mentales, a sus causas, a su prevención… Así, pues, como este monográfico ya hay un extenso artículo sobre el Alzheimer, plantéense las sabias respuestas de este doctor como respuestas que pueden servir para muchas otras patologías y su relación con la forma en que vivimos, comemos, etc.
-¿Cuáles son las causas reales del Alzheimer y de otras demencias seniles?
-Las causas son múltiples. Hay un componente genético en algunas de ellas. Sobre todo, en lo que respecta a la enfermedad de Alzheimer que se presenta en personas jóvenes, antes de los 55 años, como es el caso del ejemplo de la conocida película “Siempre Alice” y que creo que ustedes ya han tratado en esta revista. Pero ese ejemplo no atañe a más del 5% de los pacientes de la enfermedad. En los enfermos, se dan alteraciones de diferentes proteinas cerebrale.. Las causas que provocan la enfermedad son múltiples. Yo destacaría, entre ellas, el fumar, el alcohol, el consumo de estupefacientes, el consumo excesivo de grasas, la pésima dieta que tenemos, la falta de ejercicio físico…Así mismo, contribuyen a su desarrollo otras enfermedades como la hipertensión, la diabetes, el hipotiroidismo, la obesidad, y otras muchas que generalmente podemos tratar o controlar.
UN MUNDO HOSTIL
-En lo que respecta al Alzheimer y otras patologías mentales, ¿podríamos decir que nuestro mundo, nuestra forma de vida, nuestra alimentación… es hostil para el sistema neurológico?
-Sí, exactamente. Es muy hostil en todos los ámbitos. Tenemos que aprender mucho acerca de cómo funciona nuestro cerebro, de cómo protegerlo, de cómo cuidarlo… En realidad, nosotros, como ya decía Ramón y Cajal hace más de 100 años, y nos dejó escrito en su libro “El mundo visto a los ochenta años”, estamos diseñados para vivir al menos unos 140 años. Pero no llegamos… ¿Por qué? Sobre todo, por factores medioambientales y por nuestra pésima alimentación, saturada de grasas, de excesiva proteína animal… La alimentación y otros factores de riesgo hacen que nuestro sistema neurológico padezca todo tipo de agresiones, con sus posteriores consecuencias. En los próximos años, habrá que cambiar el tipo de dieta de la población, porque, si no, tanto el Alzheimer como otras patologías mentales y físicas… se dispararán más todavía… ¿De qué sirve adelantar en ciencia y obtener buenos resultados en diversas terapias de todo tipo si no nos esforzamos en llevar a cabo acciones preventivas? Podemos seguir creando terapias pero, si la gente sigue fumando, abusando de las comidas saladas, de las grasas y de productos tóxicos, seguirán existiendo enfermedades. Al ser humano le resulta difícil, aun sabiendo los riesgos, el corregir o abandonar los hábitos tóxicos, como ocurre con una de las sustancias más fáciles de eliminar, el tabaco, que, aparte de provocar cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias, también aumenta el riesgo de sufrir enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular.
-Usted está hablando de prevención…
-Sí, claro. Es importantísimo. Es del todo relevante tener en cuenta que nuestras neuronas hay que cuidarlas, hay que protegerlas. Todas las patologías mentales están asociadas al estado de nuestras neuronas. Si las cuidamos, tendremos salud mental, de ellas dependemos, del mismo modo que dependemos en la infancia de nuestros progenitores, a los que más tarde vamos a cuidar nosotros. Hay que conservarlas, mimarlas, pensar en ellas y con ellas. ¿Cómo? Volvemos a lo mismo. La dieta es importante, y se ha demostrado que la dieta mediterránea, la de nuestra tierra, es ideal para cuidar y proteger nuestro cerebro, una dieta exenta de tóxicos. A la dieta debemos añadirle una vida familiar y social activa con buenos estímulos… La calidad de nuestra vida es la de nuestra salud mental y física, tenemos que ganárnosla día a día. Todo aquello que hagas… tendrá repercusiones en tu salud. También en tu salud mental.
EXTRAORDINARIO TRABAJO CON LOS BOSQUES MADUROS
-Su trabajo con el tema de los paseos por bosques maduros es impresionante… Hábleme de eso…
-Se ha presentado recientemente un trabajo elaborado con profesionales de los hospitales Josep Trueta de Girona y Santa Caterina de Salt. Se trata de un ensayo clínico realizado por profesionales de estos centros en colaboración con la Universidad de Girona para estudiar el efecto de los bosques maduros (aquellos en el que los árboles tienen más de cien años y no han sufrido modificaciones recientes por la acción humana) sobre los enfermos de fibromialgia. Un estudio que ha dado resultados positivos y esperanzadores a la hora de hacer frente a la dolencia. Los pacientes que han paseado por el bosque maduro experimentan mejoras en los síntomas de esa enfermedad: insomnio, dolor, sensación de bienestar. En Japón, USA, Canadá... en la mayoría de los estudios realizados para valorar los efectos protectores de los bosques sobre la salud, sirvieron para analizar las diferencias que hay entre las personas que acuden habitualmente a pasear por bosques maduros y la gente que solo vive en la ciudad: reducción de la presión arterial, de la frecuencia cardiaca, glucosa... Nosotros hemos querido dar un paso más y hemos querido probar si con una enfermedad como la fibromialgia, que tiene una gran variabilidad de síntomas (fatiga, dolor, trastornos del ánimo y del sueño, ansiedad…), que además tiene una prevalencia muy alta, la sufre el 2% de la población femenina, y para la que sólo hay tratamiento sintomático, el caminar por un bosque maduro podría tener un beneficio terapéutico. Sí lo hay.
EXTRAPOLACIÓN DE LOS BENEFICIOS
-¿Los beneficios terapéuticos de los bosques maduros podrían extrapolarse a las enfermedades mentales?
-Seguro que sí, vamos a seguir trabajando en ese campo. De hecho, el efecto positivo que se observa en pacientes de fibromialgia ya es revelador porque, de alguna manera, la fibromialgia está muy conectada con la depresión y con síntomas psicológicos como el insomnio, el cansancio, la fatiga, que se observan en otras muchas enfermedades. Todo apunta a que si la población paseara más por bosques maduros… beneficiaría mucho su salud, tanto física como mental. Nosotros, como especie, aunque evolucionada, no hace muchos miles de años que la vida la hacíamos en los bosques, no en las ciudades. Este cambio en el modo de vida tiene sus consecuencias. Volver a un entorno más natural, aunque solo sea por un espacio de tiEmpo limitado, como es el pasear por bosques maduros, estabiliza y aumenta la secreción de sustancias anticancerígenas que inhiben los procesos tumorales. También se espera que tengan excelentes resultados en trastornos del espectro autista, en la hiperactividad, en depresiones crónicas… Los beneficios potenciales del paseo por bosques maduros se han de seguir estudiando, y nuestra investigación no es más que es el inicio de lo que dentro de pocos años será una nueva disciplina en el campo de la salud física y mental.
LA CÚRCUMA
-No sé si ha oído hablar usted de los beneficios del consumo de curcumina, presente en la cúrcuma, con respecto a la depresión, por ejemplo.
-Sí, claro. La curcumina tiene propiedades muy específicas que se orientan fundamentalmente a su capacidad para incrementar las defensas de nuestro organismo e inhibir las consecuencias negativas de la acción de sustancias tóxicas. Los primeros trabajos que se han realizado científicamente han sido fundamentalmente en el campo de la oncología, donde se ha visto que puede evitar la propagación tumoral al mismo tiempo que activa sustancias precursoras que provocan el bloqueo tumoral. Peo más allá de su acción anticancerígena se han hecho estudios en los que se observa que la curcumina aumenta la cognición. Y esto es muy positivo. Es esperanzador. Yo sería prudente a la hora de no crear falsas esperanzas. Pero es esperanzador. Hay que investigar más. De hecho el 80% de los productos farmacéuticos a nivel mundial procede de plantas y las farmacéuticas, aunque actualmente han dado un giro hacia las moléculas sintéticas, en el futuro van a tener que trabajar cada vez más con sustancias naturales que no tengan efectos secundarios. Aparte de ello, se crearán fármacos selectivos para tratar cada dolencia y personalizados, que no empeoren la salud del paciente a largo plazo. Pero, en cualquier caso, al margen de lo que hagan las farmacéuticas, la responsabilidad sobre nuestra salud es nuestra. No dejaré de incidir en que nuestra salud dependerá del modo en el que vivamos: de lo que comemos, donde respiremos, cómo nos movemos, de los amigos que escojamos, y de nuestra capacidad para mantener nuestra mente activa, adquiriendo conocimiento continuamente, de todo ello depende nuestra salud mental y/o física.
REDES SOCIALES TRADICIONALES
-La forma en que vivimos, en nuestras relaciones sociales, familiares, ¿también tiene un impacto positivo o negativo?
-Por supuesto. El aspecto social de nuestra vida es tan importante como el aspecto alimentario, físico, farmacológico, etc. Debemos llevar a cabo acciones que mantengan una actividad saludable para nuestro cerebro. La vida tradicional, que permite trabajo compartido, ejercicio moderado, como ir al trabajo caminando, el pasear cada día al menos una hora, el disponer de tiempo para compartir una taza de café o de chocolate con los amigos, el hacer lo que hacían nuestro padres o los abuelos cuando salían a tomar la fresca con los vecinos, es salud… Las buenas relaciones familiares, las buenas relaciones de pareja, tan solo preguntarle a tu compañero/a el “¿cómo te ha ido el día de hoy?”, escuchando su respuesta, el saludar a los vecinos cada mañana, el cuidar el jardín, el salir a pasear con el perro… Todos son estímulos positivos. Lo contrario, el aislarse, el no salir, el no caminar, el no preocuparte por el vecino... es nefasto para nuestro cerebro. El aislamiento, la soledad, conlleva malas energías… La tecnología está ahí y nos atrae y nos aísla y nos roba el tiempo de nuestras amistades, y, aunque no siempre es nocivo hablar por teléfono o trabajar con la tableta, todo ello ha de tener un tiempo adecuado. Siempre hemos de tener presente que somos nosotros los que debemos ordenar nuestros espacios y no ha de ser la tecnología y el trabajo la que adecúe nuestro modo de vivir. Los demás han de tener un puesto importante en nuestra vida que no se puede sustituir.
-No quiero robarle más tiempo, doctor. Dígame, para concluir, qué consejos les daría a los familiares de enfermos de Alzheimer y de otras demencias seniles…
-En estos momentos el hablar con usted es saludable para mí (risas). Sus preguntas son estímulos para mi cerebro, me hacen pensar (risas). Durante estos minutos nuestras neuronas han hecho nuevas conexiones, hemos ganado en salud. La gente debería hablar más entre sí como higiene mental. Como he dicho en la presentación, el libro recoge mis experiencias con los enfermos y sus familias, sus preocupaciones. Es una reflexión, comentada a través de los conocimientos científicos actuales, y puede ayudar a aquellas personas que conviven o están cercanas a los pacientes, ya sean familiares o profesionales de la salud. Hay 40 millones de personas que sufren algún tipo de demencia en el mundo. En poco tiempo, la cifra se duplicará. Hoy sabemos que, cuando una persona viene a nuestra consulta porque tiene síntomas de la enfermedad, la patología ya se ha iniciado hace 10 o hasta 15 años. El diagnóstico precoz es importante ya que nos permite aminorar el impacto de la enfermedad porque dispondremos de mejor información, de la administración de fármacos en los primeros estadios del proceso, y podemos corregir errores y en la mayoría de pacientes ralentizar el proceso…
Pedro Burruezo
ANOSOGNOSIA
LA IMPORTANCIA DEL PAPEL DE LOS FAMILIARES
La enfermedad de Alzheimer y otras demencias seniles, así como la depresión, el trastorno bipolar o la esquizofrenia… son un problema sociosanitario de primer orden. El doctor Secundino López comenta que “he hecho este libro para intentar paliar el sufrimiento que las personas que cuidan a los pacientes con demencia, a partir del aprendizaje de las preocupaciones y desvelos que me han mostrado las personas que he visto en la consulta a lo largo de todos estos años. No va más allá de ser un homenaje a mi padre, que me enseñó a no ver en ellos… pacientes, sino a ver personas; y a mi madre, que me enseñó, con su vida sencilla, familiar y saludable, a cuidar de mis neuronas. A lo largo de estos veinte y cinco años de trabajo y responsabilidad en la Unidad de Demencias del Hospital Santa Caterina, he recogido muchos testimonios y fueron ellos los que me hicieron ver la necesidad de dejar escrito lo que habitualmente comentamos en la consulta. La enfermedad de Alzheimer y otras demencias y enfermedades mentales provocan ‘mucho dolor y desasosiego’. En todo esto, tiene mucho que ver la anosognosia. La anosognosia o falta de conciencia de la enfermedad conlleva la pérdida de la capacidad para percibir adecuadamente las consecuencias producidas por el daño cerebral adquirido. Las dificultades se pueden presentar a la hora de tomar conciencia de las limitaciones físicas, cognitivas y/o conductuales. La falta o escasa conciencia de las alteraciones cognitivas y, especialmente de las conductuales, conllevan una mayor resistencia a adoptar medidas protectoras para el paciente, que a menudo realiza conductas de riesgo, complicando la atención y los cuidados, y aumentando el estrés y responsabilidad del cuidador y familia. Por todo ello, las campañas de concienciación y de divulgación son muy necesarias e importantes. Las formación de los familiares y cuidadores es trascendental y debería de ser obligatoria para aquellas personas que con buena voluntad se ponen a cuidar a personas enfermas, en estos casos con una enfermedad difícil de entender y complicada y que precisa un cuidado continuo de veinticuatro horas del día y que va a ir progresando a lo largo de los años. El diagnóstico temprano de la enfermedad va a permitir adoptar soluciones que ayuden a paliar los problemas que se desencadenarán”.
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