Una de las cuestiones que más suele
plantear el público que asiste a las presentaciones que hago de los
libros o a las conferencias que ofrezco, es la preocupación porque
millones de niños sean medicados por el Trastorno por Déficit de
Atención con Hiperactividad (TDAH). Me preguntan si ésta no es lo que se
conoce como “enfermedad inventada”. Lo cierto es que me cuido mucho de
no responder como médico, no lo soy, soy periodista. Por tanto no puedo
ofrecer un diagnóstico sanitario sobre dicha dolencia, sea supuesta o
no.
Pero como ciuadadano preocupado y como
periodista sí que puedo dar algunos datos al respecto y que cada cual
juzgue por sí mismo. Cuando yo era niño o adolescente, y de esto tampoco
hace tanto, existíamos infantes inquietos, activos, con nervio y a
veces distraídos o taciturnos. No nos consideraban enfermos por ello y
mucho menos se medicaba a quien presentara semejantes “taras”. Hoy, por
mostrar la misma actitud (desde mi punto de vista propia de la edad y
debo decir que esos “síntomas” no sólo no los considero negativos sino
la mayor parte y en cierta medida, positivos) está medicándose con
peligrosos fármacos a personas de corta edad.
Algunas cifras que se manejan son
1.000.000 de niños que consumen diariamente, sólo en Estados Unidos,
Ritalin, que en España se llama Rubifen y Concerta. Como se ha
publicado, en diferentes ocasiones, el TDAH no tiene una causa concreta
conocida, por tanto es un conjunto de síntomas dispares, un síndrome.
El profesional de la salud está ante un
hecho subjetivo: un chico distraído en las clases del colegio puede ser
diagnosticado por un profesional sanitario como “enfermo” de TDAH al
tiempo que otro médico en los mismos “síntomas” puede ver nada, es
decir, a un chico idealista, introvertido, más interesado en sus cosas
que en lo que le esté contando el profesor, lo que conocemos como “estar
en la luna”.
Uno, probablemente, como está
haciéndose con regularidad, medicará al muchacho con los citados
fármacos, compuestos por metilfenidato, una sustancia muy fuerte que la
Agencia antidroga de EE.UU. Otros doctores cuestionan que haya motivos
para recetar medicamentos a este tipo de jóvenes. La Agencia antidroga
estadounidense vigila de cerca estos preparados pues considera que puede
incitar al consumo de otros estupefacientes.
Hace ya tiempo que un panel de expertos
recomendó a la Food and Drug Administration (FDA) que obligara al
fabricante de Ritalin, Novartis, a etiquetar su producto de manera
similar a como se hace con el tabaco para advertir de su peligrosidad.
¿El motivo? Se sospecha que éstos fármacos ofrecen un riesgo de
problemas cardiacos, reacciones tóxicas y muertes súbitas.
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