"La enfermedad es el esfuerzo que hace la naturaleza para curar al hombre"
Carl Gustav Jung
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La enfermedad es el camino que nos lleva hacia la curación.
Nuestro cuerpo es un universo que funciona con la misma perfección, precisión e inteligencia que
El 99,999% del átomo es
vacío, por lo que nuestro cuerpo está proporcionalmente tan vacío como
el espacio intergaláctico. Aunque nuestros sentidos, nos digan lo
contrario.
Somos vacío y energía
vibrando armónicamente. Energía es información inteligente, es vibración
y por tanto es, sonido. Nuestro cuerpo también es como un delicado
instrumento musical que puede desafinarse, cualquier perturbación en él
lo puede afectar.
Muchísimas veces la
enfermedad es el resultado de nuestra forma de pensar y de sentir, y
sobre todo de nuestra actitud frente a los sucesos y circunstancias de
nuestra vida que modifican nuestra energía. Porque muchas veces no es lo
que nos pasa en la vida, sino como nosotros reaccionamos frente a los
acontecimientos.
Nuestra forma de ver la
vida, es lo que determina como nos va en la vida. Síntomas y
enfermedades, manifestaciones físicas de conflictos psicológicos y
emocionales. No son otra cosa que la punta del iceberg. Lo que se ve a
simple vista, es una pequeñísima parte. La verdad permanece oculta en
nuestro subconsciente.
El que busca
verdaderamente una solución a su enfermedad tiene que ir hacia su
interior para poder sanar. Sobre todo si padece una enfermedad
incurable, porque enfermedad incurable en realidad quiere decir curable
desde el interior, desde nuestra conciencia.
Cuando una persona sufre
un desequilibrio en su interior más profundo a nivel psicológico o
mental, se manifestará en su cuerpo como un síntoma o una enfermedad
física o psíquica. Un síntoma o una enfermedad es un toque de atención,
nos están avisando de que prestemos atención, porque algo erróneo está
pasando.
Es un mensaje del alma,
un aviso del universo, es hora de hacer un cambio en nuestra vida.
Muchas veces es cuestión de cambiar nuestra forma de pensar, de sentir y
de ver la realidad. Ya que nuestra forma de ver la realidad, determina
nuestra realidad.
¿Con que ojos sueles
mirar la realidad? El síntoma o la enfermedad son procesos físicos
visibles de un proceso nuestro psicológico invisible. El síntoma no es
un monstruo al que debamos eliminar, es sólo un sistema de alarma que se
ha puesto en funcionamiento, es una lucecita roja que se ha encendido,
avisándonos de que algo en nuestro interior no anda del todo bien.
De la misma forma que
tampoco hay que eliminar la fiebre, sólo controlarla, que no sobrepase
los 40º. La fiebre en realidad nos cura, hace que el metabolismo de todo
nuestro cuerpo se intensifique de tal forma que quema todas las
toxinas, virus, bacterias o todo tipo de desechos metabólicos que
ensucian nuestro medio interno. La fiebre en realidad, no sólo está
acelerando el proceso de curación, sino que nos está sanando.
Para curarnos lo que hay
que hacer es investigar en nuestro interior más profundo y buscar la
causa de la enfermedad. Hay que apartar la mirada del síntoma o de la
enfermedad y buscar más allá. Ir al origen, ir a la raíz del problema.
La enfermedad sólo tiene
un fin, ayudarnos a reparar nuestras faltas, errores o carencias. La
enfermedad en realidad es el camino hacia la curación. De hecho saca al
exterior lo que estaba escondido y oculto. La enfermedad es el camino
hacia la perfección, porque nos mejora como personas (sino a la corta, a
la larga) y nos aporta una serie de valores que quizás antes no
teníamos.
Si hacemos examen de
conciencia, finalmente descubriremos la parte positiva que nos aporta la
enfermedad. Si realmente queremos curarnos, deberemos sincerarnos con
nosotros mismos y llevar estas faltas o carencias a nuestra conciencia,
reconocerlas como tal. Muchas veces el problema no es tener faltas,
defectos o carencias, sino no darse cuenta de ellos. Reconociéndolos,
tenemos hecho la mitad del camino.
Todo el mundo ve los
defectos de los demás, pero ¡que difícil es ver nuestros propios
defectos! Muchas veces las personas con las que interactuamos, son
espejos de nosotros mismos. Aunque nosotros nos veamos muy diferentes a
ellas, en el fondo no lo somos. La sinceridad para con uno mismo es una
de las más difíciles peticiones que nos podemos hacer.
El síntoma y la enfermedad ponen en evidencia cuestiones reprimidas y mantenidas ocultas, y por tanto nos hacen sinceros.
El ser humano tiene que
aprender a comprender lo que la enfermedad viene a decirle. Cada
trastorno, molestia o síntoma que ocurre en nuestra vida significa que
hay una necesidad no cubierta. Debemos descubrir cuales son esas
necesidades. Y descubrir las pautas mentales causantes, la mayoría de
las veces suelen ser rabia, crítica, auto-crítica, resentimiento, culpa,
problemas afectivos, agresividad sin canalizar, problemas sexuales y
todo tipo de pensamientos y emociones negativas.
Las personas con enfermedades cardiacas suelen
ser personas que algo las ha obligado a cerrarse a la intimidad y al
amor. Han endurecido su corazón. Y sólo se rompe un corazón duro. Estas
personas que no escuchan a su corazón, que sólo se dejan llevar por la
razón y la mente, acaban padeciendo alguna enfermedad del corazón.
Finalmente el corazón toma el mando, y acaban a la fuerza prestando
atención a su corazón.
Los enfermos de cáncer suelen
ser personas que mantienen algún tipo de resentimiento de larga
duración, o problemas emocionales pendientes con el pasado, que los
hacen sentirse profundamente heridos.
La anemia está relacionada con una falta de alegría ante el proceso de la vida misma y con un sentimiento de no valer.
Las personas con hipoglucemia perciben la vida como una carga y se sienten abrumadas por esa pesada carga.
Hay
una forma correcta de comer, basada en la adecuada proporción de
hidratos carbono, proteínas y grasas que si la ponemos en práctica nos
ayudará a solucionar este problema.
Las personas con diabetes (hiper-glucemia) tienen
un afán no reconocido de realización amorosa y no son capaces de
aceptar y abrirse al amor. El amor y lo dulce tienen una estrecha
relación. El niño disfruta con el dulce, está en un periodo de su vida,
en que necesita mucho amor. Y un adulto con carencias afectivas tenderá a
darse un gusto con un dulce o con la comida en general, intentando
compensar esa carencia.
Las personas con reumatismo tienen un sentimiento de víctima, una carencia afectiva y una amargura crónica.
Las personas con enfermedades artríticas suelen
ser muy críticas con ellas mismas y con los demás, tienen una tendencia
obsesiva a fijarse en lo negativo de la vida y de las personas. Y eso
no hace sino que empeorar su mal. No se sienten amadas.
La crisis persistente detos, en realidad es un deseo de ladrar al mundo, deseos que ser escuchado y tenido en cuenta.
Las personas con vértigo, tienen una obstinada negativa a mirar, porque lo que ven no les agrada. Sus pensamientos están dispersos, van y vienen.
Las personas con problemas de tiroides, sienten que no pueden nunca hacer lo que desean, además de un sentimiento de humillación.
Hipertiroidismo, rabia por ser dejado de lado.
Problemas en la piel,
sentimientos de miedo, angustia, sensación de amenaza, problemas
nerviosos. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, es una
gran superficie de proyección donde se muestran procesos
psico-somáticos.
Acné juvenil, es la atracción y el miedo al instinto recién despertado de la sexualidad. No aceptación de uno mismo.
Psoriasis,
la piel se vuelve como una coraza, uno se defiende protegiéndose.
Detrás de toda defensa hay miedo a ser heridos. Cuanto más robusta la
coraza, más sensibilidad y más miedo escondidos.
La conjuntivitis está muy relacionada con actitudes de enfado y frustración con lo que se ve en la vida.
El orzuelo,
los niños y las personas con esta inflamación del párpado suelen ver la
vida con ojos airados. Hay algo que les produce enfado.
Cataratas, lo que se ve, no produce alegría y no gusta, por tanto se cubre con una tenue cortina para mitigarlo.
Migrañas,
las pueden producir muchos factores, desde un estreñimiento, tensión
nerviosa, stress, ayuno, intolerancias y alergias ante un alimento,
insatisfacción sexual (falta orgasmos), resistencia ante el fluir de la
vida, auto-critica, invalidación de uno mismo, miedo.
Problemas en la garganta, laringitis, afonía, furia que impide hablar, impulso tremendo a hablar e incapacidad y miedo de hacerlo.
Nudo en la garganta, miedo, desconfianza.
Enfermedades pulmonares.
Mediante la respiración todos estamos en contacto, respirando el mismo
aire. Por muy deseosos que estemos de encerrarnos en nosotros mismos, la
respiración nos obliga a mantener la unión con los demás. Los pulmones
representan la capacidad de comprender e inspirar la vida. Son el
contacto, la relación y la comunicación con el entorno. Aflicción,
depresión, miedo de inspirar la vida. Sensación de no ser digno de vivir
plenamente, problemas de contacto y libertad.
Pulmonía, Neumonía, heridas emocionales sin cicatrizar, no se permite su curación. Cansancio de la vida. Enfado.
Dolores,
en general. Sentimiento escondido de culpa. La culpa busca castigo y el
dolor es el castigo. Resistencia a lo que es. La resistencia crea más
dolor. Algo necesita un cambio.
Meteorismo, dolor por acumulación de gases. Aferramiento de ideas y posturas. Temor. Ideas no digeridas.
Enfermedades sanguíneas, las personas con este tipo de problema suelen padecer o haber padecido de problemas y conflictos familiares graves.
Las personas con sobrepeso suelen
tener sentimientos de miedo y se suelen sentir desprotegidas, en muchos
casos suelen ser personas con carencias afectivas e insatisfacción
sexual. La comida se convierte en un paliativo de su insatisfacción, del
tipo que sea. El sobrepeso también lo favorece la soledad, el
aburrimiento, la tristeza, el rechazo, un sentimiento de fracaso, la
sensación de impotencia, y las ideas negativas. La única dieta efectiva,
es la abstención de pensamientos negativos. Muchas veces engordan más
los remordimientos por el alimento que te estás comiendo, que el
alimento en sí. Porque si tu crees que te engorda, ten seguro que lo
hará. Creer es crear.
Anorexia nerviosa,
mujeres que no quieren ser mujer, repudio a la feminidad y a la
sexualidad. Miedo al sexo, a la proximidad y al calor. Egocentrismo
encubierto, ansían atención y la consiguen por medio de la enfermedad.
Tienen que hacer consciente su deseo de amor, sexo y egocentrismo.
Depresión,
sentimiento de desesperanza. La agresividad no expresada o canalizada,
se re-dirige hacia dentro, temor tanto a la vida como a la muerte. La
agresividad hacia uno mismo, alcanza su máximo en el suicidio.
Sentimiento de culpabilidad, baja auto-estima, ideas y pensamientos
negativos recurrentes.
Ansiedad,
la otra cara de la depresión. Depresión y ansiedad, distintas
manifestaciones de la misma enfermedad. Pensamientos y creencias
negativas. Se tiende a proyectar la mente en el futuro, lo que no nos
permite vivir el presente. La preocupación y el sufrimiento psicológico,
es un camino directo a la enfermedad. La fiebre de la prisa, aumenta la
ansiedad.
Insomnio,
Miedo, culpa, pensamientos negativos. Desconfianza en el proceso y
fluir de la vida. Angustia, miedo de la vida, falta de confianza en el
proceso de la vida. Resistencias, falta de fluidez. Pensamientos
negativos. Apatía, negativa y resistencia a sentir, porque no agrada lo
que se ve y se siente. Miedo.
Esclerosis múltiple,
rigidez mental, dureza de corazón contra sí mismos y contra el mundo,
miedo, inflexibilidad. No aceptar otra forma de ver las cosas. Su mismo
nombre ya lo indica, múltiples endurecimientos. Al ser incapaces de
imponerse, su frustración la interiorizan re-dirigiéndola contra sí
mismos.
Problemas de espalda,
se suele sentir una falta de apoyo en la vida. Suelen ser personas que
se sobrecargan de trabajo y presión, más de la que pueden aguantar. Y
sienten este exceso de tensión en forma de dolor de espalda. Cargar
demasiada responsabilidad sobre nuestras espaldas revela un afán oculto
de grandeza o quizás un complejo de inferioridad.
En la parte superior es un sentimiento de falta de apoyo emocional. Sensación de no ser amado.
En la parte media, sensación de llevar una pesada carga, atascamiento en el pasado.
Las personas con dolores en la
parte baja de la espalda suelen padecer constantes problemas económicos
en su vida, o al menos esa es la percepción que ellos tienen. Sienten
una falta de apoyo económico.
Ciática,
temor al futuro y a carecer de bienes materiales, inseguridad ante el
porvenir. Rencor, agresividad reprimida, rechazo a algo o a alguna
persona.
Tortículis, falta de flexibilidad en nuestras opiniones y forma de ver la vida, rigidez de pensamiento. Terquedad.
Problemas de estómago, Incapacidad de digerir, asimilar lo nuevo en nuestra vida. Temor a lo nuevo. Falta aceptación.
Estreñimiento. Temor a soltar. Sentimiento de falta y carencia. Negativa a abandonar viejas ideas. Tacañería. Mezquindad.
Fibromas, quistes. Resentimiento, rencor contra la pareja afectiva. Sentimiento de "me han lastimado y herido injustamente".
Problemas en las articulaciones,
representan cambios en la orientación de la vida, y la dificultad con
que se llevan a cabo. Resistencia al cambio. Los cambios producen miedo.
Los riñones son
la sede de la convivencia y de la comunicación con el prójimo. Los
dolores y afecciones de los riñones se presentan cuando hay problemas de
convivencia, problemas de relación con nuestros semejantes.
Vejiga de la orina,
ante determinadas situaciones que nos producen tensión psicológica,
experimentamos una necesidad de vaciar la vejiga. La tensión que se
experimenta a nivel mental, acaba manifestándose en el plano físico, a
través de la vejiga.
Hepatitis y problemas de hígado, es la sede de la rabia, ira, indignación y agresividad reprimida. Miedo y resistencia al cambio.
Problemas menstruación, rechazo de la feminidad, culpa, temor. Relacionar genitales con sucio y pecaminoso.
Menstruaciones abundantes, se
deben a que la mujer está sometida a un estrés emocional excesivo,
combinado con la creencia de que no tiene ningún poder de elección en su
vida y de que sus opciones están controladas por otros.
Problemas de la menopausia,
miedo a envejecer, miedo a dejar de ser deseable, sensación de
cualquier tiempo pasado fue mejor. Amargura por las oportunidades
perdidas. Rechazo de una misma.
Rechinar de dientes al dormir, agresividad no manifestada, muchas veces inconsciente. Agresividad impotente, en estado latente.
Hipertensión.
Personas que tienen un conflicto, pero que no lo afrontan. Viejo
problema emocional no resuelto. Indicio de agresividad reprimida.
Rehúyen los conflictos.
Hipotensión, ante un conflicto se evaden. Les falta ánimo y valor. Rehúyen los conflictos. Derrotismo.
Cuando padecemos algún tipo de gripe, catarro, resfriado,
suele ocurrir que alguna situación de nuestra vida, nos ha hinchado las
narices (metafóricamente) y nos está produciendo enfado (conflicto
mental) y esa rabia se acaba manifestando en nuestro cuerpo. El
conflicto mental al igual que un disgusto provoca el debilitamiento del
sistema inmunológico y por tanto mayores posibilidades de enfermar.
Mononucleosis, enfado y rabia por no recibir amor y aprecio.
Adicciones, esconden algo.
Toda adicción evita el contacto con la emoción. Puede ser un sentimiento de vacío existencial, falta de amor, sentirse solo, desconexión con nuestro ser superior. Nuestra realidad nos hace sufrir y la adicción enmascara nuestro sufrimiento, de forma temporal para luego recrudecerlo.
Adicciones, esconden algo.
Toda adicción evita el contacto con la emoción. Puede ser un sentimiento de vacío existencial, falta de amor, sentirse solo, desconexión con nuestro ser superior. Nuestra realidad nos hace sufrir y la adicción enmascara nuestro sufrimiento, de forma temporal para luego recrudecerlo.
Heridas, enfado con uno mismo, conflicto mental. Culpabilidad.
Sida. Amor
y sexo deben ir juntos, tienen que estar en equilibrio, sino no es
posible alcanzar la unidad. Disociación entre amor y sexualidad. El amor
no vivido, pasa al subconsciente, y a la larga se manifiesta en el
cuerpo en forma de destrucción de las defensas del organismo. Amor es
apertura, vulnerabilidad, entrega, unión. Amor no vivido en el plano
espiritual, se vive en el plano físico, con una aniquilación de las
defensas físicas.
Accidentes,
incapacidad de hacerse valer, rebelión contra la autoridad. Problemas
no resueltos. Son aprendizajes forzosos. Los accidentes a pesar de venir
de fuera, están íntimamente ligados con nuestro interior. Por la ley de
resonancia no podemos entrar en contacto con algo con lo que no
tengamos nada que ver. La propensión al accidente existe para un
determinado tipo de personas. Es una parada en nuestra vida, que debemos
investigar. De esta nueva situación deberá surgir algo nuevo, una nueva
orientación.
Nosotros somos responsables en
un porcentaje muy alto de nuestra salud y de nuestra enfermedad. Pero
esto no se tiene que percibir de forma negativa, sino todo lo contrario,
hay oculto un mensaje positivo. De la misma forma que tenemos el poder
de crearnos una enfermedad, tenemos el poder de curarnos esa enfermedad.
Nuestra mente es tremendamente poderosa, nos puede hundir y enfermar
pero al mismo tiempo nos puede salvar y curar. Sólo de nosotros depende.
Dentro nuestro, en nuestro
interior más profundo, existe un lugar desde el cual todas las cosas son
posibles. Los terapeutas estamos para ayudar pero quien realmente se
cura es el paciente, el propio enfermo, y se cura cuando decide curarse.
Cuando decide ir hacia su interior y preguntarse que está haciendo mal,
o quizás deberíamos decir que está pensando mal y por tanto sintiendo
mal. Es responsabilidad de cada uno de nosotros, el buscar, indagar,
cuestionar, perseverar hasta poder encontrar el mensaje, la enseñanza
valiosa que se oculta en cada situación, suceso, vivencia,
circunstancia, síntoma y enfermedad.
Cada vez que veamos un defecto
en otra persona, deberíamos hacernos un exámen de conciencia, y cuando
seamos capaces de ver nuestros propios defectos, sentiremos más
comprensión ante los defectos de los demás. Otra pràctica de crecimiento
interior es centrarnos en encontrar virtudes en el prójimo, en lugar de
enfocarnos en sus defectos. Si verdaderamente lo intentamos de corazón,
las descubriremos. Ya que todos absolutamente todos, somos un compendio
de defectos y virtudes. Es sólo cuestión de cambiar nuestro enfoque, en
vez de mirar lo negativo, mirar lo positivo. La cara siempre mirando a
la luz, y de espaldas a la oscuridad. En la vida no todo es blanco o
negro, hay una gama infinita de grises.
Necesitamos cuidar bien
nuestro pensar y sentir. Hay que tener una actitud mental positiva ante
nosotros mismos, hacia los demás y hacia la vida en general. Y sentirnos
conectados espiritualmente. Si realmente queremos una vida dichosa,
deberemos tener pensamientos dichosos, lo cuales crearán emociones
dichosas. Tenemos que aprender a observar a las personas y a los hechos
sin que nuestro ego automáticamente cree un juicio de aprobación y
conformidad o bien de condena o repulsa. A todos nos resulta
tremendamente doloroso asumir nuestra responsabilidad total en nuestra
vida, nuestras circunstancias y situación de vida. Y siempre tendemos a
evadirnos de esa responsabilidad y buscar la culpa en el exterior.
Sentirnos conectados
espiritualmente, es saber que algo muy superior a nosotros guía nuestros
pasos. Que nada es casual, que todo tiene un por qué. El azar y la
casualidad no existen. Todo lo que nos pasa, todo lo que acontece en
nuestra vida es por algo, tiene una razón de ser. Lo único permanente,
que perdura más allá de la tumba, es la conciencia. Porque nuestro
cuerpo desaparecerá, al igual que nuestros pensamientos, emociones,
sentimientos, nuestra mente, nuestra personalidad, nuestro ego. Sin
embargo dentro nuestro, en nuestro interior más profundo, está nuestra
esencia real, la que es eterna, inmutable, permanente, la que no puede
ser destruída jamás.
Cuando nuestro cuerpo, mente,
emociones y acciones estén en armonía será cuando estemos en sintonía,
en un óptimo estado vibracional y por tanto se manifestará una salud
plena. La única forma de empezar a controlar nuestra propia vida es
controlar nuestra forma de ver la vida, nuestra forma de pensar y de
sentir, y así controlaremos nuestra palabra y nuestras acciones. Todo lo
que pensamos y creemos, justamente va creando nuestro destino y futuro.
Todos nuestros problemas no
son sino que oportunidades para crecer interiormente, la mayoría de
ellos proceden de las vibraciones que hemos estado emitiendo en el
pasado. ¿Quieres cambiar tu futuro? el único camino posible es
trabajando desde el presente, aquí y ahora. Si cambias tu presente,
cambiarás tu futuro. El mayor negocio que existe es el negocio de la
enfermedad. No dejes tu salud en manos de otros, responsabilízate tu
mismo. Recordemos que la única forma de curar una enfermedad incurable,
es desde nuestro interior más profundo.
Para sanar es esencial ver y reconocer
la verdad acerca de nosotros mismos, acerca de nuestra participación en
la creación de nuestra vida y acerca de cómo nos relacionamos con los
demás.
Enfermedad incurable, quiere decir curable desde el interior.
John Demartini
http://www.lasaludatualcance.com
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