La ciencia lleva años diciendo que el óvulo durante la fertilización adquiere el rol de pasivo. Hasta ahora parecía que ese tan solo agradece la llegada del primer espermatozoide, pero esto no es así. Tras un estudio llevado a cabo por el Instituto de Investigación Pacific Northwest en Seattle (EE.UU.), la ciencia ha cambiado su tradicional argumento.
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El
óvulo no es una célula pasiva, sino que se encarga de escoger o
rechazar a los espermatozoides de acuerdo a la carga genética del gameto
masculino.
El óvulo revisa la identidad del espermatozoide y
decide si está preparado para llevar a cabo la fecundación. Siempre que pensamos en el proceso de fecundación del óvulo viene a nuestra mente una imagen bien plasmada en nuestros
libros de biología, aquella en el que se aprecia la carrera de los espermatozoides, pequeños y ágiles, para fecundar el óvulo.
Imagen: cosasdivertidas.net
Según
Joe Nadeau, quien lideró esta investigación, la única novedad en este escenario es el simple hecho de que
el óvulo no se trata de una célula sumisa y pasiva durante el proceso de reproducción.
Durante una de las entrevistas realizadas por la revista especializada en ciencia
Quanta Magazine, Nadeau explicaba cómo
su investigación ha desafiado las leyes de Mendel.
Durante el estudio, las evidencias científicas se inclinaban hacia el
protagonismo del óvulo en la en la reproducción, otorgándole
el poder de reclutador de espermatozoides aptos para la fecundación y haciendo una limpieza de aquellos que no daban la talla o poseían genes inadecuados.
El “nuevo” rol del óvulo tiene como objetivo que la fecundación sea lo más saludable posible.
https://twitter.com/jtoy/status/933031005702774785
La
conclusión del estudio llegó tras numerosos cruzamientos de grupos de
ratones machos con genes normales con dos grupos de hembras, uno con
genes normales y otro cargando artificialmente genes proclives a
desarrollar cáncer de testículos —este es uno de los tumores más común
por razones hereditarias—. Las primeras camadas dieron crías con genes
aleatorios, de acuerdo con las leyes de Mendel. Pero durante la segunda
fecundación Nadeau invirtió la distribución colocando hembras sanas con
machos portadores de la copia del gen mutante. El resultado fue
alentador, tan solo el 27 % de las crías presentaron el gen mutante del padre.
Así que ya sabéis: fue el óvulo de vuestras madres quien os eligió.
visto aqui.
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