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22 oct 2017

Acidificación corporal

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(Este reportaje contiene tabla de alimentos acidos y alcalinos y test de acidificación alimentaria)
El nivel de ácidos y bases es una variable que siempre está presente en el organismo humano y es de vital importancia para la salud que exista una proporción equilibrada entre ellos. Dicho nivel se define mediante el valor pH, es decir, mediante el pH se mide el grado de acidez o basicidad de cualquier sus­tancia.
Si se une un ácido con una base (de igual fuerza y en concen­traciones idénticas) se obtiene una solución que no reacciona de manera ácida ni tampoco de manera básica: se trata de una solución neutral que contiene una sal. Esta solución químicamente neutral tiene un pH de valor 7.
Un valor pH entre 0 y 6.9 es propio de un ácido, y un valor pH entre 7 y 14 es propio de una base.
Los valores pH en el organismo varían según el órgano que analicemos. En el estómago predomina el medio ácido mientras que en la saliva también se registran valores básicos. La sangre es el único componente del organismo en donde el pH presen­ta siempre un valor constante de 7.4 (ligeramente básico).
El análisis del estatus ácido-base de la sangre y la orina proporciona información crucial para la elaboración de los diagnósticos en la medicina clínica.

¿Cómo surge la acidez?
El proceso de digestión de las proteínas genera ácidos dentro del organismo. Para estabilizar el equilibrio ácido-base el cuerpo elimina el exceso de ácido fundamentalmente a través de los ríñones. Además, la expulsión de dióxido de carbono en la espiración también contribuye a regular el valor pH.
Es muy importante que la relación de las proporciones ácido-base sea equilibrada.
Unos hábitos vítales y alimenticios desequilibrados pueden descompensar el equilibrio ácido-base y con él la salud del organismo. Cuando ya no es posible evacuar los ácidos producidos, éstos se acumulan, frecuentemente en el tejido conjuntivo, y el resultado de este proceso no es otro que la acidificación.

La acidificación: un problema infravalorado

Diversos estudios sobre los hábitos de población arrojan un dato: el 80 % de los habitantes de los países industrializados de occidente presentan alteraciones de la relación de las proporciones ácido-base.
A muchos los síntomas les resultarán familiares: cansancio y decaimiento permanente, propensión a las infecciones, dolores de cabeza, problemas digestivos o acidez estomacal. Detrás de estas “indisposiciones” y malestares cotidianos, a menudo inexplicables, los médicos en general y los expertos en naturopatía y medicina natural detectan cada vez con más frecuencia un común denominador: la creciente acidificación del organismo. Todo aquel que quiera hacer algo por evitarlo debe procurar que su alimentación sea suficientemente alcalina y debe evitar exponerse a factores desencadenantes de estrés. Cuando no sea posible seguir esta estrategia como es debido se puede optar por la ingesta de una mezcla adecuada de sales minerales de efecto alcalínizante.

¿Por qué se produce la acidificación?

El tipo de alimentación y los hábitos de vida tanto en el trabajo como fuera de él suelen ser las principales causas de un organismo ácido.
Principales causas que dan lugar a alteraciones transitorias de nuestro equilibrio ácido-base:
  • una alimentación incorrecta o predominantemente ácida (mucha carne)
  • consumo inadecuado de alcohol
  • la nicotina y la cafeína
  • escasa ingesta de líquidos
  • el estrés, sobrecargas físicas y mentales
  • dietas desequilibradas
  • diversos contaminantes medioambientales
  • falta de actividad física
  • transformación y neutralización insuficiente de los ácidos debido a una carencia de vitaminas y olígoelementos...
El mantenimiento de unos niveles de ácido normales es de importancia vital para la totalidad del organismo humano. Por ejemplo, la sangre sólo puede transportar como es debido el oxígeno y los nutrientes si el índice de ácido está dentro del ámbito considerado normal. Hasta el corazón deja de funcionar correctamente cuando el miocardio se acidifica.
El organismo ha desarrollado un ingenioso sistema para mantener sus índices de ácido dentro de unos niveles saludables. Los ácidos resultantes del proceso metabólico pueden salir fuera del organismo a través de los ríñones, el intestino, la piel y los pulmones, o bien el propio organismo se encarga de suprimir los efectos perjudiciales de dichos ácidos “compensándolos” con las denominadas bases, es decir, neutralizándolos.
Ahora bien, cuando el cuerpo se acidifica es porque recibe un exceso de sustancias ácidas y carece de suficientes sustancias alcalinas (básicas) para luchar contra los ácidos. Entonces, en estos casos, el organismo recurre al “plan de emergencia”: los ácidos se depositan en el tejido conjuntivo que es donde -por el momento- menos perjuicios ocasionan

Síntomas de acidificación

A la larga la acidez termina ocasionando enfermedades
Los efectos de las alteraciones internas del metabolismo no se manifiestan espectacularmente, sino que van ganando terreno poco a poco. Por eso lo único que podemos hacer para detectarlas es prestar atención a las señales de aviso que emite nuestro organismo. En el caso de la acidificación corporal, suelen ir apareciendo progresivamente una serie de molestias características.
Entre las manifestaciones típicas tenemos, por ejemplo:
  • falta de energía crónica
  • agotamiento al menor esfuerzo y tendencia a sentir frío
  • escasa capacidad de recuperación
  • dificultades para concentrarse
  • irritabilidad
  • cansancio
  • uñas blandas, quebradizas, hendidas, estriadas o con manchas
  • molestias articulares
  • excesiva sensibilidad al dolor
  • propensión a las infecciones
  • propensión a las alergias
También debemos prestar especial atención al estado de nuestra piel porque una piel seca, resquebrajada, agrietada o con eccema seco en ocasiones puede ser indicio de acidificación.
Con el correr del tiempo, un exceso de acidez permanente sos­tenido durante mucho tiempo (también denominado acidosis) puede acarrear consecuencias peores, en este caso estaríamos hablando de enfermedades más graves

Alimentación acidificante

En el momento en que somos conscientes de dónde proceden los ácidos, podemos hacer todo lo posible para evitarlos. Muchos de los ácidos que se generan en nuestro organismo son fruto de una alimentación incorrecta. En cualquier caso, no es necesario insistir mucho en la idea de que una alimentación adecuada es la base de un estilo de vida saludable, no sólo en lo que al grado de acidificación se refiere, sino en otros muchos aspectos. En este caso hago mío ese refrán popular que dice: somos lo que comemos.
En principio las comidas acidificantes no contienen necesariamente ácidos, pero producen sustancias acidas durante el proceso de la digestión y al ser absorbidas y aprovechadas por las células. Esta producción de ácidos constituye un proceso natural e inevitable que tiene lugar en el organismo de cualquier persona. Un ejemplo muy conocido: como resultado de la digestión y la transformación de las proteínas de la carne se producen forzosamente ácidos, de los cuales probablemente el ácido úrico sea uno de los más conocidos. El exceso de ácido úrico se convierte en cristales de urato sódico, que por su propio peso precipitan y se depositan en las articulaciones y en otros tejidos, provocando la gota y otras enfermedades articulares dlscapacitantes y muy dolorosas.

Nutrición y estilo de vida

La opinión de los científicos es que deberíamos ingerir cuatro veces más elementos alcalizantes que acidificantes a través de la alimentación (proporción óptima 80 : 20) a fin de alcanzar una relación equilibrada entre ácidos y bases dentro del organismo.
Tenga presente que el estrés y el tabaco agravan aún más los posibles desequilibrios existentes. También los diabéticos y las personas cuyo metabolismo es el propio de situaciones en las que se pasa hambre (rígidas dietas de adelgazamiento), es decir, todos aquellos organismos que cuentan con un aporte alimenticio restringido, producen automáticamente más ácidos.
Por tanto, además de decantarse por una alimentación equilibrada, rica en minerales y con abundancia de fruta y verduras, también resulta aconsejable evitar el estrés y excesivo ajetreo. En este sentido hay que recalcar que comer es una de esas actividades que nunca deben llevarse a cabo deprisa y corriendo. Masticar bien, ensalivar abundantemente los alimentos e ingerir suficiente líquido (por lo menos 2 o 3 litros diarlos) son hábitos muy saludables. La práctica de actividad física, a ser posible al aire libre y sin caer en el esfuerzo excesivo, proporciona también oxígeno y activa el metabolismo. Ésta es otra forma de impedir la acumulación de desechos resultantes del metabolismo de los alimentos que son perjudiciales para el organismo.
Por regla general cuantas más proteínas contiene un alimento más ácidos se producen al procesarlo. Los alimentos de sabor ácido no son necesariamente acidificantes. Por ejemplo, los limones y las naranjas son alimentos alcalizantes. Por tanto, lo que Importa no es el sabor de los alimentos sino cómo se metabolizan.

Alimentación equilibrada rica en sustancias minerales

En la tabla anterior podemos observar una clasificación de los alimentos en relación a su grado de acidez. De todos es sabido que una alimentación equilibrada, muy variada, abundante en alimentos frescos y de origen vegetal, rica en vitaminas y minerales, y moderada en su contenido de grasa e hidratos de carbono, es una magnifica base para mantener nuestro cuerpo en buen estado de salud.
En cualquier caso, cuando se produce la acidificación corporal debemos prestar especial atención a la alimentación y sobre todo a su contenido en sustancias minerales que, además de contribuir a contrarrestar la acidez corporal, son muy importantes dentro de cualquier plan de alimentación razonable y saludable, tanto para el desarrollo fisiológico de numerosos procesos metabólicos como para la profilaxis de gran cantidad de enfermedades.
Hoy en día la sofisticación y el refinamiento de numerosas materias primas usadas en la industria alimentaria han dado como resultado que cada vez resulte más difícil aportar al organismo sustancias de importancia vital como el zinc, el calcio, el magne­sio o el manganeso. Estos elementos minerales son sustancias inorgánicas que deben ser suministradas regularmente a través de la alimentación a fin de preservar al organismo de la aparición de síntomas carenciales, siendo la acidificación de los tejidos corporales uno de los primeros síntomas apreciables, al que le seguirán otros más graves si no se pone remedio.
Por todo ello nuestra alimentación cobra una vital importancia. No se trata de evitar permanentemente la comida rápida, la bollería Industrial, los alimentos envasados y los precocinados, se trata más bien de no convertir este tipo de comida en nuestra forma habitual de alimentación, y de prestar atención al contenido natural de sustancias básicas, como vitaminas y minerales, de los alimentos que ingerimos, así como de contrarrestar su ausencia o escasez con algún complemento alimenticio de calidad, sobre todo en aquellos momentos en los que no podemos decidir sobre el tipo de alimentación que queremos, o cuando se hacen dietas en las que se ingieren pocos alimentos o poca cantidad.

Consejos para una alimentación equilibrada:

  • una o dos porciones de pescado semanales productos elaborados con harina integral en lugar de harinas refinadas
  • muchas frutas, verduras y hortalizas frutos secos una vez por semana como máximo legumbres y productos derivados de la soja dos veces por semana
  • carne magra dos veces por semana como máximo dos huevos por semana como máximo debe emplear exclusivamente aceites vegetales de calidad
  • hay que tomar mucho líquido: por lo menos dos litros diarios (¡sin azúcar y sin gas!) consumo regular de productos lácteos y queso

¿Cómo reacciona el organismo ante la acidificación?

Normalmente, el organismo trata de neutralizar el exceso de acidez corporal recurriendo a nutrientes alcalinos y a elementos minerales aportados por el propio cuerpo, incluso en los casos de acldosis respiratoria, que es la que se produce por la retención respiratoria del CO2.
Si estos nutrientes minerales no están presentes en la alimentación o no se absorben en cantidades suficientes a través del intestino, el organismo recurre a sus propios depósitos, que poco a poco se van quedando vacíos. Esta pérdida de sustancias alcalinas necesarias para el correcto equilibrio ácido-base deja al cuerpo “literalmente desnutrido”.
Una vez consumidas estas reservas de nutrientes minerales ya no es posible neutralizar los ácidos. Entonces se forman sales difícilmente solubles que se acumulan preferentemente en los tejidos adiposo y conjuntivo. La elevada sobrecarga acida sostenida durante largo tiempo recibe el nombre de acidificación crónica.

¿Cuál el el grado de ácidez de tu organismo?

Tal y como hemos descrito anteriormente, los efectos de una acidificación del tejido conjuntivo son muy diversos y se manifiestan a través de un repertorio de síntomas también muy variado. El cuestionario que aparece a continuación te servirá para determinar las probabilidades que tiene tu organismo de estar acidificado. Cuantas más respuestas afirmativas señales mayor será la probabilidad de que tu cuerpo esté ácido.
Muestras síntomas de una acidificación ? NO
¿Sufres problemas digestivos como estreñimiento, gases o diarrea?

¿Sufres a menudo problemas de acidez estomacal o tiene eructos ácidos?

¿Tienes tendencia al agarrotamiento y las tensiones musculares?

¿Te cuesta conciliar el sueño o consigue dormir muy poco?

¿Padeces enfermedades cutáneas como alergias, eccemas o neurodermitis?

¿Te sientes a menudo agotado e incapaz de concentrarse?

¿Sueles estar nervioso, irritado y “estallas” a la más mínima contrariedad?

¿Tienes frecuentes dolores de cabeza?

¿Eres propenso a caer en estados de ánimo depresivos?

¿Te duelen a menudo las articulaciones o la columna vertebral?

¿Eres muy sensible al frío?

¿Tienes problemas de uñas quebradizas o con manchas o bien sequedad e hipersensibilidad cutánea?

¿Te sientes a menudo débil, cansado y falto de energía?

Tienes hábitos alimenticios ácidos ?    
¿Consumes a menudo dulces, chocolate, pasteles, galletas, etc.?

¿Consumes a menudo productos cárnicos y embutidos?

¿Tomas a menudo bebidas azucaradas y/o con gas tales como bebidas de cola o refrescos?

¿Tomas a menudo bebidas alcohólicas?

¿Es el queso un ingrediente frecuente dentro de tu plan de comidas?    
¿Guisas a menudo con caldo de carne?

¿Consumes a menudo productos elaborados con harina refinada?

¿Tomas mucho café? ¿Añades mucha sal a sus platos?

¿Es ácido tu estilo de vida?

En estos tiempos tan ajetreados que nos ha tocado vivir, especialmente en los núcleos urbanos, se han ido consolidando toda una serie de costumbres que acidifican el organismo sin que apenas hayamos reparado en ello. ¿Forman también parte de tu estilo de vida…?

NO
¿Apenas dedicas tiempo a la actividad física?

¿Fumas?

¿Acudes pocas veces o nunca a la sauna?

¿No sueles cenar hasta después de las 20.00 horas?

¿No sueles acostarte hasta después de las 23.00 horas?    
¿Tienes algo de sobrepeso?

¿No tomas ninguna infusión de hierbas?

¿Qué se puede hacer?: ¡Aportar bases!

Es menester revisar nuestros hábitos alimenticios y nuestras costumbres de vida. Intentar enriquecer nuestra alimentación con nutrientes de pH básico, hacer algo de deporte al aire libre y evitar los excesos en lo que a sustancias excitantes se refiere como alcohol, café y también el tabaco. Además es conveniente garantizar un aporte adecuado de sustancias minerales de acción basificante, mediante el aporte de un complemento ali­menticio a base de una equilibrada mezcla de minerales básicos como son el calcio, el magnesio y el zinc, entre otros.

Equilibrio con sales minerales basificantes

Debemos tener en cuenta que cuantos más elementos minera­les contenga la alimentación más rica en bases es (consultar cuadro sinóptico de alimentos). Para ir sobre seguro en esos períodos en los que no es posible estar pendiente de la alcalinidad de la alimentación o en los que hay que hacer frente a un estrés intenso, lo mejor es recurrir a la ingesta de una combinación de bases convenientemente equilibrada.
Puede recurrir a una mezcla básica (alcalina) eficaz y equilibrada. De este modo se reponen las reservas de bases del organismo y se evita la acidificación. Se aconseja una mezcla equilibrada de sales minerales que aporta al organismo minerales que contrarrestan la acidez corporal y que por otra parte son esenciales para la salud por sus importantísimas funciones:

CALCIO

Este macromineral es el cuarto componente más abundante en el cuerpo después del agua, las proteínas y las grasas. El calcio corporal total se aproxima a los 1.150 g y un 90 % del mismo se concentra en la masa ósea y en dientes.
El calcio participa en la coagulación, en la correcta permeabilidad de las membranas y a su vez adquiere fundamental importancia como regulador nervioso y neuromuscular, modulando la contracción muscular (incluida la frecuencia cardíaca), la absorción y secreción intestinal, la liberación de hormonas y el control de la acidez corporal.
Se encuentra principalmente en los productos lácteos, frutos secos, sardinas y anchoas, así como en legumbres y vegetales verdes oscuros (acelga, espinaca y brócoli).
Un claro indicador de carencia de calcio es la osteoporosis, la debilidad ósea y la acidez corporal.

MAGNESIO

El magnesio es un metal alcalinoterroso que representa el segundo catión más importante del sector intracelular, junto con el potasio, y es el quinto mineral por su abundancia en el organismo.
Este macromineral es componente del sistema óseo, de la den­tadura y de muchas enzimas. Participa en la transmisión de los impulsos nerviosos, en la contracción y relajación de músculos, en el transporte de oxígeno a nivel tisular y participa activamente en el metabolismo energético.
Las fuentes de magnesio son el cacao, las semillas y frutas secas, el germen de trigo, la levadura de cerveza, los cereales Integrales, las legumbres y las verduras de hoja.
Su ausencia contribuye a que el cuerpo se acidifique más fácilmente y se refleja por la aparición de calambres, debilidad muscular, náuseas y convulsiones, entre otros.

SODIO

Este mineral alcalino es necesario esencialmente para regular la presión de los líquidos corporales (presión osmótica) junto con el potasio.
El sodio, al actuar en el interior de las células, participa en la conducción de los Impulsos nerviosos, regula el reparto de agua en el organismo e interviene en la transmisión del impul­so nervioso a los músculos.

MANGANESO

Se sabe que este micromineral está relacionado con la formación de los huesos, el desarrollo de tejidos y la coagulación de la sangre, con las funciones de la insulina, la síntesis del colesterol y como activador de varias enzimas.
El manganeso se encuentra en frutas secas, granos integrales, las semillas de girasol y de sésamo, la yema de huevo, legumbres y verduras de hojas verdes.
La carencia de manganeso en el organismo puede generar len­to crecimiento de uñas y cabellos, despigmentación del pelo, mala formación de huesos y puede provocar un aumento de la acidificación corporal y una disminución en la tolerancia a la glucosa.
El exceso de manganeso ingerido por alimentación no ha demostrado tener efectos adversos.

ZINC

En el organismo se encuentran presentes aproximadamente entre 2 y 3 gramos de este micromineral alcalino que participa en el funcionamiento de 70 enzimas, entre las cuales se encuentran las del metabolismo de los hidratos de carbono, proteínas y grasas, además de en la síntesis de la insulina, el ADN y algunas otras.
Cumple también funciones aliviando alergias, aumenta la inmunidad natural contra infecciones bacterianas y destruye elementos tóxicos como el cadmio que ingresa al organismo a través del humo del cigarro.
Se encuentra en el pescado, los lácteos, la yema de huevo, las legumbres secas y los cereales integrales.
Los niveles de zinc en el organismo se ven disminuidos por consumo de tabaco, café y el alcohol en exceso. La falta de zinc provoca diversas disfunciones en el organismo y contribuye al aumento de la acidez corporal.

Test de la saliva

El test de la saliva es una prueba que, de manera rápida y sencilla, le permitirá evaluar su nivel de acidosis. Esta simple prueba del pH de la saliva muestra inmediatamente su estado de iones y en consecuencia el estado de su salud respecto a la posible acidificación corporal.
La tira de papel nos da valores de pH aproximados entre 4.9 y 7.9. Debe saber que si el valor del pH de su saliva está por debajo de 7.0 y por encima de 7.6 puede existir un cierto riesgo para la salud, y es conveniente profundizar en un exámen más exhaustivo sobre las causas de la descompensación corporal ácido-base.

Cómo usar correctamente la tira reactiva

Los restos de comida, sobre todo el alcohol, el café, la sal y las bebidas gaseosas alteran el pH de la saliva y pueden dar valores confusos, por lo que es conveniente esperar al menos una o dos horas para realizar la prueba después de haber comido.
Lo ideal es hacer el test con saliva recién segregada, por lo que debemos tragar la saliva que tenemos en la boca, segregar nueva saliva, volver a tragarla, y sólo la segunda vez que gene­remos nueva saliva utilizarla para humedecer la tira reactiva:
  • Humedezca un trozo de tira reactiva enteramente en su saliva.
  • Compare el color de la tira mojada con el color de la escala adjunta.

Interpretación de los valores de pH

  • Valor pH 7.6: Valor ideal. Se trata de un valor ligeramente alca­lino. Cuidando la alimentación y haciendo algo de ejercicio físico podrá mantener este valor.
  • Valor pH entre 7.3 y 7.0: El cuerpo no está ni alcalino ni ácido. Para conseguir el valor recomendado de 7.6 es aconsejable seguir una alimentación equilibrada, pobre en proteínas, y tomar diariamente algún preparado a base de sales básicas.

Estados en los que pueden comenzar a desarrollarse enfermedades crónicas

  • Valor pH 6.4: Es un síntoma de que el cuerpo está aproximadamente 10 veces más ácido del valor ideal. Es muy aconsejable revisar qué tipo de alimentación se realiza e intentar subir el valor del pH hasta el recomendado mediante la toma diaria de sales básicas. Valor pH 6,1: El cuerpo está unas 20 veces más ácido de lo que estaría si el pH fuese ideal. Para subir este valor hasta el ideal, además de revisar atentamente los hábitos alimenticios, debe tomar diariamente un preparado de sales básicas de calidad

Estados de pH en los que ya han podido manifestarse enfermedades crónicas

  • Valor pH 5.5: Este valor nos habla de un cuerpo que está 100 veces más ácido del valor ideal. Las personas con este tipo de acidez deben tomar conciencia de ello, corregir sus costumbres alimenticias y sus hábitos de vida y tomar diariamente un preparado de sales básicas que neutralice su acidez.
  • Valor de pH 4.9: Se trata de un cuerpo muy ácido, casi 200 veces más ácido del valor ideal. En tales casos, las personas deben necesariamente tomar conciencia de su estado de aci­dez, quizás realizar ulteriores análisis que confirmen dicho estado y tomar medidas para corregirlo dirigidas al control de su alimentación y sus hábitos de vida, y complementar su dieta con la toma diaria de un preparado a base de sales básicas de calidad.

CUADRO SINOPTICO DE ALIMENTOS

cuadro sinoptico de alimentos


El pH del organismo

El grado de acidez de la sangre y de la orina es un factor que se tiene en cuenta a la hora de analizar la salud de nuestro organismo.

Como ya hemos indicado al principio de este documento un organismo saludable es aquel que presenta un equilibrio entre ácido y base. Un pH de 7,6 en sangre mostraría el valor ideal. Valores entre 7 y 7,3 son bastantes usuales y nos indican un funcionamiento "normal" de nuestro organismo.

Por debajo de 7, nuestro organismo comienza a acidificarse. Valores entre 6 y 6,5 pueden ser responsables de muchas molestias corporales que, aparentemente no tienen explicación. Valores entre 5 y 5,5 o inferiores pueden ser el síntoma de que nuestro organismo se encuentra enfermo.

  ¿ Porqué el organismo se vuelve ácido ?

La acidificación corporal es el resultado directo de los procesos metabólicos del propio organismo. La digestión de los alimentos es generadora de ácidos que el organismo tiende a filtrar a través del hígado y eliminar a través de los riñones. De igual manera el proceso de respiración también genera ácidos.

Cuando el organismo no es capaz de eliminar este exceso de acidez, el organismo se vuelve ácido.
Existen una serie de factores que pueden agravar la producción de ácidos, como son:
- El mal funcionamiento del aparato excretor (hígado, riñones, intestinos, etc.)
- El mal funcionamiento del aparato respiratorio.
- Una alimentación desiquilibrada, demasiado rica en alimentos ácidos y pobre en alimentos neutros o base.
- El estrés.
- La contaminación >(contaminación del agua, del aire o de los alimentos)
- El tabaquismo.
- El consumo de café.
- Las dietas inapropiadas. Dietas ricas en proteínas animales, como la famosa dieta Dunkan, aquella dietas muy estrictas para rebajar de peso y otras dietas no equilibradas propician la acidificación corporal.

Consecuencias de la acidificación del organismo

Un exceso de acidez en el organismo es responsable de la aparición de numerosas anomalías. Entre las más significativas podemos señalar las siguientes:

- Cansancio contínuo: parece ser que no tuviésemos ganas de hacer nada. Nos sentimos cansados y nos cuesta mucho recuperar la fuerza.
- Falta de concentración: nos cuesta concentrarnos en algún tema concreto. Podemos presentar dificultades en el estudio o en el trabajo.
- Dolor de cabeza: fácilmente nos aparecen cefaleas.
- Facilidad hacia las infecciones: nuestras heridas se infectan con facilidad, tenemos tendencia a sufrir enfermedades como bronquitis, resfriados, etc.
- Problemas en las articulaciones: sentimos dolor o entumecimiento en las articulaciones de una manera habitual.
- Acidez de estómago: sentimos que el estómago se encuentra ácido. Habitualmente experimentamos reflujo gástrico o hinchazón en el cuerpo.
- Alergias: somos más propensos a las alergias.
- Problemas en las uñas (uñas frágiles, hundidas, etc.)
- Halitosis: la presencia del mal aliento es un posible síntoma de organismo demasiado acidificado.

Cuando el organismo permanece ácido durante mucho tiempo, otros problemas corporales más graves pueden aparecer.

¿ Qué hacer para disminuir la acidez del organismo ?

El exceso de acidez puede controlarse con una alimentación adecada que contenga muchas frutas y verduras y otros alimentos neutros o base. Se considera que este tipo de alimentos tendría que represnetar el 80% de todos los alimetnos ingeridos.

Se tendrá que abandonar o reducir el consumo de bebidas alcohólicas, café o bebidas azucaradas con cola. Igualmente es importante dejar de fumar e intentar cambiar ciertos hábitos vitales que pueden conducir al estrés.

El ejercicio regular y la vida en un lugar donde se respire un aire puro ayudarán a disminuir la acidez orgánica que pueden producir ambiente conun aire más contaminado. Una salida al campo semanal será una medida muy itneresada para aquellas personas que vivan en las grandes ciudades.

 

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