Tras
los trágicos atentados del pasado 17 de agosto en Barcelona y en
Cambrils, se han sucedido una ola de mensajes por las redes sociales y
la mensajería móvil. La mayoría de ellos, sin citar fuentes o aludiendo a
fuentes que pocas veces son confirmadas por las persona que lo lee y
luego lo difunde.
Mensajes en forma
de bulo, sin contrastar, que se comparten a mucha velocidad y no hacen
más que aumentar el pánico y el dolor entre los ciudadanos. Una
ciudadanía sensibilizada que busca respuestas y culpas, pero cuidado,
hay que poner ética y responsabilidad a la difusión de este tipo de
contenido.
Bulos y más bulos que se distribuyen rápidamente entre tanta desesperación. Mensajes como estos han plagado las redes:
Acaban de poner al Cuerpo Nacional de Policía en Alerta 5. Atentado inminente. La Policía pide no ir en transporte público.Las familias de los yihadistas seguirán cobrando ayudas públicas a pesar de lo sucedido.
¿Cómo distingo la verdad de una mentira?
Uno de los mensajes más populares suele ser el de evitar los lugares de interés turístico y el transporte público.
Es fácil determinar cuando es una mentira porque va acompañado de un
texto que dice así: “me lo acaban de enviar a un grupo en el que tenemos
un amigo que está en el Cuerpo Nacional de Policía”. Si fuera verdad,
citaría el tweet oficial de la policía o de los servicios de emergencia.
En la gran mayoría de ocasiones estos mensajes no los firma nadie.
Es un rumor así es nuestra responsabilidad consultar directamente las fuentes oficiales como la web o la cuenta Twitter de la Guardia Civil o el de la Policía Nacional.
Debes contestar a la persona que te lo envía advirtiéndole que es mentira y aconsejándole contrastar las fuentes antes de enviar a sus contactos información así.
Y no es
una simple broma. La policía ya está siguiendo el rastro de las
personas que están comenzando y lanzando este tipo de bulos en las redes
sociales. Incluso han tomado declaración al autor del falso mensaje
sobre el atentado en la corrida Goyesca de Ronda.
La Policía ha lanzado unas recomendaciones claras y sencillas: NO lo creas. NO lo compartas. Confía solo en fuentes oficiales #StopBulos.También
son habituales los mensajes falsos que incitan al odio, por ejemplo:
“los yihadistas detenidos cobraban pensiones públicas y recibían ayudas
para el pago del alquiler”. Además de ser totalmente falso, contribuye a
provocar reacciones discriminatorias. Intentar que estos mensajes falsos existan es misión imposible, pero podemos conseguir que no se propaguen con tanta facilidad y ayudar a la policía a desenmascarar las fuentes.
https://twitter.com/policia/status/899910766064750592
Nadie
duda de las virtudes que entraña la forma de acceder a la información a
través de las redes sociales. Es inmediata, rápida y capaz de burlar
las censuras más férreas. Pero acarrea riesgos. No hay posibilidad de
verificar las fuentes, la información no viene avalada y abre el camino a
la insolvencia y a la intoxicación. Los mensajes que
cuelgan en las redes sociales circulan a toda velocidad, aunque a menudo
proceden de identidades equívocas o directamente engañosas.
Dicen que en una inundación lo más difícil de conseguir es agua potable. Quizás por ello, ante la avalancha de noticias que nos llegan, quizás lo más complicado sea distinguir la “información límpia”.
El problema ya no es el acceso, es la selección. En un mundo en el que la información es infinita resulta difícil distinguir el buen periodismo del simple ruido o incluso la manipulación.
La tecnología evoluciona y ahora, además, lo hace más aceleradamente
que en otros periodos de la historia. Mientras algunos perciben la
tecnología como la causa del problema otros encuentran en ella la
solución.
Por favor utiliza el hastag #StopBulos cuando
veas algún mensaje de este tipo y recordad que en momentos como estos
tenemos que estar todos juntos no caer en el juego de los extremistas.
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