El
Gobierno suizo ha asumido que tanto la Fitoterapia como la Homeopatía,
la Terapia Neural, la Medicina Tradicional China -y por ende la
Acupuntura- y la Medicina Antroposófica -terapias seguras y eficaces-
estén a disposición de los ciudadanos en el sistema público de salud.
Suiza ya reembolsó sus tratamientos en 1998 pero dejó de hacerlo en 2005
hasta que se constatase mejor su seguridad, eficacia y rentabilidad.
Pues bien, tras el referéndum celebrado el 17 de mayo de 2009 estas
terapias han empezado a ser sufragadas por el estado desde el pasado 1
de enero de 2012.
A la hora de
optar por la libre elección de tratamiento -lo confieso abiertamente-
¡quiero ser suizo! Claro que hubiera podido llegar a la misma conclusión
mirando otros indicadores socioeconómicos: es el quinto país más rico
del mundo en renta per cápita, la tasa de paro es del 4’1 %, figura
entre los países de la OCDE que más dinero gasta en educación y el 82%
de la población de entre 25 y 64 años tiene al menos el título de
bachillerato. Datos muy importantes porque quienes atacan hoy de manera
furibunda las medicinas complementarias suelen presentar a quienes las
ejercen como estafadores que juegan con la ignorancia de sus pobres
pacientes que son tan tontos que ni siquiera saben que su mejoría se
debe al efecto placebo.
Y claro, el
caso de Suiza les destroza tan falaz argumento porque en ese país -el
usuario medio es mujer de mediana edad, bien educada y dos hijos que
vive en zona urbana- la mayoría de los suizos están bien preparados,
tienen un nivel económico alto, no son personas crédulas fácilmente
manipulables y apuestan claramente por las medicinas complementarias. Es
más, se trata de un país cuya primera riqueza exportadora son ¡los
fármacos! Facturó cerca de 30.000 millones de euros en 2009. Y sin
embargo el 57% de la población utiliza las llamadas medicinas
complementarias según datos del estudio Use of Complementary Medicine in Switzerland publicado en 2006 en Forsch Komplementmed.
Y no solo
eso: alrededor del 40% de los médicos suizos utilizan ya -de forma total
o parcial- las medicinas complementarias según unestudio realizado por
el Collegial Instance for Complementary Medicine de la Universidad de Berna.
Y eso que
también en Suiza existen grupos de presión que llevan décadas tratando
de desprestigiarlas -con los mismos falaces argumentos que aquí–
alegando que no está demostrada su eficacia porque no hay
suficientesestudiosque lo corroboren y por tanto las mejorías obtenidas
se deben al efecto placebo. Los suizos, sin embargo, cuentan con una
poderosa herramienta para dirigir su destino e imponérselo a los
gobernantes si es preciso: los referéndums. Aquí sólo deciden los que
están en el poder y a él no se llega sin el apoyo de los grupos de
presión internacionales. De hecho fue a través de un referéndum
celebrado el 17 de mayo de 2009 como consiguieron que desde el 1 de
enero de 2012 cinco terapias alternativas -la Fitoterapia, la
Homeopatía, la Terapia Neural, la Medicina Tradicional China (y por
tanto la Acupuntura) y la Medicina Antroposófica- formen ya parte del
catálogo de prestaciones del seguro básico obligatorio de salud. ¡En el
país de las multinacionales farmacéuticas y las cuentas bancarias
secretas!
Y es que los
votantes suizos pueden exigir referéndums vinculantes en los tres
niveles de su administración: federal, cantonal y municipal. No siendo
elección del Gobierno de turno si se hace o no y cuándo se lleva a cabo
porque eso está regulado en la propia Constitución. Bueno, hay dos tipos
de referéndums: el obligatorio –que debe efectuarse en caso de que
quieran hacerse enmiendas a la Constitución o adherir Suiza a alguna
organización internacional- y el facultativo -el tipo más común de
consulta y preferido por los partidos políticos o grupos de interés-.
Porque resulta que en Suiza ciertas resoluciones federales y cualquier
cambio en la legislación pueden someterse a referéndum: bastan 50.000
personas o que los representantes de ocho cantones lo soliciten. Siendo
menores las exigencias cuando la ley afecta a un solo cantón o
municipio.
Una
herramienta constitucional que ya ha permitido a los suizos
–especialmente en los últimos años- decidir directamente sobre
cuestiones importantes. En marzo pasado, por ejemplo, rechazaron la
propuesta de ampliar de cuatro a seis semanas las vacaciones anuales de
los trabajadores ¡por sexta vez consecutiva! Algo que quizás haga pensar
a algunos que los suizos son un poco raros pero el 66,5% de los
votantes rechazó la propuesta. Lo cierto, empero, es que tienen las
cosas claras –acertadamente o no- sobre lo que quieren: en noviembre de
2009 decidieron prohibir la construcción de minaretes en las mezquitas
del país –así lo votó el 57,7%- y en noviembre de 2010 aprobaron la
expulsión automática de todo extranjero condenado por delito grave
–iniciativa que tuvo un 54% de respaldo-. Siendo entre ambas decisiones
-el 17 de mayo de 2009- cuando aprobaron un cambio constitucional que h
permitido incluir cinco medicinas complementarias en el seguro
sanitario. Y es que a juicio de los suizos esa posibilidad debe ser una
decisión individual que debe simplemente respetarse, que ha de ser cada
persona, ejerciendo su libre albedrío, quien decida a qué tipo de
terapeuta y medicina prefiere acudir sin entrar terceros interesados a
valorar si la misma goza o no de suficientes “avales científicos”. Que
ha de ser cada persona la que valore si a ella le resulta o no útil. Y
así lo entendió el 67% de los votantes que gracias a ello convirtieron a
Suiza en el primer estado que ha incluido las medicinas complementarias
en su servicio sanitario ¡y en la mismísima Constitución!
SEGUNDO INTENTO
Una decisión
que no gustó nada a la gran industria farmacéutica que de inmediato
empezó a presionar al Gobierno suizo y orquestó una campaña
internacional de desprestigio de las medicinas alternativas de las que
en esta revista nos hemos hecho ya eco en varias ocasiones. Quizás por
eso el Ministro del Interior suizo, Didier Burkhalter,
anunció en enero de 2011 que las cinco terapias antes mencionadas -la
Fitoterapia, la Homeopatía, la Terapia Neural, la Medicina Tradicional
China (y por tanto la Acupuntura) y la Medicina Antroposófica-serían
reembolsables a partir de enero de 2012 perosólo durante cinco años
-hasta 2017- cuando deberán “haber demostrado su eficacia, coste-efectividad e idoneidad”.
Una indudable cesión a las presiones de los círculos médicos y
farmacéuticos opuestos a estas terapias que desaconsejaron su inclusión
alegando “falta de evidencia científica”.
El caso es
que, asumiendo el resultado del referéndum, el artículo 118 de la
Constitución Federal Suiza ha tenido que ser reescrito quedando de
lasiguiente manera: “En el marco de sus responsabilidades la
Confederación y los cantones promoverán el reconocimiento de la Medicina
Complementaria”.
Y sobre esa base constitucional el Parlamento y las autoridades se obligaron a poner en práctica los siguientes mecanismos:
1) La admisión de médicos especializados en esas cinco disciplinas en el seno del seguro obligatorio de salud.
2) La creación de títulos nacionales para los terapeutas no médicos.
3) La integración de esas disciplinas en la enseñanza y la investigación.
4) El mantenimiento de aquellos remedios que hayan probado su eficacia.
2) La creación de títulos nacionales para los terapeutas no médicos.
3) La integración de esas disciplinas en la enseñanza y la investigación.
4) El mantenimiento de aquellos remedios que hayan probado su eficacia.
En suma, el
seguro básico cubre desde enero esos tratamientos siempre que sean
prescritos por médicos con formación adicional en esas disciplinas. Los
tratamientos prescritos por terapeutas que no sean licenciados en
Medicina siguen sin estar cubiertos por el seguro básico de salud por lo
que quienes quieran optar a ellos acudiendo a profesionales no médicos
tendrán que contratar un seguro adicional con alguna compañía de
seguros. De hecho ya hay empresas como CaisseVaudoise que
cubren la Naturopatía, la Homeopatía, la Osteopatía, la Acupuntura, la
Acupresión, la Auriculoterapia, la Iridología, la Kinesiología, la
Medicina Antroposófica, la Técnica Alexander, la Audiopsico-Fonología,
la Reeducación Postural Global, la Mesoterapia, el drenaje linfático, la
irrigación de colon, etc.
Lo singular
es que no es la primera vez que los suizos disfrutan de la cobertura de
las terapias ahora aprobadas. La alta aceptación de las medicinas
complementarias en el país helvético -especialmente de las cinco
disciplinas ahora reconocidas- llevó ya en 1994 a la creación de una
cátedra universitaria en Medicina Natural en Zurich y a una cátedra
parcial de Homeopatía en la Universidad de Berna. Y en julio de
1998 el Gobierno suizo decidió incluir las cinco disciplinas antes
citadas en la lista de servicios cubiertos por el KLV Swiss Statutory Health Insurance;
desde el 1 de julio de 1999 al 30 de junio del 2005. Eso sí, como
precondición para el reembolso el terapeuta consultado tenía que estar
cualificado. También entonces se estableció como condición una
evaluación destinada a verificar su eficacia, oportunidad y economía que
se puso en práctica en 2003. Para lo cual un grupo de expertos creó el Programa de Evaluación de la Medicina Complementaria (PEK) con dos aspectos a cubrir: uno práctico sobre su eficacia real -el Swiss Patient Care Evaluation Study (SPEC)-
y una revisión de la literatura científica. El caso es que las cinco
terapias fueron sometidas a un procedimiento conocido como Health Technology Assesment o HTA (Evaluación Tecnológica Sanitaria),
método científico que -en contraste con los metaanálisis y revisiones
sistemáticas habituales establecidas por los estándares de la Cochrane Collaboration-
examina no sólo la eficacia de una intervención en particular a través
de la literatura científica sino también en la aplicación clínica real;
incluyendo la seguridad y la relación coste-beneficio. La Evaluación Tecnológica Sanitaria o HTA
(por sus siglas en inglés) tiene pues mucho mayor alcance y contiene
mucha más información que las revisiones habituales ya que incluyen
material que normalmente no se toma en consideración; como los estudios
observacionales longitudinales que investigan al mismo grupo de gente de
forma reiterada a lo largo de varios años. El caso es que basándose en
la documentación derivada de ese estudio de campo con los informes HTA de todas las disciplinas las asociaciones de especialistas debían presentar un informe a la Swiss Federal Commission for General Health Insurance (ELK)
-institución que tenía que decidir si debían formar parte o no del
sistema básico de previsión- pero finalizó el plazo -en junio de 2005
sin que de los informes se llegara a saber nada.
Y el entoncesministro de Salud Federal, Pascal Couchepin
-bastante menos partidario de las terapias complementarias que el
actual- decidió volver a sacarlas del sistema sanitario con el consabido
y manido argumento de siempre: su eficacia no está demostrada. Las
pretensiones de los grupos de presión se veían así satisfechas. Lo que
no se esperaban es que una decisión tan claramente política -y no
científica- llevaría a quienes seguían defendiendo su eficacia y
permanencia en el sistema sanitario a agruparse en torno a una
iniciativa que bautizarían como ¡Sí a la Medicina Complementaria!
Iniciativa popular que finalmente conseguiría convocar el referéndum en
el que se aprobó la enmienda constitucional ya citada que entró en
vigor a principios de 2012.
Lo singular
es que sólo unas semanas antes de la puesta en marcha de esta medida en
enero de este año se conoció por fin el informe HTA (Programa de Evaluación de la Medicina Complementaria)finalizado en 2006 que se elaboró con datos recogidos hasta 2003, presentado en forma de libro con el título Homeopathy in Healthcare – Effectiveness, Appropriateness, Safety, Costs y cuyos autores son Gudrun Bornhöft y Peter F. Matthiessen. El informe fue encargado por el gobierno a la Swiss Federal Social Insurance Office (FSIO),
centro nacional sobre políticas relacionadas con la vejez, la
dependencia y la familia encargado de planificar, gestionar y supervisar
los sistemas de seguridad social a fin de garantizar un funcionamiento
eficaz que a su vez encargó la recogida de información a la PanMedion Foundation de Zurich, la cátedra de Teoría Médica y Medicina Complementaria de la Universidad de Witten/Herdecke (Alemania) y el Instituto de Epistemología Aplicada y Metodología Médica (IFSEMM).
LA INDUDABLE EFICACIA DE LA HOMEOPATÍA
Lo curioso
es que el informe encargado por el Gobierno suizo se diera a conocer con
sólo unos días de diferencia respecto al informe que sobre la misma
materia había encargado el Ministerio de Sanidad español. Informe éste
en el que si bien no se apoya claramente a la Homeopatía tampoco -a
pesar de las torcidas interpretaciones que se han querido hacer de él-
se la demoniza. En cualquier caso no hay más que comparar ambos informes
para darse cuenta de cuál resulta más fiable. Para muestra un botón:
los autores de la Evaluación Tecnológica Sanitaria suiza
necesitaron 230 páginas de meticulosos análisis sobre la eficacia,
seguridad y rentabilidad de la Homeopatía desgranando todo tipo de
cifras, datos y referencias para concluir que es ¡eficaz!
En cambio en el informe español el asunto se despacha ¡en 2 páginas! Y
22 revisiones hicieron los suizos -además de muchos otros datos- por 9
de los españoles. ¿El resultado? En Suiza hoy las terapias citadas
–Homeopatía incluida- las cubre el seguro obligatorio suizo mientras en
España se sigue acosando a quienes la practican.
Sin comentarios. Especialmente porque la Evaluación Tecnológica Sanitaria
encargada por el Gobierno suizo sobre la Homeopatía es probablemente la
más completa realizada hasta el momento ya que no sólo revisa
detenidamente el conjunto de pruebas a doble ciego, aleatorias y los
ensayos clínicos controlados con placebo de distintos medicamentos
homeopáticos sino que evalúa asimismo su eficacia clínica en el mundo real -y no entre las impolutas paredes de un laboratorio- así como su seguridad y coste-eficacia. Con una conclusión clara: “Teniendo en cuenta criterios de validez interna y externa –se dice en el informe suizo-la eficaciade la Homeopatía está apoyada por evidencia clínica y profesional; y se considera segura con una adecuada aplicación” (las negritas y el subrayado es nuestro).
El informe
comienza por realizar una revisión pormenorizada del amplio cuerpo de
investigación preclínica de la Homeopatía (investigación fundamental
físico-química, estudios botánicos, estudios en animales y estudios in
vitro con células humanas) tras la cual concluye que “lasaltas
potencias homeopáticas parecen inducir efectos reguladores -por ejemplo,
el equilibrio o la normalización de los efectos- y cambios específicos
en las células u organismos vivos”.
“Se analizaron 22 revisiones –puede leerse en el texto de evaluación-. La
mayoría -10 de las 22, con 563 estudios analizados- examinaron la
Homeopatía como un sistema de terapia, siete estudiaron la eficacia de
la Homeopatía en condiciones médicas particulares, tres un
medicamento homeopático específico (árnica) y dos un remedio homeopático
concreto en una condición médica concreta. En resumen, el estudio
encontró una tendencia a favor de la Homeopatía en al menos 20 de las 22
revisiones. Y cinco de esos estudios apoyaban claramente la eficacia de
una intervención homeopática: cuatro de los que investigaron la
eficacia de la Homeopatía como sistema de tratamiento y un quinto
estudio centrado en un cuadro clínico agudo definido en el que los
medicamentos homeopáticos produjeron resultados significativos, tanto
estadística como clínicamente”.
Añadiremos
que en el informe destaca especialmente el capítulo dedicado al
tratamiento homeopático de las infecciones del tracto respiratorio
superior y de las alergias respiratorias –tituladoUpper Respiratory Tract Infections / Allergic Reactions (Infecciones del tracto respiratorio superior / Reacciones alérgicas)
pues cita 29 estudios y destaca que en 24 los resultados fueron
positivos para la Homeopatía. Además de los siete estudios controlados
que compararon el tratamiento homeopático con el tratamiento médico
convencional la Homeopatía demostró ser más eficaz en seis de ellos e
igual de eficaz en el séptimo. Y sin los efectos secundarios de los
tratamientos farmacológicos convencionales.
En cuanto a
la evaluación de los ensayos aleatorizados controlados con placebo
resulta que en 12 de los 16 analizados fue mejor el resultado con los
productos homeopáticos.
El informe
explica asimismo que muchos de los estudios efectuados con productos
homeopáticos –obviamente los que intentaban alegar que no funcionan- se
diseñaron desde el principio de forma inadecuada e ignorando los
principios esenciales de la Homeopatía siendo eso lo que ha dado lugar a
tantos resultados de “falsos negativos”.
Eso sí, el
estudio reconoce la dificultad actual de poder hacer entender en toda su
complejidad los principios de la Homeopatía: “Los avances logrados en Físicasubatómica –explica el informe- muestran
modelos que podrían explicar la acción de los medicamentos homeopáticos
a altas potencias (la teoría de la impresión, la coherencia de la
energía celular y subcelular similar a la coherencia de la luz láser,
etc.) pero no ha sido posible hasta ahora probar suaplicación en la
Homeopatía”. En cualquier caso sí se reconoce y recalca la ausencia de efectos secundarios. “Aplicada correctamente –se afirma en la evaluación-la Homeopatía clásica tiene pocos efectos secundarios y el uso de altas potencias está libre de efectos tóxicos”.
Concluyentes
resultados obtenidos gracias a la meticulosidad suiza. Mientras, en
España, indocumentados e ignorantes escépticos siguen negando las
evidencias.
Y eso que
nuestro propio Ministerio de Sanidad llega a calificar los tratamientos
homeopáticos –pareciera que a regañadientes- como prometedores. Así,
respecto a la prevención y tratamiento de influenza y síndromes
parecidos reconoce que “No se encontró evidencia sobre la eficacia
en la prevención de estos síndromes pero sí de la disminución moderada
de la duración de los mismos. Los resultados iniciales son prometedores”.
Y en cuanto a las dos revisiones realizadas en el informe español sobre
trabajos destinados a estudiar los efectos de la Homeopatía en cáncer
pueden leerse afirmaciones como “la Homeopatía puede mejorar el estado general de los pacientes con cáncer después de un año” o“la evidencia encontrada es prometedora para la Homeopatía”. Respecto a la osteoartritis el citado informe reconoce que “dos estudios obtuvieron resultados positivos (de la Homeopatía)con
respecto a los tratamientos convencionales; uno mostró ser al menos
igual de eficaz y el cuarto obtuvo resultados negativos con el uso de
una determinada preparación (Toxicodendron rhus) respecto al tratamiento
convencional”. En suma, tres de cuatro a favor de la Homeopatía. Y sobre su influencia en el asma crónica se reconoce que “los resultados son contradictorios”; es decir, que los hubo buenos y no tan buenos… pero los hubo.
OTROS ESTUDIOS
Llegados a este punto no está de más recordar uno de los estudios incluidos en el Programa de Evaluación del de Medicina Complementaria financiado
por la Oficina Federal Suiza de Salud Pública. Nos referimos al
publicado el 5 de mayo del 2010 –justo un año después del referéndum-
por el conocido periódico médico suizo Schweizer Ärztezeitung
ya que en él se aseveraba que las medicinas complementarias no sólo no
son más caras -por paciente y año- que la alopática o convencional sino
más baratas en el 29% de los casos. Agregando que puede considerarse “globalmente rentable” y además “cuenta con la satisfacción de los pacientes”.
Recientemente se ha dado a conocer además otro estudio –Patient
satisfaction and side effects in primary care: an observational study
comparing homeopathy and conventional medicine (Satisfacción de los
pacientes y efectos secundarios en Atención Primaria: estudio
observacional comparativo entre Homeopatía y medicina convencional)- elaborado por el Instituto para la Investigación Evaluativa de Cirugía Ortopédicade la Universidad de Berna
que tenía como objetivo principal investigar la satisfacción del
paciente con la Homeopatía y la percepción de sus efectos secundarios
frente a lo ofrecido por la atención habitual en Atención Primaria. Y
también en este caso la conclusión fue favorable a la Homeopatía. “En general -concluye el trabajo-, la
satisfacción del paciente fue significativamente mayor en el grupo
homeopático que en el grupo de atención convencional. Los tratamientos
homeopáticos se perciben como una terapia de bajo riesgo, con la mitad o
la tercera parte de efectos secundarios que la convencional”.
Otro de los estudios –Complementary
and alternative medicine costs, a systematic literature review (Costes
de la medicina complementaria y alternativa. Una revisión sistemática de
la literatura)– realizado por la PanMedion Fundation de
Zurich analizó 38 trabajos, 23 de ellos sobre la medicina alternativa
desde distintos puntos de vista, 13 sobre Homeopatía y 2 sobre
Fitoterapia. En ellos se investigaron distintos tipos de costes
-directos e indirectos- y se utilizaron diferentes métodos
(cuestionarios prospectivos o retrospectivos, análisis de datos y
modelos de coste-efectividad) para su análisis y la primera conclusión
fue obvia: los tratamientos de medicina complementaria son sufragados
casi totalmente por los propios pacientes siendo el coste mensual medio
por persona y tratamiento de 205 euros. “Los resultados sugieren menores costes en la medicina complementaria que en la convencional –se asevera en el trabajo-pero la calidad metodológica limitada reduce la significación de los datos disponibles”.
Cabe señalar que uno de los estudios analizados reveló una reducción de
día y medio de absentismo laboral en el grupo tratado con medicinas
alternativas en comparación con el de los pacientes tratados
convencionalmente.
Citamos asimismo dos estudios que si bien no están incluidos en el Programa de Evaluación de la Medicina Complementaria son especialmente significativos. El primero de ellos para los amigos del placebo: en 2010 se publicó un trabajo titulado Placebo
effect sizes in homeopathic compared to conventional drugs – A
systematic review of randomised controlled trials (Tamaño del efecto
placebo en Homeopatía en comparación con los registrados con fármacos
convencionales. Revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios)-
que intentaba saber si el impacto del placebo en la medicina
homeopática era o no mayor que el observado en la medicina convencional.
Pues bien, tras analizarse 25 ensayos clínicos ¡no se encontró
diferencia alguna!
Recogemos finalmente los datos de un estudio presentado el año pasado con el título La
integración de la medicina complementaria y alternativa en las
facultades de Medicina de Alemania, Austria y Suiza. Resultados de un
estudio de corte transversal que se efectuó en el Instituto de Medicina Social, Epidemiología y Economía de la Salud del Centro Médico Universitario Charité
de Berlín que pretendía actualizar los datos obtenidos en 1997 con una
encuesta hecha a responsables de las facultades de Medicina alemanas.
Entonces se demostró que aunque la mayoría de los encuestados estaba a
favor de integrar las medicinas complementarias y alternativas en los
programas de las facultades de Medicina sólo una minoría los había
puesto en marcha. Bueno, pues según este nuevo estudio la situación no
ha cambiado y aunque la mayoría de los encuestados está a favor de la
integración ésta “sigue siendo limitada y no refleja el alto uso de las medicinas alternativas o complementarias por la población”.
En todo caso
hay en el estudio datos significativos: el 40% de los encuestados tenía
una opinión positiva sobre las medicinas alternativas o
complementarias, el 28% neutral, el 29% negativa y el 3% no estaban
seguros. Siendo las disciplinas que más respaldo recibieron de los
responsables académicos la Acupuntura (53%), la Osteopatía (52%) y la
Naturopatía (38%) sin demasiadas diferencias estadísticas entre los
países. La mayoría de los encuestados se manifestó incluso a favor de
una mayor integración de ellasen el sistema médico: el 85% en la
investigación, el 84% en la enseñanza y un 60% en los tratamientos. Es
más, 162 encuestados -el 34%- reconoció que ya habían integrado alguna/s
en el plan de estudios (sin diferencias significativas entre los
países). Parece claro pues que la resistencia de quienes desean una
medicina exclusivamente farmacológica se resquebraja a marchas forzadas.
En enero de 2010 se puso por ejemplo en marcha un proyecto de 3 años de duración denominado CAMbrella destinado al estudio de las medicinas complementarias que está financiado por la Unión Europea a través del 7º Programa Marco, principal mecanismo para financiar la investigación científica europea entre 2007 y 2013. Siendo la primera vez que se aborda de forma específica el estudio de las medicinas complementarias con dos objetivos específicos: desarrollar una red en la que participen centros de investigación de excelencia y llegar a un consenso sobre terminología a fin de poder diseñar un marco legal sobre ellas.
En enero de 2010 se puso por ejemplo en marcha un proyecto de 3 años de duración denominado CAMbrella destinado al estudio de las medicinas complementarias que está financiado por la Unión Europea a través del 7º Programa Marco, principal mecanismo para financiar la investigación científica europea entre 2007 y 2013. Siendo la primera vez que se aborda de forma específica el estudio de las medicinas complementarias con dos objetivos específicos: desarrollar una red en la que participen centros de investigación de excelencia y llegar a un consenso sobre terminología a fin de poder diseñar un marco legal sobre ellas.
El
predominio académico, social y político de la Medicina convencional,
ortodoxa o farmacológica que algunos llaman “científica” tiene pues sus
días contados. A pesar de que como bien señala –entre muchos otros- el
doctor Karol Sikora, oncólogo y decano de la Escuela de Medicina de la Universidad de Buckingham (Inglaterra), aún vivamos en una época de “represión estalinista” sostenida por “médicos de sillón” que parecen tener poca o ninguna experiencia en el uso de los tratamientos alternativos con pacientes reales.
En fin, ya
está bien de exigir el patrón oro de estudios a doble ciego a las
terapias complementarias porque, ¿cuántos procedimientos invasivos
quirúrgicos han sido sometidos al patrón oro de estudios a doble ciego,
aleatorios y con centenares o miles de pacientes? ¿Y cuántos ensayos se
han hecho, por ejemplo, para establecer la implantación de stents?
Resulta ridículo exigir costosísimos estudios para verificar la
seguridad y eficacia de las agujas de acupuntura, las gotas homeopáticas
o las maniobras de un osteópata mientras se mira para otro lado cuando
de forma “experimental” -esperando que la suma de casos de cobayas
humanas alumbre el éxito- se instalan electrodos en el cerebro para
tratar el parkinson, se implantan prótesis de silicona en las mamas o se
realizan técnicas invasivas diagnósticas no suficiente y adecuadamente
testadas. Los médicos convencionales deberían sacarse de una vez la viga
del ojo propio. ¡Ya está bien!
Antonio F. Muro
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