El Dr. Joe Diespenza como investigador,
exploró la ciencia que hay detrás de las ‘remisiones espontáneas’, como
la gente puede curarse a si misma, de distintas enfermedades desde
crónicas hasta terminales. Actualmente lleva a cabo una investigación
con diversos científicos para registrar los efectos de la meditación
durante sus talleres. En su reciente libro ‘El Placebo eres Tú, el Dr.
Dizpenza abarca muchas experiencias, estudios y avances científicos, que
acreditan sus investigaciones.
La anatomía de nuestro cuerpo en lugar
de permanecer estática va cambiando de un instante a otro. A cada
segundo el cerebro está modificándose debido a la creación y la
destrucción de conexiones neuronales. Joe nos enseña que podemos dirigir
este proceso con nuestra intención al ponernos al volante, un papel muy
poderoso, en lugar de desempeñar el papel pasivo del pasajero.
El descubrimiento de que la cantidad de
conexiones de un haz neuronal puede doblarse a través de una
estimulación repetida revolucionó el mundo de la biología en la década
de los 90. Y le valió a su descubridor, el neuropsiquiatra Eric Kandel,
el Premio Nobel. Kandel también descubrió que si no usamos las
conexiones neuronales, estas se empiezan a reducir en solo tres semanas.
De modo que podemos moldear nuestro cerebro mediante las señales que
enviamos por las redes neuronales.
En la misma década que Kandel y otros
expertos efectuaban mediciones de la neuroplasticidad del cerebro, otros
científicos descubrían que hay muy pocos genes que sean estáticos. La
mayoría (de un 75 a un 85 por ciento como promedio) son activados y
desactivados por las señales del entorno, entre las que se cuentan los
pensamientos, las creencias y las emociones que cultivamos en nuestro
cerebro.
Al cambiar tu estado interior, cambias
tu realidad exterior. Joe explica de maravilla la cadena de
acontecimientos que se inicia con las intenciones, originadas en el
lóbulo frontal de tu cerebro, y que luego se traducen como
neuropéptidos, los mensajeros químicos que envían señales por el cuerpo
activando o desactivando los mecanismos genéticos. Algunas de estas
sustancias químicas como la oxitocina, la «hormona del
afecto» estimulada por medio del contacto físico, se vinculan a
sentimientos de amor y confianza. A base de práctica puedes aprender a
ajustar rápidamente tus puntos de referencia para las hormonas del
estrés y las hormonas curativas.
LA ACTITUD LO ES TODO
En la actualidad muchos estudios
demuestran que nuestra actitud afecta a nuestra salud, incluyendo la
esperanza de vida. Por ejemplo, la Clínica Mayo publicó en el 2002 un
estudio de un seguimiento realizado a 447 sujetos a lo largo de más de
treinta años, revelando que las personas optimistas estaban más sanas
física y mentalmente.9 Optimista significa literalmente «mejor», lo cual
sugiere que aquellas personas del estudio se fijaban en el mejor
aspecto del futuro. Es decir, tenían menos problemas con las actividades
diarias como resultado de su buena salud física o de su estado
emocional: experimentaban menos dolor, tenían más energía, gozaban más
de las actividades sociales, y se sentían más contentas, tranquilas y
serenas la mayor parte del tiempo.
No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo. —Epicteto
¿Y si creyéramos en nosotros mismos en
lugar de en algo exterior? ¿Y si creyéramos que podemos cambiar algo de
nuestro interior y adquirir el mismo estado del ser de alguien que toma
un placebo? ¿Realmente necesitamos tomar una pastilla o recibir una
inyección para cambiar nuestro estado del ser? ¿Se puede enseñar a la
gente a obtener el mismo resultado al mostrarles cómo actúa el placebo?
Extracto del libro: El placebo eres tú por Joe Dispenza.
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