"First Kiss", Amy Swagman
“La mayoría de las intervenciones obstétricas son, simbólicamente,
similares a muchos traumas prenatales;
es decir, activan los traumas prenatales”
“Los traumas prenatales maternos resurgen durante el parto
y afectan a cómo se percibe y vive la experiencia de dar a luz”
“Los traumas prenatales
influyen en la percepción de las intervenciones obstétricas
y llevan la energía del trauma al proceso del nacimiento”
William Emerson
LaVidaIntrauterina recupera este imprescindible y monumental trabajo del Dr. William Emerson, publicado en español por la revista El Mundo de la Maternidad en el 2001, de la editorial Ob Stare. Gracias a esta editorial se puede descargar el pdf del artículo original en su web en 3 partes: parte1, parte2 y parte3. El artículo en inglés del autor fue publicado en 1998 por el Journal of Prenatal and Perinatal Psychology and Health.
-El Doctor William R. Emerson dirige talleres vivenciales, es escritor, conferenciante y pionero en el campo de la psicología pre y perinatal. Fue una de las primeras personas en el mundo en desarrollar un método de tratamiento pre y perinatal para bebés y niños/as; es un renombrado experto en métodos de tratamiento para adultos, y reconocido mundialmente por su trabajo. Es autor de seis libros, cinco propios y uno como coautor (Remembering Our Home), además de haber publicado quince artículos sobre psicología pre y perinatal. También ha escrito y producido cuatro programas de vídeo. Estudió en las Universidades de Vanderbilt y San José. En la Universidad ha ostentado los cargos de Profesor Honorario, Director Clínico, Conferenciante internacional y Profesor de Psicología. Por su contribución a la Psicología, ha recibido un premio honorario del Instituto Nacional de Salud Mental. El Dr. Emerson ha practicado la psicoterapia durante veinticinco años, especializándose en terapia primal y de regresión; además, ha dado conferencias sobre este tema tanto en EE.UU. como en el resto del mundo. Actualmente está retirado de la práctica de la psicoterapia y se encuentra escribiendo un nuevo libro titulado Shock and Spirituality; también continúa con sus talleres en EE.UU., Canadá y Europa.-
EL TRAUMA DEL NACIMIENTO:
LOS EFECTOS PSICOLÓGICOS
DE LAS INTERVENCIONES OBSTÉTRICAS
William R. Emerson
Esto es el nacimiento. La tortura de un inocente.
Qué banalidad creer que tal gran cataclismo no dejará huella.
Sus marcas están en todos sitios -en la piel, en los huesos, en el estómago, en la espalda.
En todo nuestro disparate humano. En nuestras locuras, nuestras torturas, nuestras prisiones.
En leyendas, épicas, mitos. En las Escrituras.
Dr. Frederick Leboyer (Birth without violence, p.30, 1975)
Introducción
Durante
los últimos veinticinco años he estudiado el proceso del nacimiento y
el impacto que el nacimiento tiene sobre el bebé. He observado a cientos
de bebés nacer, tomado notas de los nacimientos y, luego, los he
seguido durante veinte años. También he preguntado a médicos y
psicólogos sobre el nacimiento y los efectos que este proceso tenía
sobre sus pacientes. Durante este trabajo, descubrí muchas cosas que no
habría imaginado. El mayor descubrimiento fue que las intervenciones
médicas parecen tener un efecto (físico y psicológico) perjudicial a
largo plazo, y que, por este motivo, incluso la intervención obstétrica
más común, debe ser cuestionada. Yo no soy el único que dice esto; en su
libro Obstetric Myths Versus Research Realities, la investigadora médica Henci Goer
afirma que la más común de las intervenciones obstétricas de esta era
se hace de manera rutinaria, sin existir una base científica al respecto
ni datos suficientes que indiquen su seguridad (Goer, 1995).
Thomas Verny
concluyó con su artículo (1992) sobre los efectos de las intervenciones
obstétricas que “muchas de las pruebas en las que se utiliza alta
tecnología y muchos procedimientos y rutinas obstétricas no tienen una
eficacia probada, y en realidad pertenecen más a la naturaleza del
ritual que a intervenciones médicas” (p.101). Determinó que, debido a
los efectos potencialmente perjudiciales de los procedimientos
obstétricos, las intervenciones médicas deben limitarse a partos
diagnosticados como de alto riesgo en lugar de aplicarlas a todas la
embarazadas y todos los partos. Con frecuencia, las intervenciones
obstétricas provocan complicaciones tanto psicológicas como físicas
(Emerson, 1996b; Kohen, 1983, 1991)
Validez de los recuerdos del nacimiento
La
mayoría de la información de este artículo está basada en los recuerdos
del nacimiento de pacientes (obtenidos en sesiones de terapia de
regresión) y sus sensaciones sobre cómo las intervenciones obstétricas
han afectado a sus vidas. Es importante averiguar si es posible obtener
datos precisos bajo tales circunstancias. Un aspecto que confirma la
eficacia de los recuerdos del nacimiento se refiere al hecho de que
estos recuerdos aparecen espontáneamente durante la aplicación de
distintos tipos de tratamientos, incluso en los casos en los que las
bases teóricas en las que se apoyan estos tratamientos puedan no
reconocer su validez. Por ejemplo, los recuerdos del nacimiento y sus
patologías asociadas se han investigado en psicoanálisis (Rank, 1929;
Fesher, 1980; Fodor, 1949), hipnosis (Rochas, 1911; LeCron, 1963; Cheek,
1974), hipnoterapia (Chamberlain, 1988), terapia primal (Janov, 1970;
Farrant, 1986), terapia psicoanalítica (Grof, 1979), terapia corporal
(Hendricks & Hendricks, 1987; Emerson, 1993), respiración yóguica
(Grof, 1988) y terapia holding. Además, los recuerdos del nacimiento
aparecen en sueños y pesadillas (Peerbolte, 1975), y constantemente se
manifiestan en trabajos artísticos y/o creativos (Irving, 1995)....
Otro
dato que da validez a los recuerdos del nacimiento proviene de la
investigación clínica sobre terapia de regresión, que muestra que los
pacientes regresan al nacimiento de manera espontánea, tanto si reciben
indicaciones de ello como sin no, y desarrollan ciertos síntomas como
resultado de esas regresiones. Miles de personas han “regresado”
Instintivamente y descubierto recuerdos de su temprana infancia,
nacimiento y, en algunos casos, del período prenatal. Mucha gente ha
tenido recuerdos de intervenciones obstétricas, lo que ha facilitado
establecer la relación entre sus síntomas etológicos y los
procedimientos obstétricos y, como resultado, experimentar la curación
de sus síntomas (Emerson, 1996b). Otro punto de validez es la llamada
“investigación de verificabilidad” (por ejemplo, la investigación que
intenta comparar los recuerdos del nacimiento obtenidos por terapia de
regresión con los datos objetivos de los historiales médicos, los
informes de la gente presente en el nacimiento y/o los recuerdos de los
parientes y los padres). Cuando se verifica con los informes oficiales o
los recuerdos de los que estuvieron presentes en el parto, los
recuerdos del nacimiento adquieren mayor precisión (Chamberlain, 1988).
Especialmente impresionantes son los casos en los que los adultos
recuerdan y luego confirman las intervenciones obstétricas a pesar de
que habían recibido una información contraria (Emerson, 1996b).
Valoración del trauma del nacimiento
Se han descubierto y desarrollado distintas escalas de medida del
trauma del nacimiento; cada una de ellas indica que los niveles de
trauma son muy altos. Utilizando cuatro medidas diferentes, mis colegas y
yo (1995) encontramos que el 45% de los bebés tenían un alto nivel de
trauma del nacimiento, y que, por ello, requerían tratamiento
especializado. Otro 50% de los bebés presentaba algún grado de trauma,
entre medio y moderado, lo cual suponía un ligero o nulo tratamiento.
Los padres de los bebés están capacitados para realizar los
tratamientos, tras unas mínimas indicaciones y con la supervisión del
especialista. Resulta terrible pensar que muchos niños estén
traumatizados por el nacimiento pero, sin embargo, los niveles de
sintomatología indican que así es. Los bebés presentan muchos síntomas
que tanto los padres como los médicos consideran normales pero que, en
realidad, son síntomas que se corresponden con el trauma del nacimiento.
Por ejemplo, se considera normal un tiempo de dos horas de llanto
diario de los bebés (Kitzinger, 1990), llegando a alcanzar las seis
horas. Sin embargo, es importante saber que el tiempo de llanto
considerado normal para bebés que no tienen trauma es de 20 minutos, y
la mayor parte de este llanto comunica únicamente sus necesidades y su
inquietud. Éste es sólo un ejemplo de los muchos síntomas que se
consideran “normales” y que, realmente, reflejan traumas del nacimiento
no resueltos. Otros investigadores han confirmado que el nacimiento
implica un alto riesgo de trauma. El Dr. David Chamberlain, autor de Babies Remember Birth
(1988), dice que mientras que los bebés experimentan una variedad de
experiencias negativas y positivas durante el nacimiento, “es raro el
bebé que no experimente algún trauma” (comunicación personal, 1991).
¿Por qué es tan alta la incidencia del trauma del nacimiento?
Hay múltiples razones (Emerson, 1996b), pero las más lógicas parecen ser las siguientes:
· La industrialización de la sociedad y la creciente importancia y dependencia de la tecnología.
· El aumento de los “nacimientos tecnológicos”.
·
El incremento del estrés en las culturas occidentales (está demostrado
que el estrés prenatal aumenta las incidencias del trauma del
nacimiento)
·
El incremento del síndrome de abstinencia en el feto (tanto por
alcoholismo como por drogadicción), embarazos no deseados y abuso
prenatal (más comunes en las culturas
industrializadas que en las agrarias).
· Los traumas prenatales maternos resurgen durante el parto y afectan a cómo se percibe y vive la experiencia de dar a luz.
Cuando
alguno de estos factores está presente, los nacimientos se pueden
experimentar como traumáticos incluso en ausencia de intervenciones
obstétricas, caso en el que objetivamente no
había
razones de trauma. Así, se debería resaltar que los traumas prenatales
son una fuente independiente del trauma del nacimiento, y las
intervenciones obstétricas son otra, y que el feto puede traumatizarse
por una o por ambas circunstancias.
Conceptos teóricos
Hay
un número importante de conceptos teóricos que hacen que los efectos
negativos de las intervenciones obstétricas resulten comprensibles.
Estos conceptos se han ido perfeccionando tras muchos años de haber
observado las intervenciones y sus efectos.
1. Dinámicas Inconscientes. Los
traumas obstétricos ejercen sus efectos a través de aspectos
inconscientes de la psique. Dicho de otra manera, las consecuencias de
las intervenciones obstétricas están mediadas por aspectos inconscientes
(más que conscientes) de la personalidad, por lo que lo psicólogos
llaman “la sombra”. La sombra incluye los pensamientos, actitudes,
sentimientos, reflexiones, percepciones y recuerdos a los que la gente
sólo accede cuando tienen alguna disfunción, angustia y/o desequilibrio
en sus vidas tras explorar su mundo interior. El siguiente caso
ejemplifica este punto.
Un
próspero ejecutivo que amaba su trabajo y siempre daba una imagen de
hombre activo, amigable y feliz ante sus compañeros de trabajo; por otro
lado, un hombre con una actitud muy poderosa, de la que tímidamente era
consciente. Sobre su trabajo, solía decir "Moriré si no me voy de
aquí". Tenía frecuentes cuadros depresivos durante los que se sentía
atrapado en su trabajo con la sensación de que moriría si no hacía algo
distinto. Otras veces, cuando no estaba deprimido, no recordaba que lo
había estado. Comenzó una terapia de regresión y se le pidió que
analizara algunas situaciones de su vida que pudieran ayudarlo a
entender sus episodios depresivos. Incluso así, nunca imaginó la
situación, una vez había "regresado" a su nacimiento, en la que quedó
atascado en la pelvis. No podía retroceder, no podía recordar, sentía un
tremendo dolor en la cabeza y tenía dificultades para respirar. También
solía experimentar claustrofobia y un intenso miedo de morir. Los
informes médicos confirmaron que había estado encajado en la pelvis
durante mucho tiempo, lo que le había producido una falta de oxígeno y
haber nacido mediante fórceps. Después de terminar las regresiones,
nunca se volvió a sentir atrapado en su trabajo (aparentemente habían
remitido sus sensaciones claustrofóbicas) y no volvió a tener episodios
depresivos (causados por la impotencia de su experiencia de nacimiento).
Se encontraba más vivo en su trabajo que nunca, feliz y contento de
estar allí, y no tenía la necesidad de buscar otro trabajo. Después de
un largo seguimiento, estos cambios permanecieron en él.
2. Activación Simbólica.
Los recuerdos y experiencias obstétricas tienden a activarse en otras
situaciones de la vida que, simbólicamente y de alguna manera, son
similares al nacimiento. Por ejemplo, si los traumas obstétricos ocurren
durante el progreso por el canal del nacimiento, estos traumas se
activarán en situaciones de la vida referidas al progreso o la falta de
progreso. A continuación se presenta el caso de un hombre cuyo ascenso
(su progreso) activaba, de manera simbólica, sus sentimientos y
recuerdos del nacimiento.
Durante
la mayor parte de su carrera profesional, este hombre tuvo muchos
síntomas relacionados con el trauma de su nacimiento, hasta que le
ofrecieron un ascenso (situación simbólica en la que tiene la
oportunidad de progresar). Cuando le ofrecieron el “ascenso de su vida”
lo rechazó, al parecer por su tensión alta (que le comenzó cuando le
ofrecieron el ascenso). Él no tenía claro cuál era la raíz de sus
síntomas. Comenzó con la terapia de regresión y, durante su
“renacimiento”, revivió que tenía el cordón envuelto alrededor del
cuello, por lo que cualquier movimiento suponía un miedo de muerte a
perder oxígeno. Esta experiencia fue fundamental para su sensación de
muerte inminente (por falta de oxígeno) cuando le ofrecieron el ascenso
(el progreso por el canal del parto). Su cuerpo reaccionó ante ambas
situaciones con palpitaciones y presión alta. Después de la regresión,
fue como si hubiera ocurrido un milagro. Entendió el aspecto irracional
de su tensión alta y su miedo, y fue capaz de negociar su ascenso, del
que ahora, un tiempo después, está contento de haber aceptado.
3. Catarsis y Experiencias Personales.
La investigación clínica ha demostrado que los traumas profundos se
pueden superar mediante catarsis, ya que no han estado “en” el organismo
durante mucho tiempo y el cuerpo está libre del impacto del trauma
(Goodfield, 1976). Por ejemplo, una mujer a la que su padre abandonó
cuando tenía dos años.
Constantemente
creaba situaciones de abandono en su vida de manera inconsciente,
eligiendo hombres que, por sus características la abandonaban y/ o
(inconscientemente) a los que manipulaba para que la dejaran. Lloraba la
pérdida de estos hombres en su vida y recibía el apoyo de su familia,
amigos y terapeuta; así, se convirtió en una persona más sana y empezó a
hacer mejores elecciones respecto de los hombres. Sin embargo,
continuaba somatizando. Con la ayuda de su terapeuta, «regresó» a su
infancia y niñez y a experiencias ocultas sobre la pérdida de su padre.
Esta “revivencia” la liberó de su necesidad compulsiva de repetir las
mismas situaciones de abandono una y otra vez. La terapia de regresión
es uno de los métodos más antiguos para trastornos psicológicos y un
método probado para la curación del trauma psicológico (Emerson, 1996c).
4. Recapitulación.
La recapitulación es, probablemente, el concepto más importante a
entender en el impacto de las intervenciones obstétricas. En el
diccionario Webster (1989), se define la palabra recapitulación
como “...la teoría de que, un organismo, durante su desarrollo
embrionario, pasa por etapas en las que ciertas estructuras ancestrales
se repiten”. Sin embargo, la recapitulación no es sólo un proceso
biológico del período embrionario; en su sentido psicológico, la
recapitulación es un proceso por el que, inconscientemente, la gente
recrea eventos pasados y experiencias traumáticas de sus vidas. Ocurre
en un intento de exteriorizar los traumas desde el inconsciente, por lo
que esos traumas deben tratarse con una realidad de aquí y ahora, y
mediante catarsis, liberarse de ellos. El ejemplo mencionado
anteriormente de la mujer que, de manera inconsciente, elige a hombres
que la abandonen es un ejemplo de recapitulación. No obstante, la
recapitulación no cura los traumas; sólo ofrece la oportunidad de
tratarlos y, en algunos casos, reducen su impacto en el cuerpo. Se acude
a distintos procedimientos terapéuticos (incluyendo catarsis,
reestructuración y tratamiento de estados de shock) para curar el
trauma; algunas características de esta situación terapéutica son la
empatía, la compasión y la seguridad. Hay cuatro tipos de
recapitulación:
A) Recapitulación Directa. Es la más común y ocurre cuando la gente, inconscientemente, elige o manipula situaciones de su vida con
el propósito de encontrar y experimentar sus traumas no resueltos. Por
ejemplo, una mujer que fue abandonada de bebé, de manera inconsciente
recreaba su trauma de abandono a través de un primer matrimonio con un
agente de ventas que viajaba constantemente, que siempre la dejaba sola
para irse de viaje, y luego otro matrimonio con un marino mercante que
pasaba seis meses al año fuera. Constantemente se sentía sola, y sus
recapitulaciones directas se convertían en inconscientes tentativas
dirigidas a activar la catarsis para, así, sanar su trauma de abandono.
El problema es que las recapitulaciones más directas son inconscientes;
por ejemplo, se siente un dolor en la actualidad que es el mismo dolor
que en el pasado, y la gente tiende a sentirse al mismo tiempo como una
víctima y liberada a través de las recapitulaciones. Además, la sanación
requiere una conveniente contextualización (por ejemplo, una toma de
conciencia de escenas regresivas de las que proviene la recapitulación) y
una catarsis más rápida de las que normalmente permiten la
recapitulación. Por estos motivos, la gente debe hacer terapia, para
tomar conciencia de sus recapitulaciones y experimentar sus traumas con
la seguridad e integridad de la situación terapéutica.
B) Recapitulación de Evitación: Tipo de Eliminación.
Hay
dos tipos de recapitulación de evitación. El primero es el tipo de
eliminación (tipo-e); significa que la gente manipula o elige
situaciones de su vida que eliminan la posibilidad de encontrarse con
sus traumas no resueltos. Recuerdo el caso de una gemela abandonada que
estaba en una recapitulación de evitación (del tipo de eliminación), con
una vida que la protegía de experiencias en las que se pudiera sentir
abandonada de nuevo. Era inconsciente de que su estilo de vida era un
reflejo de su primitivo abandono; la falta de conciencia es la norma. De
adulta, tenía y llevaba su propio negocio, por lo que nunca nadie la
despidió (un ejemplo de abandono) de su trabajo. Según sus propias
palabras, “si soy mi propia jefa, nadie podrá nunca deshacerse de mí”.
También se casó con un discapacitado físico, lo que para ella
significaba “nunca me dejará porque me necesita demasiado”. Puede
parecer que la recapitulación de evitación implica la resolución de un
trauma, pero no es así. El recuerdo de los traumas está aún presente en
el inconsciente y tiene efectos sintomáticos.
C) Recapitulación de Evitación: Tipo de Identificación.
El
segundo tipo de recapitulación de evitación se llama tipo de
identificación (tipo-i) e incluye dos aspectos psicológicos. Un aspecto
es la evitación, ya descrita, y el segundo es la proyección y el propio
poder. La dinámica básica de las recapitulaciones tipo-i es que la gente
proyecta sus propios sentimientos traumáticos en otros, y luego se
identifican y representan (se convierten) la fuerza que produjo su
trauma en primer lugar, lo cual los provee de un sentimiento de poder.
Esto significa, por ejemplo, que la gente abandonada proyecta su
abandono en otros, se identifican con las personas que las abandonaron y
lo representan (se convierten en personas que abandonan) con la gente
sobre la que se proyectan. Esto tiene el efecto de dar a la gente
traumatizada un poder simbólico y real sobre las fuerzas que los
traumatizaron. Obtienen el poder identificándose y convirtiéndose en
agentes traumatizantes y, por ello, se sienten poderosos, porque no
pueden ser víctimas de las fuerzas se identifican y se expresan como
tal. Por ejemplo, un hombre del que su padre abusaba físicamente de niño
elige una vida en la que sea poco probable experimentar abuso físico de
nuevo (por ejemplo, viviendo solo y construyéndose él mismo una
existencia solitaria como jefe técnico de laboratorio). A la vez, se
identificaba con su padre (el agente traumatizante) y era extremadamente
abusador con sus animales de la misma manera en que su padre había
abusado de él. De manera rutinaria y salvaje le pegaba a sus perros con
una correa y, por ello, se sentía poderoso. Me dijo, “son patéticos y
débiles, tirando las cosas (la proyección)... Me siento tan
poderoso cuando les pego... Quiero decir que me crezco; es difícil de
explicar, y estoy seguro de que a ellos también les encanta porque les
hace saber lo que deben hacer”. Su desolada vida y poder abusivo sobre
sus perros limitaban la posibilidad de sufrir abuso otra vez.
D) Recapitulación de Enfrentamiento.
La recapitulación de enfrentamiento significa dos cosas: 1. que la
gente busca y encuentra sus sentimientos traumáticos y los experimentan
fuera de ellos mismos, en otras situaciones y/o en otra gente (más que
en su interior), y 2. que la gente luego promulga actitudes y
pensamientos exigentes, correctivos y/o desafiantes hacia estas otras
situaciones o personas. En este proceso, está bastante claro que esta
recapitulación es bastante diferente de la recapitulación directa, que
intenta localizar y encontrar los sentimientos traumáticos en ellos
mismos y resolverlos dentro de los límites de sus propios cuerpos y
personalidades. Recuerdo un caso ejemplar de recapitulación de
enfrentamiento.
Un niño cuyo nacimiento había sido inducido y que, junto a su madre, había recibido Pitocín1
para provocar el parto hizo, en una sesión terapéutica, dibujos de su
nacimiento y su experiencia con el Pitocín. La imagen más común en sus
dibujos (que representaba su experiencia con el Pitocín) era un cohete
despegando desde la tierra hacia la atmósfera. En efecto, se sentía
sobreexcitado y muy activo, en una situación de mucho miedo, por el
Pitocín. Tanto de niño como de adulto, siempre rechazó las situaciones
intensas. En la escuela primaria nunca saltó a la piola porque le hacía
que el corazón latiera más rápido, y tuvo que pedir a su madre que
hablara en el colegio por él. En el instituto lideró el movimiento
anti-droga y, mientras todo el mundo se preocupaba por el alcohol y la
marihuana, a él le interesaban más las anfetaminas (droga más dura).
Como director de colegio, siempre estaba en contra de los nuevos
proyectos porque “suponían una inversión de energía y provocaban un
aumento en la actividad de los niños, que ya eran hiperactivos y
distraídos de por sí”.
1 Pitocín: marca comercial de oxitocina.
Mientras
que la recapitulación directa incluye el contacto y el sentimiento de
las energías traumáticas, la recapitulación de enfrentamiento implica el
intento de hacer algo constructivo con las fuerzas traumáticas. La
recapitulación de enfrentamiento significa que la gente busca y enfrenta
en su vida el tipo de fuerzas que provocaron el trauma durante el
nacimiento y otros períodos del desarrollo. Como ocurre con el tipo de
eliminación de los recapituladores de evitación, los recapituladores de
enfrentamiento tienden a ignorar la conexión entre sus heridas y sus
enfrentamientos. Esto limita la curación a los que están sanando sus
confrontaciones ya que la conciencia es vital para el intento de
curación aunque, al mismo tiempo, son estos enfrentamientos los que
pueden acarrear el cambio personal en uno mismo y en los otros. Cuando
los enfrentamientos son directamente hacia la sociedad, los cambios
sociales son más probables. Se debe tener en cuenta que la gente, sólo
de vez en cuando, cambia el tipo de recapitulación, incluso para el
mismo trauma. Algunos fluctúan entre varios tipos de recapitulación,
mientras que otros presentan primordialmente un único tipo de
recapitulación. Por ejemplo, una cliente presentó dos tipos de
recapitulación con respecto al trauma de los fórceps: frecuentemente
elegía hombres que, según sus palabras, “la controlaban, dominaban y
tiraban de ella” (recapitulación directa de la manera en que ella
experimentó los fórceps), aunque otras veces elegía hombres débiles y a
los que ella podía dominar (recapitulación de evitación del tipo
identificativo).
5. Interacción del Trauma.
El concepto y el proceso de la interacción del trauma es muy importante
para entender los efectos de las intervenciones obstétricas. La
interacción del trauma se refiere a tres cosas muy relacionadas entre sí
y que incluso se pueden elaborar como paráfrasis una de la otra:
·
Los traumas prenatales (traumas ocurridos antes del nacimiento)
influyen en la percepción de las intervenciones obstétricas y llevan la
energía del trauma al proceso del nacimiento. Por ejemplo, una madre
alcohólica bebe grandes cantidades de alcohol durante el embarazo; esto
afecta a cómo experimenta el bebé la inducción del nacimiento.
·
La mayoría de las intervenciones obstétricas son, simbólicamente,
similares a muchos traumas prenatales; es decir, activan los traumas
prenatales. La administración de medicamentos a un bebé o los fórceps
son intervenciones que pueden simbolizar, respectivamente, la inducción
médica o la inducción mecánica de los intentos de aborto. Cuando se
oculta a un bebé durante el nacimiento, probablemente para esperar a que
el médico o los miembros de la familia lleguen, la experiencia puede (y
con frecuencia es así) simbolizar el rechazo de un bebé no deseado o no
esperado.
·
Los traumas prenatales y del nacimiento interactúan al provocar sus
efectos (por ejemplo, dependen de los refuerzos posteriores antes de que
éstos produzcan serios efectos). Cuando a un bebé se le asusta y
sobresalta durante el nacimiento por la repentina administración de un
fármaco (por ejemplo, Pitocín) y luego se le somete durante la lactancia
a la droga (como por ejemplo la nicotina) de una madre que fuma, se
refuerza el trauma obstétrico (de inducción).
Estos
aspectos se sostienen por sí mismos y, repetidamente, han sido
validados a través de la observación clínica de los efectos del trauma.
Hay, sin embargo, una reserva importante: las intervenciones obstétricas
pueden resultar traumatizantes sin depender de otros factores que
produzcan sus mismos efectos. Diversos traumas dependen mucho menos de
factores interactuantes a la hora de producir sus efectos, y las
intervenciones obstétricas están consideradas como traumas graves. Se ha
constatado que las intervenciones obstétricas tienen un impacto
traumático en la vida, incluso cuando no hay traumas precedentes y/o
subsiguientes (reforzamiento).
El Impacto Psicológico de las Intervenciones Obstétricas
En
las siguientes consideraciones acerca del presente tema, únicamente voy
a intentar describir los efectos más directos de cada intervención,
como pueden ser aquellos efectos que se producen sin que medie ningún
tipo de intervención ni interacción. Ahora bien, tal grado de
diferenciación no es completamente posible porque, por ejemplo, las
cesáreas nunca se llevan a cabo sin anestesia, además de otro tipo de
acciones. Sin embargo, resulta que la mayor parte de las intervenciones
descritas a continuación se efectúan a veces sin la presencia de otro
tipo de procedimientos ni interacciones. Consideraremos las cuatro
intervenciones obstétricas más corrientes, así como tres de las
consecuencias resultantes más comunes. Como el impacto psicológico de
las intervenciones obstétricas se analiza muy raramente, si es que
alguna vez se hace, todas las conclusiones que sacaremos serán negativas
por naturaleza. Esto no quiere decir que las intervenciones obstétricas
sólo tengan efectos negativos; también pueden ofrecer aspectos
positivos, aunque aquí nos centraremos en los primeros.
Cuando hablamos de efectos negativos, se suele usar el término complejo; un complejo es
un conjunto de sentimientos y comportamientos coordinados entre sí y
que tienen un peso específico enorme en la persona que lo padece. En el
caso del complejo de inferioridad, la persona que lo sufre tiende a
sentirse inferior, y este sentimiento influye en su comportamiento (e.g.
mostrándose tímido, cohibido, etc.)
La
mayoría de los casos que siguen hacen referencia a cómo los efectos de
las intervenciones obstétricas se reflejan en los lugares de trabajo, en
las carreras, trabajos y profesiones. Distintos aspectos de la vida
también se ven profundamente afectados por las intervenciones
obstétricas, como las relaciones, la comunicación, la sexualidad, las
creencias religiosas y espirituales y la salud física. A la hora de
decidirme por los traumas a utilizar en el texto, elegí ejemplos comunes
a todas las intervenciones. Siguiendo esta estrategia, creí oportuno
eliminar muchas de las consecuencias especialmente características de
varios tipos de intervenciones; igualmente debo decir que el después de
las intervenciones obstétricas también puede ser contemplado en términos
psicopatológicos -por ejemplo, las categorías utilizadas por los
profesionales de la salud mental en sus diagnósticos. Volviendo al
objetivo de nuestro estudio, nos vamos a centrar especialmente en los
síntomas de los trastornos, más que en categorizar psicopatologías, de
manera que resulte comprensible tanto para el lector común como para el
especializado. Una última consideración: este tipo de estudios implica
confidencialidad, por lo que todos los casos aquí expuestos han sido
modificados con objeto de salvaguardar tal confidencialidad; cualquier
parecido con personas reales es pura coincidencia.
ANESTESIA
Según Shanley
(1994), en el 80% de los partos hospitalarios se administra algún
analgésico y/o anestesia a la madre, lo que contrasta con la poca
información publicada -casi nada- sobre los efectos psicológicos de la
anestesia tanto a corto como a largo plazo. Lo que sí se ha publicado
son estudios de investigaciones acerca de los efectos físicos, y algunos
expertos creen que el aumento de daño cerebral y/o trastornos
neurológicos en niños/as estadounidenses (a lo que hay que acompañar
retraso e incapacidad de aprendizaje) se debe al uso cada vez más
frecuente de procedimientos obstétricos, especialmente los relacionados
con medicación durante el embarazo y el parto (Haire, 1972; Windle,
1969). En los 20 años que llevo trabajando sobre el efecto de la
anestesia, me he encontrado con que la anestesia provoca traumas
relacionados con el vínculo afectivo, síndromes de shock, complejo de
control, trastornos de la personalidad, complejos de poder y abuso de
ciertas sustancias. Aquí sólo vamos a describir los tres primeros.
1. Déficit del vínculo afectivo:
la primera vez que me di cuenta de los efectos de la anestesia sobre el
vínculo afectivo fue cuando, al observar a bebés recién nacidos de la
India, me percaté de la gran diferencia en la calidad del vínculo en
algunos bebés. Me asaltó la cuirosidad e inicié una investigación sobre
los nacimientos de todos los bebés que había visto. Me encontré con que
los bebés en cuyos partos no había habido anestesia (a excepción de un
caso que veremos más abajo) habían desarrollado un vínculo superior en
comparación con los bebés en cuyos nacimientos sí había habido
anestesia, manifestando ciertas pautas que así lo confirmaban como son
el contacto visual directo, la concentración e intensificación de los
sentimientos durante el contacto visual y el contacto físico. Las madres
hindúes podían intuir fácilmente el momento en el que sus bebés iban a
orinar o a defecar, con lo que los atendían en el momento adecuado. Las
madres también sabían cuándo soñaban sus bebés, y si los sueños eran
buenos o malos; incluso en ocasiones podían llegar a conocer parte del
contenido de esos sueños. El nivel de intimidad entre ellos era muy
grande. Las madres y los bebés compar tían constantemente experiencias
tales como reírse ante un sonido gracioso, darse cuenta de un sonido
inusual que emitía un ave, percibir un olor poco común, emocionarse ante
un hecho novedoso, entender las comunicaciones del otro... Durante esta
etapa, las madres hindúes sabían distinguir entre los distintos
significados del llanto del bebé: eran capaces de discernir entre el
llanto que significaba me pica, del que quería decir estoy mojado, tengo una pesadilla, tengo hambre, tengo sed, me duele la barriga,
etc. Igualmente, descubrí que los bebés desarrollaban un vínculo si no
habían sufrido ningún trauma prenatal o durante el nacimiento. En un
intento por entender los motivos por los que los bebés en cuyo parto
había habido anestesia presentaban un vínculo menos intenso, acudí a los
archivos que contenían datos sobre personas en cuyos nacimientos se
había utilizado anestesia, y me encontré con que, a través de la
regresión, mis clientes contaban que sentían una significativa pérdida
de conciencia mientras estaban expuestos a los efectos de la anestesia
[de la madre]; se sentían drogados y «fuera de sí», situación que
influía en su deseo y/o capacidad para establecer contacto con sus
madres. En base a lo dicho, se supone que para poder establecer el bebé
un vínculo de calidad con su madre son necesarios unos niveles altos de
conciencia y alerta durante las 24-48 horas después del nacimiento. Mis
conclusiones al respecto son que la intensidad y el tipo de comunicación
(y por consiguiente, el vínculo) surgen espontáneamente cuando no ha
habido trauma en el nacimiento, cuando no se ha utilizado medicación
obstétrica y cuando [el bebé] no ha sufrido ningún shock. El vínculo
afectivo surgirá gracias al contacto inmediato entre la madre y el bebé,
con escasas o ninguna separación. Varios investigadores, entre los que
se encuentran Ainsworth (1991) y Magid
(1987), han probado los múltiples y duraderos efectos de un vínculo
deficiente. Es durante el período del desarrollo del vínculo afectivo
entre la madre y el bebé cuando se establece y fija la intensidad y el
tipo de comunicación que formarán los cimientos que utilizarán los
padres y los hijos en sus relaciones posteriores, lo cual los capacitará
para adquirir unos buenos niveles de comunicación que conformarán la
base de su experiencia a lo largo de sus vidas.
2. El shock anestésico: el concepto de shock anestésico hace
referencia a tres condiciones: la primera se da a partir de toda una
serie de cambios repentinos e inesperados que afectan tanto al cuerpo
como al equilibrio psicológico y que sobrevienen en el momento en el que
se administra la anestesia. Dicho de otra manera, la anestesia aparece
en el organismo por sorpresa, creando un estado de sobrecarga y shock en
el sistema sensorial, motor, emocional y cognitivo de los bebés que
están por nacer. Un efecto colateral de la primera condición es que los
bebés reciben una sobredosis de anestésico; esto ocurre porque tal
cantidad de anestesia es administrada en función del peso corporal de la
madre, sin tener en cuenta el del bebé. Dado que la placenta actúa como
un tamiz más que como un filtro (como se pensaba originariamente) los
bebés con bajo peso reciben directamente una sobredosis. Como dice Janov (1983, p.35), «...la
medicación [anestesia] traspasa la barrera placentaria, enviando una
dosis varios cientos de veces más fuerte de la que puede tolerar un
bebé, por lo que ni el bebé ni la madre son capaces de reaccionar con
normalidad».
Las consecuencias de un shock anestésico se magnifican debido al hecho
de que la grasa corporal actúa como acumulador de la anestesia, más aún
teniendo en cuenta que el cuerpo de un bebé contiene proporcionalmente
mayores cantidades de grasa acumulada. Esto significa, en consecuencia,
que, en proporción y como resultado de esta sobredosis, los bebés
retendrán una cantidad más elevada de anestesia en sus cuerpos durante
los días siguientes al nacimiento. A continuación detallo los cambios
físicos y psicológicos que aparecen tras la administración de
anestésicos. Los bebés sufren casi siempre los tres primeros, más uno o
dos de los siguientes. Es decir, en primer lugar, los bebés experimentan
un estado de shock que luego torna en percepciones ofensivas a su
psique que, poco a poco, va traduciéndose en pérdidas repentinas o
progresivas de conciencia:
• Shock inductor:
sensación de susto, temor y agobio por la repentina aparición de
sensaciones corporales de origen desconocido, así como sensación de
pérdida de control debido al shock psicológico.
• Percepciones ofensivas dirigidas al propio yo: del tipo «lo estaba haciendo bien, podía haberlo hecho yo mismo.»
• Pérdida
repentina o progresiva de conciencia, expresión (se van espaciando) y
energía; pérdida de energía vital; sensación de que nos quitan energía.
• Pérdida repentina o progresiva del sentido de la orientación y dirección.
• Pérdida repentina o progresiva de control y de la sensación de poder, lo que se traduce en sensación de terror.
• Pérdida
repentina o progresiva de las funciones físicas corporales y de
conciencia; miedo a morir; motivación nula; escaso estado de
consciencia.
El
segundo aspecto del shock anestésico tiene que ver con el largo espacio
de tiempo en que la anestesia permanece en el cuerpo de la madre y (en
mucha mayor medida) en el cuerpo del bebé, con las correspondientes
pérdidas de control y conciencia, lo cual viene a reforzar el shock
postnatal. El tercer aspecto está relacionado con las propias respuestas
de la madre a la anestesia. Si se diera el caso de que la madre
sufriera un shock como consecuencia directa de la administración de
anestésicos (por reacción alérgica, falta de preparación, falta de
autorización o simplemente debido a los cambios corporales que se
producen normalmente cuando se administra la anestesia), dicho shock
pasaría automáticamente al bebé. De hecho, cuando la madre entra en
estado de shock (cualquiera que sea el motivo), el estado
neurofisiológico de la madre se transmite al bebé a través de la
placenta.
A continuación se presentan algunos casos de shock por anestesia y cuatro tipos de conclusiones.
En
general, la recapitulación directa de casos de shock por anestesia se
suele realizar a través de situaciones en las que se dan cambios
inesperados y/o repentinos en nuestro entorno (terremotos, incendios,
tormentas), hechos inesperados y/o repentinos (accidente de tráfico,
enfermedad, divorcio, pérdida de empleo, muerte) y también cuando surgen
cambios emocionales (de tipo sexual, relacionados con una actividad
deportiva que se desarrolle, etc.) Si inducimos al bebé al repentino
influjo de la anestesia durante el parto, luego van a ser personas con
tendencia a quedarse en estado de shock ante cualquier acontecimiento
que surja en su vida. Por ejemplo, una persona [durante una sesión de
recapitulación directa] que quedó en estado de shock como consecuencia
de la anestesia, se sentía aterrorizada y fuera de control, no podía
liberarse de esa sensación; fue perdiendo progresivamente la energía a
causa del tipo de nacimiento y sentía que iba a morir [estas sensaciones pertenecían a su nacimiento, revividas a través de la recapitulación*] En
su vida cotidiana, esta persona experimentaba cada una de sus nuevas
relaciones de la misma manera: se sentía sobrepasado ante nuevas
relaciones; no podía mantenerse al margen de sus nuevas relaciones
(anestesia); también tenía la sensación de que las relaciones acontecían
demasiado rápido, lo que hacía que no las pudiera vivir conscientemente
(mostrando un comportamiento «fuera de lugar.») Cuando entraba en
estado de shock sentía que comenzaba a perder energía y sentía como si
se fuera a morir. Cuando resolvió su trauma respecto de la anestesia,
logró librarse de los ataques de shock y mantener una relación normal.
En otra ocasión, trabajé con una persona que manifestaba todos los tipos
de shock de la siguiente manera: por ejemplo, cuando su pareja cambiaba
de opinión súbitamente (era muy impulsiva e impredecible), él comenzaba
a experimentar los síntomas del estado de shock, y sentía las palabras
de ella como un insulto. Luego tenía la sensación de que ella intentaba
aniquilarlo y perdía la conciencia, la energía y la orientación (dejaba
de saber lo que quería hacer y porqué.) Perdía todo sentido de control o
poder y, en alguna ocasión (si a ella se le ocurrían muchos cambios de
planes o perspectivas) se desmayaba, perdía la conciencia. Esta persona
padecía traumas graves como consecuencia de la anestesia; sin embargo,
una vez hubo recibido el tratamiento adecuado, apenas surgían en él
sensaciones de sorpresa y curiosidad cuando su pareja cambiaba de idea o
quería reafirmarse ante él. Aquellas personas que utilizan la
recapitulación de evitación (dentro del tipo de eliminación) tienden, en
general, a evitar cambios repentinos e inesperados, manifestando en el
inconsciente ese miedo a perder la atención y el control y las demás
experiencias asociadas al shock anestésico. Debido a ello, a menudo
presentan con tenacidad una gran capacidad de atención, anticipando
posibles cambios o problemas antes de que éstos ocurran, y mostrando un
buen sentido de la orientación; también, por ejemplo, son capaces de
mantener intactos sus niveles energéticos, etc. De igual manera, entre
sus sentimientos prevalece una especial aversión hacia todo aquello que
pudiera cambiar su estado corporal interno (cosas como el alcohol, las
drogas, comidas de otros países, bacterias, virus, etc.), en particular
las sustancias que producen efectos similares a la anestesia
(tranquilizantes u otras sustancias que actúan reduciendo el nivel
energético). Un ejemplo que puede ilustrar este tipo de consecuencias es
el modelo de aquel científico en su laboratorio dedicado a controlar
variables, de forma que nunca sucede nada inesperado. Vivía una vida
regida por un estricto horario y comiendo únicamente alimentos que no
afectaran su sistema sensorial. La gente que experimenta la
recapitulación de evitación sigue el modelo de recapitulación de
identificación, y son personas que tienden a imponer a otros su propio
shock anestésico. Un buen ejemplo se referiría al sargento que dentro
del ejército consigue que otros se paralicen de miedo. Lo que está
haciendo es revivir su experiencia con la anestesia utilizando para ello
su propia personalidad con el fin de provocar un estado de perturbación
en otros similar al que él padeció en su momento debido al efecto de la
anestesia. Aquellas personas que pasan por un proceso de recapitulación
de enfrentamiento reviven el caso típico de confrontación con las
fuerzas que actuaron como inductoras de su trauma personal. Recuerdo el
caso de una enfermera que presentaba todos los síntomas de este tipo de
recapitulación: recibió los efectos de la anestesia durante su
nacimiento, a consecuencia de lo cual perdió la conciencia. De mayor se
convirtió en una experta en técnicas y métodos para elevar el grado de
conciencia. Enseñaba a sus alumnos a permanecer conscientes en
situaciones de máximo estrés y en momentos difíciles de la vida. También
estaba involucrada en asuntos relacionados con el nacimiento sin
medicación; enseñaba al personal médico a establecer un mejor contacto
con sus energías vitales, de manera que fueran capaces de evitar
terminar «quemados» en su profesión. Para ella, este «queme» profesional
se refería a un bloqueo, a un «no estar en contacto», al estado en el
que se pone un médico ante su paciente.
3. Complejo de invasión/control:
no deja de ser corriente entre las personas que han nacido bajo los
efectos de la anestesia el hecho de experimentar dos o tres de los
efectos negativos de la anestesia con una intensidad considerable.
También, no obstante, la gente padece todas las consecuencias con unos
niveles de intensidad considerados como traumáticos. Podemos decir, en
general, que a un mayor número de efectos le corresponde un nivel de
trauma más profundo. Cada uno de los efectos de la anestesia forma parte
de lo que se denomina complejo de invasión/control,
ya que la utilización de la anestesia nos hace sentir invadidos y
controlados (exceptuando los casos en los que se utilizan dosis menores o
analgésicos suaves, los cuales provocan unos efectos traumáticos no tan
intensos). Hay que tener en cuenta que cuando se da el caso de
nacimientos complicados, los efectos considerados más traumáticos actúan
sobre el bebé en menor grado (esto se puede aplicar a todas las
intervenciones obstétricas.) Esta atenuación del trauma se manifiesta de
esta manera porque el bebé siente que lo han ayudado, le han salvado la
vida, en lugar de percibir que lo han invadido o controlado (a pesar de
quedar como impresiones inconscientes a niveles menos intensos y
destructivos). Además, cada una de las características que se dan en el
proceso en cadena de interrupción-control se pueden recapitular por
separado. Pongamos por ejemplo el caso de una persona que sintió la
interrupción hasta un nivel traumático; luego se vio afectada por la
interferencia, la invasión y, al final, se sintió totalmente controlada
por los procedimientos normales que se dan en una cesárea. Así, a lo
largo de su vida, recapitulaba directamente el trauma de la
interferencia relacionándolo con su esposa; el trauma de la
interrupción, con su secretaria; el trauma de la invasión, fumando; y el
trauma del control, a través del abuso de ciertas sustancias. En
general, cuando una persona entra en un proceso de recapitulación
directa de sus experiencias con la anestesia, en ocasiones se relacionan
con el abuso de determinadas sustancias, especialmente aquéllas que
producen los mismos efectos de la anestesia a la que estuvo sometida
durante el nacimiento. Resultó que el tratamiento al que había estado
sometido para su problema de abuso de sustancias tóxicas fue
inconsecuente e inefectivo hasta que inició la terapia de regresión y
descubrió que el Pitocín y la anestesia constituían la base de su
problema con las drogas. También hay que decir que su rehabilitación no
hubiera sido posible sin la resolución de ciertas experiencias
traumáticas de su infancia y la ayuda de Alcohólicos Anónimos. La
sensación de «sentirme completamente controlado» se tiende a recapitular
directamente por gente que, de manera inconsciente, elige relaciones en
las que se sienten controlados, relaciones en las que experimentan (en
la sombra) ciertos aspectos del trauma de la anestesia como pueden ser
ansiedad, pérdida de poder, resentimiento, enfado y deseo de defenderse
y/o escapar. En algunos casos, la recapitulación directa del sentimiento
de control está relacionada con el consumo de drogas, aunque en otros,
no. Pongamos un ejemplo de recapitulación directa de control donde no
intervienen las drogas: una mujer que se encontraba absolutamente
apoderada por las drogas que le suministraba y/o administraba su marido,
quien se servía de ello para tenerla bajo control; al mismo tiempo, su
marido estaba inmerso en un proceso de recapitulación de evitación
(tipo-i) porque era quien instigaba el control a través de las drogas,
aunque él no las consumía. Aquellas personas que evitan situaciones que
requieren control externo son gente que inician, inconscientemente, un
proceso de recapitulación de evitación. Algunos ejemplos de
recapitulación de evitación son personas que viven en comunidades
alternativas (que deciden vivir sin referencias estructurales ni
normas), integrantes de bandas callejeras, gente per teneciente a
grupos, trabajadores autónomos, etc. Por otro lado, tenemos, entre los
recapituladores de enfrentamiento, por ejemplo, a gente que se dedica a
luchar contra las drogas. Los complejos de invasión/control son, del
mismo modo, objeto de otro tipo de recapitulación; por ejemplo, los
recapituladores de evitación (tipo-e) son personas que actúan con
firmeza a la hora de mantenerse al margen de las drogas y, en ocasiones,
también se apartan de situaciones en las que puede haber drogas legales
(aditivos alimentarios y medicamentos). Yo he trabajado con muchas
personas que eligen la pauta de comida sana porque no contiene ningún
tipo de aditivo ni producto químico, y también con gente relacionada con
la medicina alternativa; estos últimos, inconscientemente, se
encuentran en un lugar en el que evitan cualquier tipo de droga. A
menudo me formulan la siguiente pregunta: ¿el tipo-e de recapitulación
es un proceso de autocuración? Y mi respuesta es un rotundo «sí». Cuando
la gente se mete a desarrollar y/o ejercer poder sobre ciertas fuerzas
(simbólicas) que resultan ser el origen de los traumas que padecen, se
da cierto grado de curación, además de convertirse en un buen elemento
disuasor de algunos niveles de shock. Por contra, existen otros muchos
aspectos del trauma que no se pueden tratar. A este respecto debo añadir
que la mayoría de los efectos traumáticos de la anestesia pueden (y de
hecho lo son) ser recapitulados. Por ejemplo, si el control es el
principal efecto, va a haber muchas posibilidades de ser recapitulado.
Si, por ejemplo, destacan el control y la invasión, es muy posible que
ambos puedan ser recapitulados.
*Nota del traductor
INDUCCIÓN Y ACELERACIÓN DEL PARTO
Con
el término «inducción» nos referimos a la administración de medicación
(normalmente Oxitocina o Pitocín) con el propósito de dar comienzo al
parto, tanto si la bolsa amniótica se ha roto de manera espontánea o en
cualquier otro caso. Lo más normal es que se proceda a la inducción del
parto si, dos semanas después de la fecha prevista, éste no se ha
presentado de forma espontánea, aunque existen diferencias de criterio
entre los médicos con respecto al tiempo que se puede esperar una vez se
llega a la fecha probable de parto. La «aceleración» del parto se
refiere a la administración de cierta medicación una vez que ya ha
comenzado el parto, con la finalidad de acelerarlo y/o intensificar las
contracciones. Según las investigación de Shanley
(1994), medicamentos como Pitocín y Oxitocina se utilizan entorno al
20-40% de todos los nacimientos hospitalarios. Tanto la inducción como
la aceleración producen efectos tales como deficiencias de vínculo
afectivo, shock, complejos de invasión/control, complejos de
productividad, abuso de sustancias tóxicas y problemas relacionados con
la autoestima. En el presente capítulo vamos a describir los tres
primeros.
1. Déficit del vínculo afectivo:
cuando los niños o adultos experimentan una regresión hacia su
nacimiento (que ha sido un parto provocado o acelerado artificialmente),
cuentan que se sienten bloqueados, invadidos, asaltados, interrumpidos y
sobrepasados por la medicación [administrada a su madre]; afirman
sentir dolor, ansiedad y con la sensación de haber perdido el control.
Para el establecimiento del vínculo afectivo entre el bebé y los padres,
es necesario que los bebés se sientan percibidos con toda precisión por
parte de sus padres. Los padres, a su vez, necesitan comprender y darse
cuenta de lo que los bebés experimentan a través de la inducción:
dolores físicos, ansiedad, sensación de invasión, pérdida de control,
etc. La falta de «entendimiento» por parte del personal médico y/o los
padres, hace que el bebé se sienta incapaz de crear el vínculo afectivo
con su madre, ya que no comprenden que los bebés se encuentran
conscientes durante todo el trabajo de parto y nacimiento, y que
necesitan ser percibidos y tenidos en cuenta en todo momento. De hecho,
los bebés no son diferentes de los adultos en este sentido. Veamos el
siguiente ejemplo: cuando un miembro de una pareja sobrevive, resulta
obvio que quien sobrevive necesita experimentar la pérdida y el dolor
que ésta conlleva, al tiempo que necesita comprensión y apoyo por parte
de los otros, quienes también reflejan su dolor y sufrimiento; en igual
medida, se formarán lazos de unión y agradecimiento entre los que
reciben y dan el apoyo, vínculos éstos que van más allá y continúan de
por vida. La situación que se da con los recién nacidos no difiere de la
mostrada en estos ejemplos. El trauma provocado por la inducción y la
aceleración del parto impide el establecimiento del vínculo afectivo
entre el bebé y sus padres; los bebés necesitan que sus padres se
percaten de ello y que entiendan su lucha y su dolor.
Cuando
los padres o las personas encargadas del cuidado del bebé se percatan
del dolor y la lucha que los bebés libran en su interior, entonces
ocurre la curación y surge la posibilidad de establecer el vínculo de
por vida. Por contra, si esto no sucede, la consecuencia es la
inhibición: no se crean ni establecen lazos de unión cuando los demás no
nos damos cuenta del dolor vital que los bebés experimentan, sienten
que no los miran, ni los escuchan... Esta falta de reconocimiento abre
una brecha en las relaciones entre los padres y los bebés.
2. Shock por inducción y/o aceleración del parto: muchas
madres comentan que durante la inducción y/o aceleración del parto
sienten repentinos cambios extraños y sensación de miedo. Ocurre que,
mientras esto sucede, las madres no dicen nada, y estos sentimientos de
dolor y malestar van en aumento conforme se intensifican las
contracciones. Los bebés también sienten lo mismo, con la diferencia de
que éstos las padecen aún en mayor medida que sus madres. En general, el
resultado de esta serie de síntomas es la base del shock psicológico,
el cual presenta la misma etiología que el shock anestésico. Los bebés
perciben la aparición repentina de cambios corporales (producidos por el
Pitocín o medicación similar) y entran en estado de shock con la
consecuente pérdida de control total sobre su cuerpo. La intensidad del
shock se va agravando por el efecto de «sobredosis» de los medicamentos
utilizados. El shock por inducción/aceleración tiene algunas
características idénticas al shock anestésico, sobre todo las tres
primeras, a saber: shock inicial, sensación de ataque y sensación de
destrucción. El resto de los efectos difieren de los del shock por
anestesia. En general, con Pitocín se experimenta una sensación de
activación, una fuerza energizante que te impone y empuja, mientras que
con la anestesia la fuerza disminuye y se aminora el estado de alerta y
funcionamiento general del organismo.
A
continuación expongo una serie de consecuencias directamente
relacionadas con el grado de trauma y shock (se considera el shock como
el nivel más intenso del trauma). Se trata de una presentación gradual
de menos a más:
¨ Subida repentina o progresiva de adrenalina y «urgencia».
¨ Sentimientos repentinos o progresivos de resentimiento, antiautoritarismo, traición y rabia.
¨ Aumento de toma de decisiones rápidas, complicaciones o carentes de integridad personal.
¨ Mayor
riesgo de complicaciones (especialmente de distocia, falsas
complicaciones, asynclitisms) como consecuencia de los citado en el
anterior apartado.
¨ Pérdida repentina o progresiva de control y poder como
consecuencia del miedo.
¨ Pérdida repentina o progresiva de la funcionalidad física.
¨ Sentimiento de terror repentino o progresivo.
Al
igual que ocurre con otro tipo de efectos, también éstos se pueden
recapitular de diversas maneras. Por ejemplo, una clienta revivía el
shock producido por la inducción de su nacimiento cada vez que su jefe
le daba una orden (i.e. la forzaba a que hiciera algo que ella no quería
hacer). En otro caso, una persona manifestaba un proceso de
recapitulación de evitación tipo-e simplemente evitando tomar
decisiones. En casi todos los casos se añaden condicionantes propios de
la vida de las personas que, lo que hacen, es reforzar aún más los
traumas objeto de su recapitulación personal.
3. Complejo de invasión/control:
los investigadores han descubierto que los bebés, si no se les impide,
inician el proceso del nacimiento por ellos mismos a través de su
sistema endocrino. Además, existe un ritmo natural en el proceso del
nacimiento: un comienzo y una sucesión de momentos propicios que, en su
mayor parte, están organizados por la propia biología del bebé. Por
contra, los procesos de provocación y aceleración del parto entorpecen
los ritmos naturales y dificultan la acción del «responsable del acto».
Cuando los ritmos naturales del bebé son alterados por la acción de la
medicación, éste se siente en estado de shock, confuso y temeroso. Por
consiguiente, y en orden de traumatización creciente, los bebés se
sienten: frenados, interferidos, irrumpidos, invadidos y/o controlados.
Tal
y como ya se indicó previamente, la mayor parte de la gente siente
algunos de estos efectos, mientras que otros los experimentan todos. A
continuación presentamos algunos ejemplos de recapitulación sobre la
inducción o aceleración del propio proceso del nacimiento.
a) Recapitulación Directa:
cuando se da la recapitulación directa, las personas tienden a percibir
que dichas situaciones contienen las características traumáticas
descritas arriba, aunque las situaciones reales no sean tal y como ellos
las experiementan. De manera inconsciente tienden también a sentir de
antemano situaciones en las que se les frena, se les interrumpe, se les
invade y/o se les controla. Se sienten distraídos por ilusiones que los
hacen tomar decisiones desafortunadas en sus vidas. En algunos casos,
inconscientemente eligen situaciones en sus vidas con estas
características, o las manipulan para lleguen a ser de esa manera.
Recuerdo al director de un colegio, que recapitulaba la inducción de su
nacimiento. Sentía como que su vida «estuviera detenida». Decía:
Llego al colegio temprano (antes de que comience el parto)
y todo está bien. Puedo hacer lo que me parece correcto. Luego, llegan
todos (Pitocín) y me siento invadido, como si mi vida no me
perteneciera. Mi cuerpo se siente asediado, se siente estremecido y
tembloroso (los efectos del Pitocín sobre el cuerpo). Me siento como si hubiera tomado una gran cantidad de café, como si me hubiera tomado 3 litros de café (lo mismo que puede hacer sentir el Pitocín). Siento una fuerte presión sobre mí (las contracciones),
como si me metieran a la fuerza y empujaran hacia donde yo no quiero ir
([en el parto] terminó en transversa, la dirección errónea)
Durante
la sesión de regresión sintió el Pitocín en su cuerpo y dijo: «Dios
mío, así es como me siento cuando estoy en mi mesa y llega todo el
mundo» Llegó a resolver sus experiencias sobre la inducción de su
nacimiento a través de la regresión y dejó de sentirse invadido de
antemano, ni sentía que lo interrumpieran (incluso cuando lo hacían).
Además, fue capaz de establecer ciertos límites que le protegieran de
interrupciones, los cuales a su vez le permitirían trabajar durante
períodos de tiempo cada vez mayores y con mayor grado de concentración,
todo lo cual hizo que se convirtiera en esa persona que siempre quiso
ser: la cabeza visible del proceso de innovación educativa de su centro.
b) Recapitulación de Evitación (tipo-e): una
mujer vino a mi consulta porque tenía un problema de ansiedad
relacionado con el trabajo. De manera espontánea experimentó una
regresión hacia su nacimiento, y sintió los efectos del Pitocín como un
intenso ataque y ansiedad provocadora, al tiempo que se dio cuenta de
que el trabajo que había elegido (vigilancia y mantenimiento de un faro
en la costa este) era un reflejo de su deseo de no volver a sentir jamás
ese sentimiento de ataque. Decía, «¡Claro, éste es el motivo por el que
elegí ser guardia de un Parque Nacional y el trabajo en el faro. El 99%
del tiempo lo paso sola, sin ninguna interrupción. Hago exactamente lo
que quiero y sigo la corriente de la vida. Y, además, parte de mi
trabajo consiste en vigilar que los barcos extranjeros no lleguen a
aguas territoriales de mi paía, en cuyo caso debo detenerlos justo en el
límite. Éso es lo que más me gusta (riéndose)!»
c) Recapitulación de Evitación (tipo-i): me
reuní con un hombre cuya vida estaba completamente organizada entorno a
recapitulaciones de tipo identificativo. Durante el proceso del parto,
sintió la felicidad de estar dentro de su madre y empezar el largo viaje
hacia el mundo, y fue justo cuando empezó a empujar cuando recibió el
impacto de un «jarro de agua fría» (el efecto del Pitocín). A partir de ese momento y durante toda su vida, se sintió traicionado por la vida y por su madre (por haber permitido el Pitocín),
lo que le producía una profunda frustración. a través de las sesiones
de regresión, entendió que los otros le interrumpían constantemente,
igual que lo habían interrumpido de forma tan traumática durante su
nacimiento. Su trabajo consistía en inspeccionar los coches que salían
de la cadena de montaje. De manera inconsciente, mandaba a pararlos
cuando no debía, hasta el punto de que lo que realemnte hacía era
interrumpir constantemente el proceso de montaje. Por ejemplo, un
comentario de su ficha personal decía: «sabe lo que tiene que hacer,
aunque dificulta el trabajo». Otros compañeros de trabajo decían que se
sentían como si les «echara jarros de agura fría» sobre su trabajo. Al
final, a pesar de que ya se había enfrentado a sus sentimientos, su
actitud no cambió hasta que revivió el trauma de la inducción del parto y
sacó sus propias conclusiones e ideas acerca de todo lo que ello
suponía.
d) Recapitulación de Confrontación: un
hombre vino a mi consulta porque se sentía agotado con su trabajo y muy
estresado. Sabía que su trabajo y el hecho de haber tenido un
nacimiento provocado tenían relación, aunque no podía establecer
claramente dicha conexión. Esta relación se iba aclarando a medida que
asistía a la consulta. Su labor dentro de una gran compañía de servicios
consistía en asegurarse de que no se produjern cortes eléctricos por
motivos meteorológicos en más de dos millones de hogares. Ponía tanto
entusiasmo y pasión en su trabajo, que constituía todo un caso dentro de
la profesión. Con frecuencia se le oía decir: «Mis clientes son mis
niños, y nadie los va a interrumpir [refiriéndose al corte de luz]» Se
pasó toda su vida enfrentándose al problema de los cortes de
electricidad. Con la regresión descubrió la base que sustentaba sus
sentimientos, que no era más que la inducción de su nacimiento. Una vez
que hubo hecho catarsis y se liberó de su trauma, me dijo: «Es como si
alguien me hubiera vaciado y sacado fuera de mí todo el estrés y la
ansiedad. Ahora sólo hago mi trabajo y lo disfruto»
Otro
aspecto de la dinámica de control es la formación de un sistema de
creencias que alimenta la idea de control. Cuando la está expuesta tanto
a la inducción como a la aceleración, las drogas controlan el comienzo y
mantenimiento de las contracciones de parto; esta gente confecciona un
sistema de creencias sobre la falta de control por el que piensan que
los otros, y no ellos mismos, son los que tienen el control, al tiempo
que ellos se sienten impotentes para cambiar su propia vida.
PARTOS INSTRUMENTALES
Desde
la perspectiva psicológica, los fórceps y las ventosas tienen unos
efectos similares, aunque hay cier tos matices que los diferencian. Por
este motivo, y porque la mayoría de los datos sobre partos
instrumentales provienen de nacimientos en los que se han utilizado los
fórceps, el término «fórceps» (más que «ventosa») es el que se va a
utilizar en adelante, por lo que las consecuencias referidas a los
fórceps también se pueden extrapolar a las ventosas. El nacimiento con
fórceps supone un gran impacto: shock por los fórceps en sí mismos,
vínculo afectivo deficitario, complejo de control, complejo de
autoritarismo, confusión direccional, complejo de dolor y complejo de
rescate. Vamos a tratar tres de ellos.
1. Déficit del vínculo afectivo: el
déficit de vínculo de los partos por fórceps está causado por lo mismo
que las anteriores intervenciones, es decir, el desconocimiento por
parte del personal médico y/o los padres de que estas intervenciones
provocan un trauma. Cuando los traumas no resueltos no se admiten, se
produce una brecha en la relación entre los padres y los bebés, lo que
hace que éstos sientan que nadie los mira, nadie los escucha y nadie los
entiende. Además, hay que añadir que el déficit de vínculo empeora, ya
que el fórceps representa el primer contacto humano del bebé, y este
contacto resulta ser material y doloroso. Esto es así incluso cuando se
utiliza anestesia (lo que es normal en los nacimientos con fórceps).
Durante las regresiones de nacimientos con fórceps, se suelen
experimentar dolores de cabezas acompañados de sensación de
aplastamiento (esto no aparece tanto en los nacimiento con ventosa); con
mucha frecuencia, este dolor se convierte en sintomático en la vida
adulta. Aparentementemente, el nivel de dolor provocado por la
compresión de los fórceps es tan grande que la anestesia no actúa sobre
él. Cuando los adultos o los niños reviven el trauma de los fórceps,
dicen sentir dolor, invasión, violencia, frialdad, miedo, ataque,
interrupción y pérdida de control, entre otros sentimientos. Debido a
esto, la gente nacida por fórceps tiene un tacto brusco, lo que les
hacer sentirse tensos y ansiosos cuando alguien les toca, acaricia y/o
abraza. La consecuencia más importante del uso de los fórceps es el
tacto brusco, el cual refrena seriamente el proceso de vínculo afectivo,
ya que éste se desarrolla gracias al contacto suave y relajado, los
abrazos y el contacto visual entre los bebés y sus padres. Hay madres
que afirman que han mantenido ese estrecho contacto visual sin el
contacto físico, ya que sus bebés lo rechazaban. Este tacto brusco es
una forma básica de recapitulación de evitación (tipo-e), es decir, es
un rechazo por el trauma del contacto provocado por los fórceps. Por
ejemplo, un hombre que nació mediante fórceps me contaba que evitaba
absolutamente las relaciones sexuales a no ser que «sus cuernos
sobresalieran de su cabeza» (es decir, su raciocinio), y cuando lo
hacía, lo hacía manteniendo el mínimo de contacto con su pareja sexual
(una situación de la que sus parejas siempre se quejaban). Con la
recapitulación directa de los nacimientos por fórceps se puede recrear
inconscientemente el dolor de los fórceps, como pensamientos
masoquistas, sexualidad masoquista, propensión a accidentes y
susceptibilidad a abuso físico. Otro ejemplo, el caso de un hombre
incapaz de sentir placer sexual si no era golpeado de manera fría y
dolorosa, que logró encontrar la relación entre esto y su nacimiento con
fórceps. A través de la recapitulación de evitación (tipo-i), los
nacimientos con fórceps se pueden manifestar en forma de pensamientos
sádicos. La recapitulación de confrontación puede aparecer en personas
que temen el dolor, sufren abuso y se meten en alguna otra situación que
simboliza el nacimiento con fórceps. También se manifiesta, por
ejemplo, a la hora de elegir meterse en un negocio que no va bien o al
elegir una pareja; es decir, elije a una pareja que se muestra
«enamorada pero fría», con expresión de enfado, o «fría y manipuladora» a
la hora de dar apoyo.
2. Estado de shock: mientras
que el shock provocado por la inducción y aceleración del parto se debe
a la aparición repentina de drogas en el sistema, el shock motivado por
la extracción mediante fórceps o ventosa se debe a la presencia
repentina de un objeto de metal o plástico en el cráneo, a la vez que
por la dolorosa presión externa ejercida sobre él (y, consecuentemente,
también interna). Muchos adultos experimentan el shock provocado por los
instrumentos utilizados durante el nacimiento; en general, el shock por
los fórceps se revive en situaciones estresantes, etapas de transición
importantes y/o tienen que ver con la autoridad y el control. Por
ejemplo, una ejecutiva entraba en estado de shock cada vez que su jefe (la autoridad) entraba a su oficina. Se sentía atrapada en su despacho (la barriga); sentía que no se podía mover y, a veces, sentía presión en la cabeza (los fórceps), que se asociaba a dolores de cabeza. Estaba aterrorizada porque su jefe descalificaba todo lo que ella hacía (llevar su nacimiento por sí misma) y la hacía hacer todo de una manera distinta (con los fórceps).
Una vez medimos los niveles de adrenalina y cortisol (hormonas del
estrés) cuando entró el jefe a su oficina y nos dimos cuenta de que
estaba a punto de entrar en estado de shock. Cada vez que esto ocurría,
ella perdía su autoestima, dejaba de pensar y actuar con claridad y
cometía más errores (lo que la hacía más vulnerable y miedosa). Al
recapitular directamente el shock por fórceps, la gente tiende a elegir o
manipular situaciones de la vida manifestando control externo; el
siguiente caso lo ejemplifica: se tiende a evitar situaciones en las que
se tenga que manifestar autoridad, organización y/o poder y control.
Cuando se evitan estas situaciones, uno tiende a mostrarse comprensivo y
reflejar la sintomatología por otras vías. Esto es por lo que la
evitación (y la confrontación) no permiten resolver hasta el fondo los
traumas debido a los fórceps; esta no resolución del trauma se
manifiesta con distintos síntomas: dolores de cabeza, úlceras y miedo a
las alturas son algunas de las formas en las que se manifiesta el shock.
3. Complejo de Invasión-Control: como
ocurre con otras intervenciones, es importante tener claro cuándo se
utilizan realmente como una necesidad y cuándo no. Cuando los fórceps no
son necesarios pero se utilizan, las regresiones están marcadas por una
intensa sensación de interrupción, interferencia, invasión y/o control;
tanto la invasión como el control son recapitulados. Sin embargo,
cuando se presenta una complicación y los fórceps están indicados, la
interrupción, interferencia, invasión y/o control se sustituyen durante
la sesión de regresión por sentimientos tales como ayuda y/o auxilio. En
ambos casos, tanto la complicación del nacimiento como la sensación de
auxilio se recapitulan (hay que tener en cuenta que la aplicación
necesaria de los fórceps también provoca estado de shock, sensación de
invasión, pérdida de control, etc.) La recapitulación directa del
complejo de invasión-control se pone de manifiesto en escenas diarias en
las que la gente recrea los traumas provocados por los fórceps. Por
ejemplo, tenemos el caso de una mujer que siempre llegaba a su casa con
dolor de cabeza y con la sensación de que sus jefes «la machacaban» cada
vez que cometía algún error; sentía que ellos interferían en su manera
de hacer las cosas. Cuando yo hablé con sus jefes, ellos decían justo lo
contrario: que ella pretendía que la trataran con guantes de seda, que
reaccionaba siempre mal y que constantemente cometía errores (la manipulación inconsciente de nacer por fórceps).
Al revivir su nacimiento, descubrió que se había equivocado en su
aproximación a la pelvis, lo que le provocó un gran dolor de cabeza e
hizo que se tuvieran que utilizar los fórceps. En cuanto resolvió el
trauma del fórceps, dejó de cometer errores, no se volvió a sentir
«machacada» o interferida y se volvió mucho más agradable al trato.
a) La recapitulación de evitación (tipo-e) del complejo de invasión/control se
hace evidente en gente que mantiene relaciones permisivas y en gente
que vive en ambientes en los que está todo permitido, exentos de normas,
tales como las comunidades alternativas. Estos datos los he podido
confirmar gracias a las entrevistas que he mantenido con gente
perteneciente a estos ambientes. Recuerdo el caso de un residente en una
comunidad alternativa que tenía una malformación en su oído por lo que
él llamaba una «lesión de nacimiento». No era consciente de ningún otro
aspecto de su nacimiento que hubiera podido influir en la deformación de
su oído. Al revisar los informes médicos de su nacimiento, encontramos
que había nacido por fórceps, y que se los habían puesto tres veces: le
habían puesto los fórceps de tres maneras distintas intentando que
bajara por el canal del parto. Resulta interesante fijarse en que esta
persona ve el mundo como un lugar frío y duro (los fórceps son fríos y duros), y como un lugar que te puede atrapar y tirar por los suelos (como lo sacaron a él). No soporta la música «heavymetal» (los fórceps están hechos de metal duro), y no confía en el mundo porque siempre está cambiando (los intentos de fórceps), y esto me producen un caos (el
panorama de tres intentos de poner los fórceps provoca una situación de
caos, tanto para el bebé como para el personal que asiste el parto). Cuando resolvió el trauma de los fórceps, su visión del mundo y su actitud hacia la vida cambió espontánea y radicalmente.
b) La recapitulación de evitación (tipo eliminación)
la ejemplificamos con el caso de un hombre que se construyó una
fortaleza, como él la llamaba, para vivir. Su casa de la ciudad tenía
detectores por todos sitios, puertas blindadas, equipos profesionales de
seguridad, sótanos, perros guardianes y armas. Estaba obsesionado por
su propia seguridad, aunque nunca había entendido el porqué de dicha
obsesión. En la sesión de regresión, de repente revivió su nacimiento y
experimentó el uso de los fórceps, con las consiguientes sensaciones de
intrusión, ataque y manipulación, según sus propias palabras. Sintió que
los fórceps tiraban de él de forma equivocada, haciéndole daño en el
cuello, aplastando su cabeza y provocando problemas respiratorios
después del nacimiento (los informes médicos han confirmado el daño y
los problemas respiratorios que sufrió). Finalmente entendió su obsesión
y se liberó de la necesidad compulsiva de la recapitulación de
evitación.
c) En cuanto a la recapitulación de confrontación del complejo de invasión-control de
los fórceps (control dinámico), estas personas se caracterizan por ser
excesivamente autoritarios, testarudos, malhumorados, rebeldes o
estrictos. La recapitulación de confrontación está representada por
gente que desafía y cuestiona las normas culturales y su vida diaria.
Recuerdo el caso de un amigo que nació con fórceps: durante la regresión
se sintió controlado por los fórceps y por el sistema médico, y en su
vida diaria se enfrentaba a todo. La universidad a la que acudía intentó
establecer una regulación sobre el volumen de la música y el ruido en
la Residencia Escolar, ante lo que él se opuso duramente. Reunía a los
alumnos en torno al lema «la Universidad intenta controlar nuestras
vidas, organizando nuestro tiempo libre y privándonos de nuestra
libertad». Con este comportamiento, claramente estaba expresando el
control que sintió con los fórceps durante su nacimiento. Sus
enfrentamientos fueron un éxito, y el volumen de música y ruido pasó a
estar controlado por los estudiantes; en este caso, la recapitulación de
confrontación ha influido en un cambio positivos en las instituciones y
la sociedad.
CESÁREA
Los
partos por cesárea resultan ser la intervención quirúrgica más
realizada en EE.UU., donde el índice ha variado de un 2- 3% en los años
70 a un 25% en los 90, llegando algunos hospitales al 50%. Profesionales
de la materia (Kohen, 1983, 1991) indican que la tasa de cesáreas ha
aumentado, no porque se hayan incrementado las complicaciones durante el
parto, sino debido a la monitorización electrónica -que registra falso estrés fetal, pudiendo provocar una cesárea innecesaria- y
al marcado aumento de las denuncias contra los obstetras. Los expertos
legales sostienen que las cesáreas protegen a los médicos, ya que pueden
decir que «han hecho todo lo posible por salvar al bebé». Teniendo en
cuenta este aumento del índice de cesáreas, sería prudente evaluar los
efectos potenciales de la cesárea sobre la generación actual y futura de
niños.
A
esto hay que añadir que las consecuencias de la cesárea no se pueden
predecir sin valorar intervenciones colaterales, como la monitorización
fetal y la epidural, así como los traumas que pueen provocar. De igual
manera, también hay que tener en cuenta que las cesáreas se pueden
clasificar en dos tipos: la programada y la no programada. La cesárea no
programada suele implicar un mayor sufrimiento fetal y trauma debido a
que se realiza (supuesta o realmente) por alguna complicación durante el
parto o por estrés fetal, lo que obliga a cambiar los planes del parto.
La
investigación clínica muestra que los nacimientos por cesárea provocan
un fuerte impacto, lo que se puede traducir en una sintomatología de los
bebés del tipo de desvelos nocturnos, llanto continuado y un tipo de
llanto característico del trauma del nacimiento, problemas de
alimentación, dificultades digestivas, cólicos, contacto defensivo y
dificultades para establecer vínculos. Entre los efectos sintomáticos a
largo plazo se encuentran: déficit de vínculo afectivo, estado crónico
de shock y complejos de invasión-control (ver más abajo), además de
otros complejos como el de rescate, inferioridad y culpabilidad, a lo
que cabría añadir falta de autoestima, falta de voluntad y otros
trastornos relacionados con la cognición y la emoción (Emerson, 1996b).
1. Déficit de vínculo:
el déficit de vínculo de los bebés nacidos mediante cesárea tienen dos
orígenes que ya han sido descritos: uno es la falta de conciencia sobre
la existencia del trauma, y el otro, el contacto defensivo.
Durante
la cesárea, el contacto establecido con el bebé es frío, racional.
rápido y/o deloroso, sociado a la ansiedad provocada por la
intervención, aprensión sobre los resultados y frialdad -el toque del personal médico es mucho más impersonal y frío que el de los padres-, así como el dolor físico -el
hecho de sacar al bebé de la pelvis y subirlo a través del útero
resulta doloroso, tal y como cuentan los adultos que han experimentado
estas sensaciones en sesiones de regresión. El tiempo y la urgencia son
de suprema importancia, así que rara vez se trata al bebé con respeto y
cuidado. Los bebés nacidos por cesárea, además, están expuestos a una
revisión neonatal más exhaustiva, ya que tanto las madres como ellos son
considerados «pacientes quirúrgicos», lo cual supone un trato doloroso
(pinchazos y pruebas). La consecuencia de todo ello es el «contacto
defensivo», que se convierte en la llamada «sombra» (aspectos
inconscientes) de la gente nacida por cesárea. Los bebés cargan con esta
sombra, lo que les dificulta el desarrollo de vínculos afectivos, y
resulta un lastre durante su infancia y vida adulta. Tanto los niños
como los adultos pueden tomar conciencia de las actitudes que para ellos
son afectivas pero que, en realidad, resultan defensivas. Los niños
pueden defenderse sutilmente del contacto directo y de los abrazos. Es
el caso del padre que describe la reacción de su niñita al contacto: «la
coja donde la coja, todo su cuerpo se mueve, agita los brazos, y los
brazos y las piernas se ponen rígidos. Cada vez que la abrazo sigue
poniéndose rígida, al menos durante un rato. Esto no ha cambiado mucho»
2. El shock de la cesárea: como
ya se ha comentado, el estado de shock provocado por la cesárea está
muy relacionado con la sensación de un ataque o cambio repentino,
inesperado y temeroso, todo ello conectado a la sensación de pérdida de
control. Investigaciones recientes (Castellino, 1996) demuestran que el
tiempo medio que se tarda en hacer la cesárea, desde el momento de la
incisión hasta que el bebé está completamente fuera, es de menos de un
minuto. Supone una transición demasiado rápida para el bebé, ya que
ellos no perciben antes nada ni están preparados para el nacimiento.
Sin
embargo, la velocidad no es la única causa que motiva el shock. Durante
la intervención quirúrgica, el espacio personal del bebé, la barriga,
está invadido completamente por el personal sanitario, hasta el punto
que hasta sus manos pueden tropezar unas con otras por la rapidez y
fuerza, ya que para evitar que el bebé se resbale de sus manos, lo deben
agarrar con firmeza y subirlo con premura. Esto es lo que los bebés
reciben en lugar de unas manos amorosas que les den la bienvenida, que
es lo que realmente necesitan. Se les desencaja rápidamente de la
pelvis, a veces incluso usando la fuerza, se les rota y se les sube del
útero. El resultado es el shock psicológico. El estado de shock se
manifiesta a través de respuestas de sobresalto y miedo. Los padres de
bebés nacidos por cesárea cuentan que los bebés se asustan cada vez que
se mueven o se les mueve, así como cuando hay ruido o algún cambio en el
ambiente. También se evidencia el estado de shock en el contacto
defensivo: dicen los padres que cuando tocan a sus bebés la primera
reacción de ellos es ponerse rígidos. De igual manera, presentan un test
de Apgar bajo; normalmente tardan entre 3 y 10 minutos en reaccionar
normalmente. Como ya se ha comentado, el shock también favorece un
déficit en el desarrollo del vínculo afectivo, al tiempo que dificulta
que los bebés se adapten a los cambios normales de la vida. Cuando se
recapitula el shock, éste se muestra neurofisiológicamente a través de
un alto nivel de la hormona del estrés, sobre todo de la
adrenocorticotrópica, adrenalina y otras corticoideas. Por ejemplo, en
el caso de la recapitulación directa, una ejecutiva estaba recapitulando
su nacimiento por cesárea a través de l manipulación inconsciente de su
jefe. Constantemente olvidaba algún detalle importante en los informes
de última hora, debido a lo cual el jefe entraba de repente en la
oficina y la llevaba a la sala donde debía corregir su error. Cada vez
que él se metía en su oficina, tal y como lo demostraron los informes
médicos, ella entra en estado de shock y sentía muchas sensaciones de su
nacimiento, como mareos, zumbidos en los oídos, miedo y tristeza.
El
shock se puede manifestar así, como parte del trauma que lo ha
originado, o activarse en circunstancias que simbolizan las situaciones
traumatizantes: en el caso de la mujer de la que estamos hablando, ella
sentía terror cuando subía en el ascensor, sobre todo cuando la gente
llegaba con prisa (simbólicamente, el ascensor representa el útero, y los pasajeros representan a los médicos que la cojen y tiran de ella).
El shock por la cesárea afecta con mucha frecuencia a los humanos. Otro
ejemplo es el de una mujer que entraba en estado de shock cada vez que
su marido intentaba acercarse a ella de forma apasionada; esta actitud
del marido detonaba en ella lo que había ocurrido durante su nacimiento
por cesárea: es decir, entraba en estado de shock cuando se sentía
entusiasmada, subida de ánimo, lo que muestra el paralelismo con la
«subida» a través del útero durante la cesárea. Todos estos ejemplos
reflejan la recapitulación directa.
3. Complejo de invasión/control:
durante el proceso del nacimiento por cesárea, los bebés suelen
experimentar todas las características del complejo de invasión/control
descrios con anterioridad. Aparecen en respuesta a la repentina
aparición de manos, fórceps, aire frío y manipulación física. A los
bebés que nacen por cesárea se les saca de la pelvis, se les rota, se
les sube, se les succiona, se les examina y se les revisa, todo en un
corto período de tiempo. No es raro que la gente que ha nacido por
cesárea experimente tres o más de las características relacionadas con
el complejo de invasión/control.
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