El pranayama
Prana
es la fuerza vital, el impulso de vida, el hálito o aliento. Es la
energía que todo lo anima y que en el ser humano rige todas las
funciones físicas, psicosomáticas y mentales. Pranayama quiere decir
control, regulación del prana(respiración).
Mente
y prana están interconectados y el control sobre el prana hace posible
el dominio de la mente; regulando la respiración, que es también prana,
se conquista la actividad mental. Todos los procesos psicofísicos
funcionan por esta fuerza vital.
El
equilibrio de la energía favorece la óptima salud y la longevidad,
potencia el sistema inmunitario y previene contra enfermedades, armoniza
psíquicamente y ordena las emociones.
Todas las técnicas del yoga psicofísico también tienden a armonizar el prana, porque este es la fuente de vida.
Cuando
la energía no fluye libremente, pueden surgir desórdenes somáticos o
mentales. El prana está en la sangre, en las células, en el aliento, en
los órganos sensoriales y en todas las funciones mentales.
Es necesario conseguir que la fuerza vital fluya libremente por los nervios y canales de energía, superando los bloqueos.
Los
hábitos negativos, las emociones insanas y los pensamientos nocivos
perturban la armonía del prana y provocan desórdenes de mayor o menor
gravedad.
El control sobre la respiración es uno de los modos más eficientes para intensificar, canalizar y armonizar el prana, y regular los principios vitales del organismo. Se consigue así una favorable acción orgánica y mental.
Los yoguis, desde hace ya milenios, descubrieron aspectos muy interesantes relacionados con la respiración:
· Se puede aprender a controlarla exhaustivamente y mejorar así la salud.
· Cuando
se respira con conciencia y regulando bien la respiración se
intensifica la vitalidad, se aumentan las defensas del organismo, se
potencian las facultades internas.
· Mediante el dominio sobre la respiración se combate la dispersión mental y se pacifican las emociones.
· Existe
una estrechísima interconexión entre la respiración y los estados
anímicos y que a cada estado anímico corresponde un modo de respirar, de
la misma forma que imponiéndose un control respiratorio específico se
generan sus correspondientes estados anímicos.
· Pausando y restringiendo la respiración se armoniza el sistema nervioso autónomo.
· A
través de los controles respiratorios se eliminan impurezas de todo
tipo, se favorecen los pulmones y el corazón, se previenen trastornos
diversos, se combaten desórdenes psicosomáticos y emocionales, se regula
la tensión arterial y se alerta la conciencia.
El control respiratorio produce estados mentales de paz y vaciamiento.
Existen
numerosas técnicas de control respiratorio, cada técnica respiratoria
tiene sus requisitos y observancias, pero la mayoría, aunque no todas,
utilizan tres fases en la respiración: la inhalación, la retención del aire y la exhalación.
Muchos
de las técnicas, especifican que la exhalación debe ser muy lenta y
durar por lo menos el doble de tiempo que la inhalación.
La
retención del aliento y la exhalación lenta no solamente regulan y
favorecen determinadas funciones orgánicas (y por supuesto la cardíaca y
cerebral), sino que permiten un firme control sobre la actividad
mental.
http://www.centroelim.org/
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