La simpatía es la capacidad de percibir
directamente las emociones de otra persona. La Empatía va un paso más
allá de eso. Al ser “empático” significa que no sólo reconoces las
emociones de los demás, sino que se sienten como si fueran las tuyas
propias. Con demasiada frecuencia, las personas que son muy empáticas
absorben gran parte del dolor y el sufrimiento de su entorno. Esto les
funciona mal emocionalmente y bloquea su capacidad para funcionar en un
nivel alto.
Si alguna vez has estado en una
habitación con una persona negativa, sabes cuan tangible sus emociones
pueden sentirse. Tú sientes como su pesadez se está filtrando en ti y te
resulta más difícil mantener la cabeza erguida. Aprender a defenderse
de este tipo de energía tóxica es una herramienta esencial para la vida, debido a que tu estado emocional se ve afectado mental, física y espiritualmente.
Aquí hay cinco maneras de detener la absorción de la negatividad de las personas:
1. Dejar de complacer a las personas.
Si alguien está quejándose de ti, chismeando o está hablando mal de ti, no lo tomes como algo personal o te empeñes en tratar de hacerlos como tú. Esto sólo te lleva más profundamente en su campo de negatividad y te hace dependiente energéticamente y emocionalmente de su opinión.
Se compasivo contigo mismo y date cuenta
de que no a todo el mundo le vas a gustar, y eso está bien! Todo el
mundo tiene diferentes personalidades, gustos y disgustos y estos
crearán una experiencia de vida diferente para cada persona. Muéstrate a
ti mismo amor primero y esto actuará como un campo de fuerza alrededor
de ti, que mantendrá las opiniones de otras personas sin debilitarte.
2. Saber cuándo decir “no”.
Si tienes un invitado en tu casa, ¿le permitirías entrar desde el porche y dejar una pista de barro en toda tu alfombra?, o ¿le pedirías limpiar sus zapatos antes de entrar en tu espacio personal? ¿Qué pasa si lo invitas a cenar una vez y se invita a sí mismo por el resto del mes? ¿Y que si insiste en dormir en tu sofá para ahorrarse el viaje mañana? ¿Todo ello sin tu invitación?
Ser generoso puede ser una cosa genial,
pero hay una línea muy fina para estar al tanto de asegurarte de que tú y
tu generosidad no son aprovechadas. No aceptes gorrones pesimistas, o
vampiros emocionales del pasado con los que te sientes cómodo. Establece
límites y hazlos cumplir!
Esta es tu vida. Tu cuerpo, el espacio y
el tiempo personal son tus templos sagrados, así que piensa
cuidadosamente sobre a qué tipo de personas les permites el acceso a
ellos. No hay nada de malo en decir “no” con la frecuencia que sientes
que necesitas. Establece normas claras sobre lo que esperas de los demás
antes de darles un lugar en tu vida.
3. Deja de alimentar a la bestia.
Antes que nada, desecha el término
“vampiro emocional”. Estas son las personalidades parasitarias que,
literalmente, se alimentan de tu atención y afecto y chupan
completamente todos tus esfuerzos. Emocionalmente invertir en estas
personas puedehacerte sentir que vale la pena en un primer momento, pero
en última instancia, te encontrarás sin energía y sus muchos problemas
aún sin resolver. Su sed de tu amor nunca puede ser satisfecha si están
decididos a permanecer sintiéndose como una víctima.
Puedes ofrecer tu apoyo a aquellos que
lo necesiten, dar un oído atento a un amigo que lucha o a un
desconocido, pero ten en cuenta cuando tus esfuerzos comienzan a ser
redundantes, o cuando sus llamadas de ayuda comienzan a sentirse más
como llamadas para obtener atención. Cuanto más atención das a sus
problemas, menos resolución existirá.
No es tu responsabilidad solucionar los
problemas de otras personas, especialmente cuando las personas realmente
no quieren que sus problemas se resuelvan. Ellos quieren ser dignos de
lástima. Es saludable saber cuándo retirarte! Cuando sientas que tus
recursos se agotan, ofrece tus simpatías y sal de la situación. No hay
nada malo en negarse a participar en el drama de otra persona.
4. Retorno a la naturaleza.
A veces, lo que realmente necesitas es
un respiro de todos los demás. Sus energías caóticas pueden ser
difíciles de sintonizar, así que tomate un fin de semana, una tarde, o
incluso una hora para ti y para ir a un lugar tranquilo. Deja que las
muchas voces de la naturaleza reemplacen la charla de la mente del mundo
moderno. Nota la simplicidad del mundo natural, la falta de motivación,
la coexistencia de todas las cosas de origen vegetal, animal y de la
tierra.
Respira profundamente y medita. Céntrate
en llenar tu cuerpo con oxígeno fresco y eleva el ánimo, y cuando
regreses a tu rutina diaria, te sentirás fresco y menos apto para
absorber la negatividad de los demás.
5. Recuerda quién es responsable de TI.
Tú eres el único que tiene algo que
decir sobre cómo te sientes. Tú eres 100% responsable de lo que permites
influir en tus pensamientos y emociones, y si cualquier aspecto de tu
felicidad está fuera de equilibrio, tienes la capacidad para corregirlo.
Tu propia percepción de ti mismo es más poderosa que la de cualquier
otra persona, a menos que elijasdesechar ese poder para tener su
aprobación.
Una vez que eliges ser responsable de
tus sentimientos, te liberas de la influencia de los demás. Cuando
tienes la certeza de lo que eres y de cómo te quieres sentir, es mucho
más difícil que otros puedan hacerte perder el equilibrio.
Toma decisiones deliberadas y toma el
control de la positividad en tu vida. Elije situaciones que potencien
tus energías y mantén el tipo de compañía que sólo aporte a lo que eres.
Ámate a ti mismo lo suficiente como para decir “no” donde quiera que
esté justificado, y aléjate de ambientes que no te sirven.
Recuerda, eres responsable de tu experiencia de vida. Que sea para ti y que sea fenomenal.
-Zoe Freeman-
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