Después de tantas investigaciones,
después de tantos expertos en educación explicación que el expediente
académico es una medida obsoleta que no debería etiquetar a los
estudiantes, después de que el jefe de Relaciones Publicas de Google, el
señor Laszlo Bock, gritará a los cuatro vientos que
haber sacado un montón de niños sobresalientes y matriculas de honor en
la Universidad no te habilita a desempeñar un trabajo, todavía los
centros educativos, siguen erre que erre. Erre que erre con su misma
metodología, con sus mismos recursos, con sus mismos programas y con
ninguna intención de cambiar algo y salir de lo que es tradicionalmente
correcto. Hoy, desde Educación Primaria, los alumnos tienen que
someterse a los temidos exámenes, pruebas anticuadas que intentan
valorar si se ha adquirido bien los conocimientos de una asignatura.
¡Como si los exámenes fueran la única herramienta para saberlo!.
Lo que es cierto, es que el sistema
educativo, lo único que valora y tiene en cuenta para pasar al siguiente
curso, son los números. “Has sacado un nueve en todas las materias,
pero has tenido malos comportamientos en el aula, no has mostrado ningún
tipo de compañerismo ni solidaridad con los demás, no has sabido
gestionar tus emociones, pero oye, muy bien, promocionas y nos vemos el
año que viene”. Ahí queda eso. Desde pequeños, muchos centros
educativos, incita a los niños a estudiar y a aprobar los exámenes. Les
mienten diciendo que con eso sera suficiente. Y sí, estoy de acuerdo,
puede que sea suficiente para no repetir curso, para ir superando cada
etapa educativa. Pero, ¿y después qué? Muchos estudiantes, salen de las
universidades con un expediente académico de sobresaliente y no tienen
ni idea de que hacer. Y no solo eso, sino que no tienen las habilidades
necesarias, para entrenar en el mercado laboral....
Hablemos de la Educación. Un alumno ha
decidido estudiar Magisterio y ha sacado muy buenas notas en la carrera y
los docentes están encantados con el. En el momento de hacer las
prácticas en un centro educativo, los tutores encargados de su formación
dicen que no esta haciendo bien las cosas, que para trabajar con niños
hay que adoptar una actitud positiva y creativa, que hay que ilusionarse
con la enseñanza y dar lo mejor de cada uno. Pero no hay que olvidar
que ese alumno, ha obtenido las mejores calificaciones en las
asignaturas. Sin embargo, otro estudiante, que ha ido renqueando con las
notas, llega al centro de trabajo y se muestra encantado, capaz de
trabajar en equipo, teniendo en cuenta las emociones de
los compañeros, de los niños y de los padres y dispuesto a seguir
aprendiendo y disfrutando con la experiencia. ¿De que sirve ser un
estudiante modelo en cuanto a expediente académico se refiere si no es
capaz de ser una persona tolerante, respetuosa, y comprometida con sus
valores?
¿De que sirve que un estudiante de
Educación Primaria apruebe todos los exámenes si no es capaz de
gestionar sus impulsos, tolerar el fracaso, respetar las opiniones de
todos los compañeros y trabajar en equipo?. Esta claro que se puede ser
una eminencia en cirugía, haber obtenido un montón de diplomas y
reconocimientos en la materia. Pero, ¿que pasa si se pierde a alguien en
la mesa de operaciones y el cirujano no sabe como hablar con las
familias?. O si que lo sabe, pero no muestra ni el menos tacto, empatía y sensibilidad
que requiere la situación?. En el caso del niño, si no se le explique
ciertas cosas, y no se le ayuda a comprender otras, puede que tenga
graves problemas para enfrentarse al mundo dentro de unos años. En el
caso del cirujano, sin lugar a dudas, se ha formado para ser un gran
médico. Pero creo yo, que los médicos también necesitan aplicar la Inteligencia Emocional en muchísimos momentos.
Un expediente académico brillante, no
debería ser la llave del éxito. Aunque en bastantes centros educativos
sea lo más importante y en muchas empresas sea en lo primero que se
fijan. Un buen expediente académico no debería ser el único motivo y
objetivo de las instituciones educativas. Los alumnos, tienen que salir
de las escuelas con algo más aprendido que las asignaturas. Tienen que
aprender a desarrollarse como personas, a aplicar valores, a tener en
cuenta a los demás. Tener en él, reportaría una cantidad increíble de
sobresalientes no significa que sea mejor que otras tantas personas que
no los tienen, o significa que se vaya a estar más calificado para
desempeñar un trabajo. El expediente académico, es una medida arcaica
que los centro educativos no deberían poner en los primeros puestos de
objetivos a cumplir. Un estudiante de 9, no es mas capaz que uno de 5,
esa calificación simplemente demuestra que el alumno de 9 ha estudiado
mas esa asignatura o que ha tenido más suerte que el otro porque han
caído las preguntas que se sabia.
El sistema Educativo no debería fomentar
eso. La Educación, debería ir mucho mas allá. Mucho más allá de
calificaciones exámenes, trabajos, libros de texto, apuntes, resúmenes…
La Educación, debería favorecer los momentos de tolerancia y respeto
entre los compañeros. Debería dar oportunidades para que los estudiantes
se comprometieran con algo, trabajarán en equipo de forma cooperativa,
desarrollarán habilidades sociales. Y, por supuesto, debería guiar a los
alumnos a la gestión de emociones y de sentimientos, enseñar que hay
otros caminos a parte del expediente académico para conseguir un
trabajo. Los centro educativos, deberían proporcionar situaciones y
momentos en los que los estudiantes se formasen como personas humanas sensibles y con empatía.
Una calificación numérica, no dice absolutamente nada de alguien, salvo
que ha superado los objetivos de un Sistema Educativo que no tiene
sentido. Un sistema Educativo, que hoy por hoy, no tiene pinta de
cambiar ni de actualizarse.
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