Imma y Faisal tenían orden de ejecución hipotecaria para diciembre de 2015. Conociendo Anticipa que no tiene la legitimidad activa, tres meses antes inicia contactos telefónicos presionando a la familia para que abandone el piso. Les dicen que les perdonaran la deuda y que en el caso de no aceptar, perderán el piso, mantendrán la deuda y los avaladores – padres de Faisal - también perderán la vivienda. No les dicen que no es una dación en pago sino un contracto de compraventa. Atemorizados, ceden ante la presión y firman engañados un contrato de compraventa en el que el notario dice, faltando a la verdad, que el piso objeto de venta es segunda residencia.
Anticipa, sabedora que la vivienda está titulizada, ha usado todo tipo de artimañas para evitar que Imma y Faisal pudieran demostrar que la entidad financiera ya no es la acreedora y que por tanto no pueden instar el desahucio.
Imma, Faisal y Rafa García, de la PAH Vall del Tenes, nos narran los hechos.
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