Valiente (adjetivo): “Que actúa con valor y determinación ante situaciones arriesgadas o difíciles”.
Después de una jornada electoral atípica e histórica, que nos deja un panorama político absolutamente extraordinario (que sale fuera del orden, que está fuera de lo común y que es mejor que lo ordinario), España comienza a ver atisbos de valentía en su gente. Una valentía que ha impulsado, por fin, a una gran mayoría hacia un cambio político y que seguro será el comienzo de un cambio mucho más profundo y (esperemos) positivo. Muchos dirán que ha sido una votación de castigo a los dos partidos (hasta ahora) mayoritarios, pero sea como fuere, lo cierto es que la sociedad, lo necesitaba.
Han pasado muchos años ya. Muchas legislaturas viviendo el día de la marmota. Y así no se puede cambiar. Así era imposible. Muchos votaban a los mismos una y otra vez, simplemente por miedo al cambio. Si quieres resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo. Y por fin, así ha sido y en España, comienza a resurgir la valentía. Una valentía que nos ha acompañado a lo largo de nuestra historia en los momentos más delicados. Porque España ha sido, es y será un país de valientes. ...
Aunque a veces necesitamos un pequeño aliciente, un bofetón en la cara, para reaccionar y sacar lo mejor de nosotros. Nos cuesta. Nos cuesta mucho.
No hay que tenerle miedo al cambio, hay que saber adaptarse a los nuevos tiempos. Hay que darle oportunidades a los nuevos, a los jóvenes, a los que vienen pisando fuerte y que proponen cosas interesantes, a los que vienen con energías renovadas, a los que tienen hambre de triunfos. A los que tienen algo que enseñar. Y no hablo sólo de política, puedes extrapolarlo a otros campos (como el trabajo, por ejemplo).
Nadie dijo que la vida fuera coser y cantar. La vida es dura. Muy dura. Hay que estar constantemente tomando decisiones. Decisiones que muchas veces determinarán el rumbo de tu vida. Muchas de esas decisiones te llevarán a soportar duros mazazos. Habrá rachas buenas y rachas malas. Y en ambas hay que seguir avanzando, porque la vida no se detiene y no puedes permitirte quedarte atrás.
Ya lo dijo el señor Balboa en Rocky VI: “El mundo no es todo alegría y color. Es un lugar terrible y por muy duro que seas, es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente si no se lo impides. Ni tú, ni yo, ni nadie golpea más fuerte que la vida. Pero no importa lo fuerte que golpeas, si no lo fuerte que pueden golpearte y lo aguantas mientras avanzas. Hay que soportar sin dejar de avanzar. ¡Así es como se gana! Si tú sabes lo que vales, ve y consigue lo que mereces. Pero tendrás que soportar los golpes. Y no puedes decir que no estás donde querías llegar por culpa de él, de ella, ni de nadie. Eso lo hacen los cobardes. ¡Y tú no lo eres! ¡Tú eres capaz de todo! Hasta que no empieces a creer en ti mismo, no tendrás tu vida propia. ”
Cuanta verdad hay en ésas palabras. Cuantas verdades que debemos aplicarnos a nosotros mismos…
España necesita más valientes. Valientes como los que luchan día sí y día también por un futuro digno. Valientes como los que por falta de oportunidades, emigran a otro país dejando el listón bien alto (ojalá algún día vuelvan, porque son muy necesarios). Valientes como los que apuestan por la cultura y la educación (incluso los que no tienen posibilidades económicas y aun así se decantan por seguir aprendiendo y formándose, convirtiéndose en autodidactas. Y es que el autoaprendizaje es una práctica cada vez más extendida y ojalá lo sea siempre). Valientes como los que apuestan por sus ideas y luchan hasta el final, aunque eso signifique tomar riesgos. Valientes como los que no se conforman con la opción más fácil y cómoda. Valientes como los que confían en sus ideales y sus principios y no se dejan influenciar por las opiniones (negativas) externas. Valientes como los que no dejan que la gente les señale diciendo que no sirven. Valientes como los que no se rinden hasta lograr sus metas y objetivos. Valientes como los que asumen sus culpas y no se excusan echándole la culpa a los demás. Valientes como los que no ponen excusas. Valientes como los que saben pedir perdón cuando hierran. Valientes como los que son capaces de sacar a una familia adelante, asumiendo cualquier esfuerzo que sea necesario. Valientes como los que defienden la libertad. Valientes como los que apuesten por el cambio y la evolución… En definitiva, valientes como tú.
Sé valiente, no cambies tu trayecto y nunca dejes de ser tú.
Después de una jornada electoral atípica e histórica, que nos deja un panorama político absolutamente extraordinario (que sale fuera del orden, que está fuera de lo común y que es mejor que lo ordinario), España comienza a ver atisbos de valentía en su gente. Una valentía que ha impulsado, por fin, a una gran mayoría hacia un cambio político y que seguro será el comienzo de un cambio mucho más profundo y (esperemos) positivo. Muchos dirán que ha sido una votación de castigo a los dos partidos (hasta ahora) mayoritarios, pero sea como fuere, lo cierto es que la sociedad, lo necesitaba.
Han pasado muchos años ya. Muchas legislaturas viviendo el día de la marmota. Y así no se puede cambiar. Así era imposible. Muchos votaban a los mismos una y otra vez, simplemente por miedo al cambio. Si quieres resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo. Y por fin, así ha sido y en España, comienza a resurgir la valentía. Una valentía que nos ha acompañado a lo largo de nuestra historia en los momentos más delicados. Porque España ha sido, es y será un país de valientes. ...
Aunque a veces necesitamos un pequeño aliciente, un bofetón en la cara, para reaccionar y sacar lo mejor de nosotros. Nos cuesta. Nos cuesta mucho.
No hay que tenerle miedo al cambio, hay que saber adaptarse a los nuevos tiempos. Hay que darle oportunidades a los nuevos, a los jóvenes, a los que vienen pisando fuerte y que proponen cosas interesantes, a los que vienen con energías renovadas, a los que tienen hambre de triunfos. A los que tienen algo que enseñar. Y no hablo sólo de política, puedes extrapolarlo a otros campos (como el trabajo, por ejemplo).
Nadie dijo que la vida fuera coser y cantar. La vida es dura. Muy dura. Hay que estar constantemente tomando decisiones. Decisiones que muchas veces determinarán el rumbo de tu vida. Muchas de esas decisiones te llevarán a soportar duros mazazos. Habrá rachas buenas y rachas malas. Y en ambas hay que seguir avanzando, porque la vida no se detiene y no puedes permitirte quedarte atrás.
Ya lo dijo el señor Balboa en Rocky VI: “El mundo no es todo alegría y color. Es un lugar terrible y por muy duro que seas, es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente si no se lo impides. Ni tú, ni yo, ni nadie golpea más fuerte que la vida. Pero no importa lo fuerte que golpeas, si no lo fuerte que pueden golpearte y lo aguantas mientras avanzas. Hay que soportar sin dejar de avanzar. ¡Así es como se gana! Si tú sabes lo que vales, ve y consigue lo que mereces. Pero tendrás que soportar los golpes. Y no puedes decir que no estás donde querías llegar por culpa de él, de ella, ni de nadie. Eso lo hacen los cobardes. ¡Y tú no lo eres! ¡Tú eres capaz de todo! Hasta que no empieces a creer en ti mismo, no tendrás tu vida propia. ”
Cuanta verdad hay en ésas palabras. Cuantas verdades que debemos aplicarnos a nosotros mismos…
España necesita más valientes. Valientes como los que luchan día sí y día también por un futuro digno. Valientes como los que por falta de oportunidades, emigran a otro país dejando el listón bien alto (ojalá algún día vuelvan, porque son muy necesarios). Valientes como los que apuestan por la cultura y la educación (incluso los que no tienen posibilidades económicas y aun así se decantan por seguir aprendiendo y formándose, convirtiéndose en autodidactas. Y es que el autoaprendizaje es una práctica cada vez más extendida y ojalá lo sea siempre). Valientes como los que apuestan por sus ideas y luchan hasta el final, aunque eso signifique tomar riesgos. Valientes como los que no se conforman con la opción más fácil y cómoda. Valientes como los que confían en sus ideales y sus principios y no se dejan influenciar por las opiniones (negativas) externas. Valientes como los que no dejan que la gente les señale diciendo que no sirven. Valientes como los que no se rinden hasta lograr sus metas y objetivos. Valientes como los que asumen sus culpas y no se excusan echándole la culpa a los demás. Valientes como los que no ponen excusas. Valientes como los que saben pedir perdón cuando hierran. Valientes como los que son capaces de sacar a una familia adelante, asumiendo cualquier esfuerzo que sea necesario. Valientes como los que defienden la libertad. Valientes como los que apuesten por el cambio y la evolución… En definitiva, valientes como tú.
Sé valiente, no cambies tu trayecto y nunca dejes de ser tú.
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