Las emociones son, por tanto, las que dirigen nuestra relación con el entorno, según un estudio El cerebro límbico realiza predicciones que se envían al resto del cerebro, y no reacciona al exterior, según un estudio de la Universidad del Noreste (EE.UU.). Son, por tanto, las emociones las que dirigen nuestra manera de actuar, ver, oír, etc., y no al revés, al menos según este estudio.
En los últimos años, los científicos han descubierto que el cerebro humano funciona con predicciones, contrariamente a la teoría aceptada previamente de que reacciona a las sensaciones que recoge desde el mundo exterior. Los expertos dicen que las reacciones de los humanos son, de hecho, la adaptación del cuerpo a las predicciones que el cerebro está haciéndose basándose en el estado de nuestro cuerpo la última vez que estaba en una situación similar.
Ahora, Lisa Feldman Barrett, de la...
Universidad del Noreste (Boston, EE.UU.) ha encontrado el epicentro de esas predicciones.
En un artículo publicado en la revista Nature Reviews Neuroscience semana pasada, Barrett sostiene que el tejido límbico, que también ayuda a crear emociones, está en la cima de la jerarquía de la predicción del cerebro. Ella es co-autora del artículo, con W. Kyle Simmons, del Instituto Laureado de Investigación del Cerebro de Tulsa (Oklahoma).
Barrett es miembro del Departamento de Psicología, y pionera en la psicología de la emoción y la neurociencia afectiva. Ha mostrado que las personas son los arquitectos de sus propias experiencias emocionales.
El tejido límbico
En el artículo de Nature, Barrett resume su investigación sobre la composición celular del tejido límbico, que demuestra que las regiones límbicas del cerebro envían pero no reciben predicciones. Esto significa que las regiones límbicas dirigen el procesamiento en el cerebro. No reaccionan a los estímulos del mundo exterior.
Esto es irónico, sostiene Barrett, porque cuando los científicos creían que las regiones límbicas del cerebro eran el hogar de la emoción, las veían principalmente como reactivas al mundo. El sentido común dice que hay que ver para creer, pero realmente el cerebro está construido para que las cosas funcionen a la inversa: vemos (y oímos y olemos y saboreamos) lo que creemos. Y la creencia se basa en gran medida en el sentimiento.
En su artículo, Barrett muestra que el cerebro no está conectado a un órgano reactivo. Está conectado a la pregunta: "¿La última vez que estuve en una situación como ésta, ¿qué sensaciones tuve, y cómo actúe?". Y las sensaciones que parecen importar más son las que están dentro del propio cuerpo, que se llaman "interocepciones."
En un artículo publicado en la revista Nature Reviews Neuroscience semana pasada, Barrett sostiene que el tejido límbico, que también ayuda a crear emociones, está en la cima de la jerarquía de la predicción del cerebro. Ella es co-autora del artículo, con W. Kyle Simmons, del Instituto Laureado de Investigación del Cerebro de Tulsa (Oklahoma).
La extraordinaria contribución de nuestro trabajo es mostrar que el tejido límbico, debido a su estructura y la forma en que las neuronas se organizan, está prediciendo", dice Barrett, en la información de la universidad. "Está dirigiendo las predicciones a cualquier otro sitio de la corteza, y eso hace que sea muy potente.Por ejemplo, cuando a una persona se le dice que imagine una manzana roja en su mente, según Barrett algunas partes límbicas del cerebro envían predicciones a las neuronas visuales y hacer que se disparen en diferentes patrones para que la persona pueda "ver" una manzana roja.
Barrett es miembro del Departamento de Psicología, y pionera en la psicología de la emoción y la neurociencia afectiva. Ha mostrado que las personas son los arquitectos de sus propias experiencias emocionales.
El tejido límbico
En el artículo de Nature, Barrett resume su investigación sobre la composición celular del tejido límbico, que demuestra que las regiones límbicas del cerebro envían pero no reciben predicciones. Esto significa que las regiones límbicas dirigen el procesamiento en el cerebro. No reaccionan a los estímulos del mundo exterior.
Esto es irónico, sostiene Barrett, porque cuando los científicos creían que las regiones límbicas del cerebro eran el hogar de la emoción, las veían principalmente como reactivas al mundo. El sentido común dice que hay que ver para creer, pero realmente el cerebro está construido para que las cosas funcionen a la inversa: vemos (y oímos y olemos y saboreamos) lo que creemos. Y la creencia se basa en gran medida en el sentimiento.
En su artículo, Barrett muestra que el cerebro no está conectado a un órgano reactivo. Está conectado a la pregunta: "¿La última vez que estuve en una situación como ésta, ¿qué sensaciones tuve, y cómo actúe?". Y las sensaciones que parecen importar más son las que están dentro del propio cuerpo, que se llaman "interocepciones."
Lo que tu cerebro está tratando de hacer es adivinar lo que significa la sensación y lo que está causando las sensaciones para averiguar qué hacer con ellas", dijo Barrett. "El cerebro está tratando de armar pensamientos, sentimientos y percepciones para que lleguen justo cuando es necesario, no un segundo después.
Referencia bibliográfica:
Lisa Feldman Barrett, W. Kyle Simmons: Interoceptive predictions in the brain. Nature Reviews Neuroscience (2015). DOI: 10.1038/nrn3950.
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