La carne constituye la principal fuente de proteínas de alta calidad biológicade la mayoría de nosotros.
Es normal que la carne sea muy apreciada en la alimentación debido a la calidad de su proteína, pero debemos ser conscientes que no es esencial en nuestra dieta diaria, puesto que podemos incluir proteínas de fuentes vegetales en nuestra dieta, y llevar una alimentación perfectamente saludable.
Carne, el ingrediente estrella
Existen diferentes tipos de carnes como las carnes rojas y carnes blancas, que hacen referencia a su color principalmente.
Carnes rojas: Carne de vaca o res, de venado, y de otros animales con carne de coloración rojiza. Suelen ser más ricas en grasa y por lo regular no se recomiendan su consumo frecuente en una dieta saludable, sólo una vez por semana, aunque son buenas en aporte de Hierro de fácil absorción.
Carnes blancas: Son por lo general las carnes de aves o pescados blancos, son consideradas más saludables al tener menos grasa, y son un poco más recomendables que las carnes rojas, más tampoco se recomienda consumo diariamente.
Curiosamente, aunque la carne no debería formar el platillo principal de nuestra dieta si hablamos en términos de nutrición, actualmente muchos de nosotros que es el alimento con más valor nutricional y a veces más apetecible ya que la mayoría de nosotros tenemos la idea de que la carne es muy nutritiva y buena para nuestro organismo, pero la verdad es que el balance es la clave. Desafortunadamente, la dieta moderna suele abusar del consumo de las
carnes, provocando problemas en nuestros niveles de ácido úrico y colesterol, derivando en enfermedades cardiacas y gota.
carnes, provocando problemas en nuestros niveles de ácido úrico y colesterol, derivando en enfermedades cardiacas y gota.
Pueden ser muchos los motivos para desear consumir menos carne en nuestra
dieta, pero sea cual sea, una alimentación más saludable también aconseja
reducir el consumo de carne, o evitarlo.
dieta, pero sea cual sea, una alimentación más saludable también aconseja
reducir el consumo de carne, o evitarlo.
1 Hazte un chequeo general
Antes de hacer cambios a nuestra alimentación, siempre es recomendable checar nuestro estado de salud. Aunque llevar a cabo una dieta o cambios dietéticos parezca inofensivo, nunca está de más asegurarnos que no estamos sufriendo de algún problema de nutrición para así, como por ejemplo anemia.
2 Reduce poco a poco tu consumo de carne
Quizás te has decidido a llevar una dieta vegetariana o simplemente quieres comer mucha menos carne, si crees que es una decisión difícil no seas demasiado exigente, los cambios drásticos pueden ser difíciles de aceptar y por ello, conviene empezar reduciendo poco a poco la cantidad, por ejemplo, si acostumbras comer carne 7 veces a la semana, reduce el consumo a 5 y así sucesivamente hasta que alcances tu meta.
También puedes servir porciones cada vez más pequeñas de carne hasta que en definitiva la sustituyas.
3 Utiliza sustitutos de carne
¿Quién dice que un vegetariano no puede comer una hamburguesa? Algunas legumbres y productos son excelentes sustitutos de la carne. La soja texturidada, el gluten o seitán son algunos ejemplos de ingredientes que se pueden cambiar en tu receta para reemplazar la carne, sólo hace falta condimentarlos y notarás que incluso la carne se puede reemplazar en nuestra dieta.
4 Cocina tus vegetales de formas distintas
Eliminar la carne y comer sólo ensaladas no tiene que ser la regla general para ser vegetarianos, de hecho, las ensaladas es sólo un ejemplo de cómo podemos aprovechar las verduras, pero la verdad es que se pueden utilizar de muchísimas formas en nuestra cocina, desde ceviche de coliflor, hasta pizza vegetariana.
5 Busca recetas vegetarianas
Si no tienes ni idea de cómo cocinar tus verduras u otros alimentos sin salir de la rutina, es hora de agrandar tu recetario. ¡Anímate! Inscríbete a un canal de cocina vegetariana, o adquiere un libro de recetas vegetarianas, también puedes buscar recetas en internet, las hay muy variadas y siempre puedes experimentar, entre más recetas pongas en práctica, menos extrañarás las carnes, recuerda que es cuestión de hacer cambios aunque estos parezcan un poco lentos al principio.
6 Combina Legumbres y cereales
Una de las principales preocupaciones que tenemos al eliminar las carnes de nuestra alimentación es ¿de dónde vamos a obtener proteínas de alta calidad? La respuesta es muy fácil, de los alimentos vegetales tales como las legumbres y cereales. Por sí solos, estos alimentos no son considerados fuentes de proteínas similares a la de la carne, pero si se combinan se complementan, logrando así un balance que nos provee de proteína de alta calidad. Combina arroz con habas, lentejas con pan, etc.
7 Apóyate en otras fuentes de proteínas
A menos que desees ser un vegetariano estricto, es decir, evitar comer cualquier alimento de origen animal, puedes consumir alimentos de origen animal que no son necesariamente carne, tales como el huevo y la leche, sus proteínas son de alta calidad biológica y no son carne, aunque se recomienda no consumir en exceso para evitar el consumo excesivo de grasas saturadas y colesterol.
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