La alergia que viene del griego allos (extraño, diferente) y de ergos (reacción, actividad) es un proceso por el que un individuo reconoce como extraña a una partícula o sustancia denominada alérgeno (inofensiva para la mayoría de las personas) que, en cambio, provoca en éste una respuesta de su sistema inmunológico, dando lugar a una serie de manifestaciones clínicas características como goteos nasales, estornudos, picazón, sarpullidos, edema (hinchazón) y asma.
Un ejemplo: Alergia a los frutos secos....
Una pareja de novios acuerdan con varias parejas más pasar el fin de semana en la casa de campo de uno de ellos. En un momento en el que estaban todos reunidos, tomando un aperitivo, se entabla una fuerte discusión entre la pareja. El novio, después ded ecirle que ya no quiere continuar con la relación, termina marchándose solo del lugar.
La novia, impactada por todo lo ocurrido, se encontraba comiendo frutos secos.
Este acontecimiento desestabilizante pasará al olvido más profundo de ésta joven, por doloroso. La próxima vez que entre en contacto con frutos secos aparecerán los síntomas de la alergia. Es como un aviso: cada vez que coma frutos secos se va a acordar inconscientemente de la situación emocional dolorosa.
El inconsciente para protegerla desplaza la emoción hacia el cuerpo físico (estornudos, sarpullidos, escozor o hinchazón de los ojos, etc.). El inconsciente prefiere que nos preocupemos de los síntomas a recordar la agresión, el drama y el dolor de la separación. De ésta forma, ocupándose de la reacción alérgica molesta, se olvida del trauma doloroso relacionado con la sustancia (frutos secos).
La alergia aparece por un bio-shock emocional inicial, un acontecimiento desestabilizante que sobrepasa el umbral de tolerancia del individuo.
¿Qué es un bio-shock emocional?
*Se trata de un suceso de la vida cotidiana desagradable que llega de improviso, que nos coge por sorpresa y nos desestabiliza.
*Vivido de una manera aislada, en soledad y sin compartirlo con otras personas. Lo que vivimos en el aislamiento es lo que sentimos. No es lo que vivimos en el exterior, sino lo que sentimos en el interior, lo que experimentamos a solas, el resentir.
*Sin solución satisfactoria para nosotros, en ese momento, aunque quizá para otras personas sí que la tenga.
*De intensidad dramática real, o sentido como tal. El inconsciente puede vivirlo de una manera simbólica, pero no sabe distinguir entre lo real y lo simbólico.
Existen dos etapas en la génesis de una alergia:
La primera etapa es la fase “muda”, silenciosa, llamada de sensibilización o de identificación del agresor: el alérgeno.
Es la programación de la alergia. El sistema inmunológico identifica un cuerpo extraño, se encarga de analizarlo y fabrica anticuerpos específicos y silenciosos, memorizando las características del intruso. Se relaciona con un suceso dramático muy preciso que ha ocurrido en el mismo momento en que entrábamos en contacto con el alérgeno. Hay una relación directa entre un psico-choque emocional y un elemento externo donde proyectamos el psico-choque.
El cuerpo memoriza la sustancia o elemento que estaba presente en el momento del drama, el sistema inmunológico lo califica como algo peligroso porque va asociado a una emoción dolorosa e intenta eliminarla cuando la detecta en el organismo.
Una persona ha estado expuesta a un alimento, medicamento o elemento durante toda su vida pero a partir de cierto momento, el momento del drama, habrá un rechazo físico. Ésta es la primera exposición, la identificación,donde el alérgeno queda grabado.
A partir de éste momento el inconsciente asocia el episodio impactante y el alérgeno para formar un dúo inseparable. Es el instante que el inconsciente lleva al olvido por tratarse de una experiencia muy dolorosa. El alérgeno es una simple advertencia de un peligro inminente, conocido pero ocultado, es el aviso del recuerdo doloroso, desagradable, de la primera vez. En ésta etapa no se manifiestan síntomas físicos.
La segunda etapa o fase “detonante” es cuando en un segundo contacto con el mismo alérgeno, los anticuerpos, silenciosos hasta ahora, se vuelven reactivos y desencadenan una respuesta desmedida “reacción alérgica”.
Ahora es cuando aparecen los síntomas clínicos. La crisis alérgica no es más que una nueva confrontación con el alérgeno que representa al drama desestabilizador inicial y que permanece oculto en el inconsciente.
Para sanar la alergia tenemos que ir a buscar al inconsciente el suceso que causo el bio-shock (el momento desestabilizante), recordarlo y vivirlo de nuevo (partiendo desde la premisa que para el cerebro pensar, hacer, imaginar y recordar es lo mismo) con el fin de encontrar la emoción oculta (el resentir) para luego cambiar el sistema de creencias asociado al evento. Una vez se cambia el sistema de creencias, es decir, como se vive el evento, el conflicto desaparece y se rompe el vínculo con el alérgeno, pues ya no hay anclada una emoción negativa.
Se debe tener en cuenta que la mayoría de las alergias se desencadenan por episodios ocurridos entre los siete años y nuestro momento actual. Solo un porcentaje muy bajo de los procesos alérgicos nos llevan a buscar en las experiencias ocurridas a nuestra madre durante el tiempo de su embarazo o en nuestros antepasados. Se trata de aquellos casos en los que somos sensibles a ciertos alimentos, sustancias, etc. y lo somos desde nuestro nacimiento o desde los primeros años de vida.
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