CUARTO CHAKRA – del CORAZON - ANAHATA
El cuarto chackra, Chakra Anahata, también
 llamado chakra del corazón o centro cordial. El cuarto chakra se 
encuentra a la altura del corazón, en el centro del pecho. Se abre hacia
 delante.
Color: Un cuarto chakra activo luce con color verde, también rosa y dorado. Elemento correspondiente: Aire.  Función sensorial: Tacto.  Símbolo: Loto de doce pétalos.
Correspondencias corporales:
 Corazón, parte superior de la espalda con caja torácica y cavidad 
torácica, zona inferior de los pulmones, sangre y sistema circulatorio, 
piel.
Glándulas correspondientes:
 Timo. El timo regula el crecimiento y controla el sistema linfático. 
Además, tiene la misión de estimular y fortalecer el sistema 
inmunitario.
Misión y funcionamiento del cuarto chakra:
El cuarto chakra conforma el punto central del sistema de chakras.
En
 él se unen los tres centros inferiores físico-emocionales con los tres 
centros superiores psíquico-espirituales. Su símbolo es el hexágono, que
 representa muy intuitivamente cómo se penetran recíprocamente las 
energías de los tres chakras superiores y de los tres inferiores.
El
 cuarto chakra tiene asignados el elemento aire y el sentido del tacto. 
Esto señala la movilidad del corazón, el movimiento hacia algo, el 
contacto, el dejarse tocar, el estar en contacto con las cosas. 
Encontramos aquí la capacidad de enfatizar y «sentir con», de 
compatibilizar estados de ánimo y entrar en resonancia con vibraciones.
Mediante
 este centro, también percibimos la belleza de la naturaleza y la 
armonía de la música, del arte gráfico y de la poesía. Aquí se 
transforman en sentimientos las imágenes, las palabras y los sonidos.
La
 misión del chakra cordial es la unión por el Amor. Toda ansia de 
contacto intimo, de unicidad, armonía y Amor se manifiesta a través del 
chakra cordial, incluso cuando nos salga al encuentro en su forma de 
tristeza, dolor, angustia ante la separación o pérdida del Amor.
En
 su forma purificada y completamente abierta, el chakra cordial es el 
centro del Amor verdadero e incondicional, un Amor que sólo existe por 
sí mismo, que no se puede tener o perder. En combinación con los chakras
 superiores, este Amor se convierte en Bhakti, en el amor divino, y 
conduce al conocimiento de la presencia divina en toda la creación, a la
 unicidad con el núcleo más intimo, con el corazón de todas las cosas 
del Universo. El camino del corazón hacia esta meta pasa a través del 
«sí», pleno de Amor y comprensión, hacia nosotros mismos como premisa 
para el «sí» a los demás y a la vida.
Si
 a través del tercer chakra y del conocimiento hemos aceptado que todas 
las experiencias vitales, deseos y emociones tienen un sentido más 
profundo, y a través suyo y la misión de aprendizaje asociada queremos 
retornar a un orden más amplio, encontraremos en el cuarto chakra una 
aceptación amorosa que emana del conocimiento del corazón de que todos 
los sentimientos y todas las manifestaciones de la vida han surgido 
originalmente de la añoranza de Amor, de unión con la vida y, por lo 
tanto, son en último término una manifestación del Amor.
Con
 toda unión generamos separación y negatividad. El «sí» positivo y lleno
 de Amor genera, por contra, una vibración en la que no pueden 
mantenerse y manifestarse las formas y los sentimientos negativos, que 
se disuelven.
Quizás
 ya hayas vivido alguna vez el hecho de que un sentimiento intenso de 
tristeza, de ira o de desesperación se ha neutralizado cuando has 
dedicado a ese sentimiento tu atención amorosa, sin prejuicios e 
íntegra. Pruébalo alguna vez.
Cuando
 padecemos ante el sufrimiento o la enfermedad, podemos observar que 
mediante una amorosa dedicación al órgano enfermo o a la parte del 
cuerpo enferma, podemos acelerar enormemente la sanación.
De
 esta forma, mediante el chakra cordial disponemos de un gran potencial 
de transformación y de curación: tanto para nosotros mismos como para 
los demás. El Amor hacia nosotros mismos, la aceptación de nuestra 
esencia entera desde lo más profundo del corazón, puede transformarnos y
 curarnos fundamentalmente. Y es una premisa para un Amor satisfactorio 
hacia las demás personas, para el «sentir con», para el entendimiento y 
la honda alegría de vivir.
El
 chakra cordial es un centro cuya fuerza irradia con particular 
intensidad hacia el exterior. Un chakra cordial abierto tendrá un efecto
 espontáneo curativo y transformador en otras personas (por otra parte, 
en una actividad curativa aplicada conscientemente también se involucra 
el chakra frontal).
El
 chakra cordial irradia en los colores verde y rosa, y a veces también 
en el oro. El verde es el color de la curación, al igual que de la 
armonía y de la simpatía. Cuando un vidente del aura percibe en el 
chakra cordial de una persona un verde claro y luminoso, es para él un 
indicativo de una capacidad curativa muy marcada. Un aura dorada, o con 
irisaciones rosas, indica una persona que vive en el Amor puro y 
plenamente entregado a lo divino.
Con
 frecuencia, el chakra del corazón se denomina la puerta al alma, puesto
 que no sólo se asientan en él nuestros más profundos y vivos 
sentimientos de amor, sino que a través de este centro energético 
también podemos entrar en contacto con la parte universal de nuestra 
alma, con las chispas divinas que hay en nosotros. También desempeña un 
papel decisivo en el refinamiento de la percepción, que va emparejado 
con la apertura del chakra frontal, el denominado tercer ojo, puesto que
 es la entrega la que nos hace sensibles a los ámbitos más sutiles de la
 creación. Esto significa que, paralelamente al desarrollo del chakra 
cordial, se desarrollan las facultades superiores del chakra frontal.
Por
 ello, muchas disciplinas espirituales, tanto de Oriente como de 
Occidente, se han orientado específicamente a la apertura del chakra 
cordial.
Tratamiento mediante la experiencia natural
Cualquier paseo silencioso por la naturaleza verde e intacta armoniza todo nuestro ser a través del chakra cordial.
Cualquier
 flor nos transmite el mensaje del Amor y de la alegría inocente y deja 
que florezcan en nuestros corazones las mismas cualidades. Las flores 
rojas son particularmente adecuadas para activar suavemente y curar las 
energías del chakra cordial.
Un
 cielo teñido de rosa con delicadas formaciones nubosas eleva y ensancha
 el corazón. Déjate envolver y llevar por la belleza y suavidad de 
colores y formas de esta imagen del cielo.
Terapia por el sonido (musicoterapia)
Forma musical: Cualquier
 música clásica, música «Nueva Era» o música sacra, tanto de la 
tradición oriental como de la occidental, que tiene un efecto 
enaltecedor y hace que tu corazón baile junto con la vida y la creación,
 despierta la fuerza del corazón del amor en tu chakra cordial y tiene 
un efecto vivificador y armonizador sobre él.
También las danzas sagradas o meditativas, que en sus movimientos manifiestan la armonía y la alegría de la creación.
Vocal: El chakra cordial tiene asignada la vocal «a». Se utiliza en la clave de fa de
 la escala. La «a» simboliza el descubrimiento súbito del corazón, al 
igual que se manifiesta en nuestra exclamación «¡ah!». Es el sonido más 
abierto de todos, que representa la máxima plenitud posible en la 
manifestación de la voz humana.
En
 la «a» yace la aceptación sin prejuicios de todos los acontecimientos, 
aceptación de la que nace el Amor. Es también la vocal que con más 
frecuencia utilizan los bebés, cuyo intelecto no puede distinguir entre 
el «bien» y el «mal», cuando «comentan» sus vivencias.
Mantra: YAM.
Terapia por el color (cromoterapia)
Verde: El
 color de las praderas y los bosques de nuestro planeta proporciona 
armonía y empatía, nos da un ánimo conciliador, nos hace sentir simpatía
 y nos transmite un sentimiento de paz. También tiene un efecto 
regenerador sobre el cuerpo, el espíritu y el alma, y aporta nuevas 
energías.
Rosa: Las
 suaves y delicadas vibraciones del rosa disuelven los espasmos del 
corazón. Despiertan sentimientos de Amor y ternura y proporcionan un 
sentimiento infantil de felicidad. Además, estimulan la actividad 
creadora.
Terapia por las piedras (gemoterapia)
Cuarzo rosa: La
 delicada y rosácea luz del cuarzo rosa favorece la suavidad, la ternura
 y el Amor. Envuelve tu alma en una vibración amorosa en la que pueden 
sanar las heridas del corazón originadas por la dureza, la brutalidad o 
la falta de atención, y puede abrir tu alma cada vez más al Amor y darle
 más Amor.
El
 cuarzo rosa te enseña a aceptarte y a amarte a ti mismo, abre tu 
corazón para la manifestación del Amor y de la dulzura que hay en ti, en
 otras personas y en la creación.
También
 te hace sensible a la belleza de la música, la poesía, la pintura y 
otras artes, y estimula tu fantasía y tu capacidad de expresión 
creativa.
Turmalina: La
 turmalina rosa-roja te saca de las estructuras sentimentales 
indolentes; abre y ensancha tu corazón. También abre tu conciencia al 
aspecto alegre y jovial del Amor.
Te
 une con la manifestación femenina del Amor divino, que se expresa en la
 belleza de la creación, en la jovialidad despreocupada, en la danza 
espiritual y en el juego. De esta forma integra las diferentes 
manifestaciones del Amor mundano y divino.
También
 es particularmente idónea para el chakra cordial la turmalina rosa con 
un reborde verde, que con frecuencia se obtiene cortada en discos 
(turmalina de sandía). Aquí, las cualidades de la turmalina rosa-roja se
 encuentran insertas en la vibración curativa y armonizadora del verde.
Kunzita: En
 la kunzita se unen el delicado rosa del Amor superior y el violeta del 
chakra coronal, que apoya la unificación con lo divino.
La
 kunzita abre tu chakra cordial al Amor divino. Te ayuda a hacer crecer 
el Amor de tu corazón hacia el altruismo y la percepción. Para ello te 
proporciona orientación y te lleva de vuelta siempre por este camino.
Esmeralda: La
 esmeralda es el Amor del Universo, puesto que intensifica y profundiza 
el Amor en todos los planos. Da paz y armonía y te pone en concordancia 
con las fuerzas de la naturaleza. También te desafía a hacerte igual a 
su luz radiante y te muestra las áreas en las que aún no sucede así.
La esmeralda atrae energías curativas del cosmos en dirección a la Tierra. Regenera, rejuvenece, refresca y tranquiliza.
Jade: La
 suave luz verde del jade proporciona paz, armonía, sabiduría de 
corazón, justicia y modestia. El jade relaja y serena el corazón, te 
hace descubrir y vivir la belleza de todo lo creado, fomentando así tu 
estima y Amor por la creación.
El jade ayuda ante la intranquilidad y el desconcierto, y propicia la conciliación de un sueño apacible y sueños agradables.
Terapia por los olores (aromaterapia)
Esencia de rosas: No
 hay ningún otro aroma que tenga un efecto armonizador tan fuerte sobre 
todo nuestro ser como la preciada esencia de rosas. Sus delicadas y 
amorosas vibraciones mitigan y curan las heridas de nuestro corazón.
Despiertan
 la percepción por la manifestación del Amor, la belleza y la armonía en
 toda la creación. Reinstaura en el corazón una profunda alegría y la 
disposición para la entrega.
La
 esencia de rosas provoca también una estimulación y un refinamiento de 
las alegrías sensoriales, propiciando al mismo tiempo su transformación 
para el Amor suprapersonal.
RESUMEN:
Derecho a amar y ser amado.
Significado:   indemne
Número de pétalos:   doce
Ubicación:   Corazón (hacia el centro del pecho)
Glándula:   Timo
Relacionado a: Aparato Respiratorio
Elemento:   aire
Animales:   antílope y paloma
Cuerpo Celeste:   Venus
Color:   verde
Piedras:   cuarzo rosa, esmeralda, y aventurina verde
Aromas:   rosa, menta y almizcle
Música:   sagrada
Mandala:   estrella de seis puntas azul
Alimentos:   verduras
Arquetipo:   Cristo
Tema central:   el amor
visto en:serkinamerkaba
 
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