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20 abr 2015

Diferencias entre alimentos orgánicos y naturales


Diferencias entre alimentos orgánicos y naturales
Si bien los alimentos orgánicos son naturales, no puede decirse lo mismo a la inversa. Sin embargo, esta afirmación tampoco es del todo cierta, ya que la certificación orgánica se basa en un sistema que permite excepciones que alteran el producto.

En términos ideales, un producto orgánico es una garantía de que un producto es natural, entendiendo el término como la ausencia de alteraciones artificiales en su cultivo, cría o procesado. Por contra, cuando se utiliza el término natural en un etiquetado, nada nos garantiza que

 realmente lo sea.

A la hora de valorar cuánto de natural tiene un producto orgánico hemos de tener en cuenta que las certificaciones se conceden a los productos que cumplen una determinada normativa, lo que en muchas ocasiones significa un cierto margen de permisividad en el uso de productos químicos como plaguicidas para afrontar situaciones que no han podido resolverse con métodos ecológicos o simplemente porque están incluidos en la lista de los pesticidas, antibióticos, hormonas de crecimiento, etc. permitidos.
Por lo tanto, en la práctica puede haber productos naturales que sean orgánicos sin tener certificación y productos con su logo que, teniéndola, en realidad no sean del todo naturales.
Diferencias entre alimentos orgánicos y naturales
Aunque la certificación no garantiza una total ausencia de químicos, a efectos prácticos tiene una gran utilidad para poder distinguir entre los productos orgánicos, -aunque dentro de un término flexible-, y aquellos otros que simplemente se venden como naturales por no estar procesados, ser frescos, sin más, o no tener conservantes.

100% orgánico, 100% natural

Si deseamos asegurarnos de que los alimentos está libres de transgenia y químicos la mejor opción es tener un huerto propio o pequeña granja. Es decir, plantarlo nosotros mismos o, por ejemplo, en el caso de los huevos tener gallinas ponedoras, controlando el mayor número de factores (piensos, semillas, el abono y plaguicidas, la calidad de la tierra, del agua de riego y la polución atmosférica) o buscar información detallada de cada producto.
Sería interesante que hubiera una etiqueta o logo que asegurase que un producto es 100 por ciento orgánico, aunque también es cierto que, sin ser del todo rigurosa, la opción orgánica es una alternativa interesante frente a la convencional porque prohibe o minimiza el uso de pesticidas, fertilizantes, trangénicos, hormonas de crecimiento o, por ejemplo, antibióticos.

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