josé miguel rodríguez
El principio de precaución, «que tan buenos
resultados ha dado en Europa», debería regir nuestra relación con las
redes inalámbricas, sostiene José Miguel Rodríguez, director de la
Fundación para la Salud Geoambiental.
-Le pregunto directamente: ¿Debemos apagar la wifi y los móviles cuando nos vamos a dormir?
-Pues eso es justo lo que queremos saber todos.
Pero lo cierto es que la normativa internacional se rige por las
recomendaciones de la OMS, basadas en estudios hechos ¡en 1996! sobre
los efectos térmicos de las radiaciones en el organismo, y siempre para
exposiciones a corto plazo. Pero nunca se han estudiado seriamente otros
efectos biológicos ni las exposiciones a largo plazo..
-¿Qué son esos efectos térmicos?
-Los estudios miden el calentamiento de la piel
por las radiaciones, pero apenas hay trabajos sobre la incidencia
neurológica, sobre el sistema nervioso, las células... Gran parte de la
comunidad científica sostiene que hay otros efectos más allá del
calentamiento de la piel, pero no existen pruebas, no los conocemos; no
sabemos qué consecuencias tiene el contacto permanente con los móviles
durante 20 años.
-¿A qué otros efectos se refiere?
-La OMS reconoce, por ejemplo, el efecto pitido
que tienen algunas personas en el oído y que desaparece al apagar la
wifi. Y se sabe que puede haber también una afección de la glándula
pineal, que controla en el cerebro los niveles de melatonina...
-¿Apagamos entonces el móvil y la wifi?
-Decir que no hay ningún problema con las
radiaciones de los teléfonos o la wifi es mentir a la población, y que
nos vamos a morir de cáncer por usar el móvil, también. Creo que debemos
aplicar el principio de precaución, que tan buenos resultados ha dado
en Europa, y ser prudentes hasta que aparezcan de verdad los estudios
necesarios para saber si puede haber problemas serios a largo plazo.
Apagar esos equipos de noche parece razonable y además supone un ahorro
de energía y de dinero.
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