ESTAS PLANTAS QUE DESEAN NUESTRO BIEN
Desde la más remota antigüedad, las
plantas y los árboles han sido reverenciados como un vínculo entre el
cielo y la tierra, de ahí que cada cultura tenga un árbol totémico que
realiza el anclaje de este vínculo. El roble en Centroeuropa, el olivo
en Andalucía, el baobab en el centro de África, las grandes secuoyas en
el norte del continente americano son algunas muestras de ello.
Entre las plantas nos sentimos serenos,
sosegados, descansados y tranquilos; moderan el clima, mejoran la
calidad del aire, conservan el agua y dan albergue a la vida silvestre.
Nos hacen la vida más agradable, su belleza suscita admiración. Son
también los organismos más viejos que puede contemplar la mayoría de la
gente.
Todas las civilizaciones desarrollaron
simultáneamente la cultura agraria para alimentarse y el descubrimiento
del poder terapéutico de las plantas que han permitido curar muchas
enfermedades y paliar numerosos sufrimientos físicos y emocionales.
Nuestra relación con el mundo vegetal va
mucho más allá, dependemos de la naturaleza no solo para nuestra
supervivencia física; también necesitamos a la naturaleza para que nos
enseñe el camino a casa, el camino de salida de la prisión de nuestras
mentes, ya que nos hemos perdido en el hacer, pensar, recordar,
anticipar…
Todos somos parte de la Vida una que se
manifiesta en incontables formas en todo el universo, formas que están,
todas ellas, completamente interconectadas. Las plantas nos ayudan a
vivir el momento presente, atender a nuestras sensaciones, intercambiar…
Necesitamos que la Naturaleza nos enseñe y nos ayude a reconectar con
nuestro Ser.
UN SER VIVO CON DIFERENTES CUERPOS
La Tierra no es una simple esfera que
viaja en el espacio, ante todo es el hogar de múltiples procesos y
reinos vivos. La Tierra se ancla en su propio centro, la prodigalidad de
su fuerza de vida y la sabiduría que conduce su evolución toman su
fuente en el centro del planeta, en su núcleo, y no en cualquier lugar
del espacio galáctico infinito. Es una estrella que ha aprendido a
guardar su luz focalizada hacia el interior en lugar de proyectarla al
exterior como hace nuestro sol. Lo que la Tierra proyecta al exterior es
un jardín paradisiaco que se desarrolla progresivamente en su
superficie.
James Lovelock, de la Universidad de Harvard, creó en los años 70 la teoría Gaia
según la cual el planeta es un todo capaz de autorregularse. Tras ser
ridiculizado durante años, la comunidad científica aceptó sus teorías en
los años 90. La consecuencia de este descubrimiento es la revelación de
que el planeta es un ser vivo y que –como todos los seres vivos- posee
una consciencia. Esta consciencia se expresa a través de los diferentes
reinos/cuerpos (mineral, vegetal, animal y humano) del paneta, que son
esenciales para su propia existencia. De los diferentes reinos, el
Vegetal tiene un papel especial para el funcionamiento del sistema, pues
es el soporte de todos los intercambios.
Es esencial que aprendamos a reconocer la verdadera identidad de la Tierra y a honrarla, porque somos uno con la Tierra.
BOTANICA OCULTA Y PRACTICA
Las plantas detentan la memoria de una
espiritualidad que viene de la noche de los tiempos. Hay un aspecto de
la botánica que va mucho más allá de la botánica misma. Se denomina
“botánica oculta” y florece con Paracelso (1493 – 1541), médico,
alquimista y viajero suizo que estudia las propiedades de las plantas
para nuestra salud, pero también por sus propiedades mágicas y su
relación con el todo (astros, elementos químicos y alquímicos…). Una
gran cantidad de experimentos realizados en los años 60 resultaron en
múltiples hallazgos de diversos investigadores (véase, entre otros, el
libro “La vida secreta de las plantas”, Peter Tompkins, 1973) en torno a
las relaciones físicas, emocionales y espirituales entre las plantas y
el hombre, verdaderamente fascinantes, como los experimentos de Backster
-la demostración a través de múltiples experimentos de las reacciones
emocionales de las plantas-, los experimentos de Vogel o Hashimoto en
torno a la comunicación con las plantas. Desde finales de los 70 en el
centro internacional Damanhur (Italia) crean música conjuntamente con
plantas.
Multitud de conocimientos científicos
sobre el mundo vegetal permanecen fuera de nuestro conocimiento y
consciencia, a pesar de existir alguna universidad que dedica todos sus
departamentos a su estudio, como la universidad de San Petersburgo, de
donde proceden, por ejemplo las primeras fotografías el “aura” de las
plantas, realizadas por el doctor Kirlian, que demuestran que las
plantas tienen un cuerpo además del físico (como se aprecia claramente
con la tecnología Kirlian y posteriormente con las cámaras Quantum)
Hoy sabemos que cada parte de una planta
tiene una utilidad energética, además de su conocida función botánica.
Sabemos por ejemplo que la raíz de una planta o de un árbol conecta a
ésta con el núcleo de la Tierra y que cuando se desconecta, enferma
fácilmente. Una vez más podemos comprobar la similitud entre el vegetal y
los humanos que, cuando nos desconectamos de nuestro núcleo -que es
nuestra identidad- también fácilmente acabamos enfermando. Sabemos que
el fruto de las plantas es el más hermoso regalo del cielo. Lavado por
la lluvia, acariciado por el viento, calentado por el sol, admirado y
degustado por los humanos, es la encarnación de la nutrición sutil con
la cual, cada uno de nosotros, debe saber nutrir su cuerpo físico y sus
cuerpos sutiles. Un fruto se halla dotado de consciencia, no de una
consciencia humana sino de consciencia etérica. Esta consciencia vegetal
es el mayor logro en este reino. ¿Por qué, entonces, no escoger los
frutos más hermosos y las verduras más lozanas y menos manipuladas,
buscando la mejor calidad nutritiva y energética, en la consciencia de
lo que nos sienta bien y le sienta bien a nuestro planeta?
Las plantas están junto a nosotros para
ayudarnos en nuestro camino. Podemos fabricar con ellas, facilmente,
elementos de ayuda para muy diversos usos: captar la energía de los
árboles con la ayuda del ajo de los osos, abrir nuestra mirada y nuestra
mente con el concurso de la angélica, tener ideas claras para un nuevo
proyecto y el tono vital para emprenderlo con el soporte de la higuera,
trabajar con nuestros sueños con la asistencia del jazmín, consolar
nuestra tristeza con la contribución de la salvia…
LA HORA DEL CAMBIO HA SONADO
El cambio climático y los grandes cambios
en desarrollo colocan a la Tierra y a la humanidad ante perspectivas
apenas imaginables, que implican necesariamente un profundo cambio de
consciencia sobre nuestra relación con el conjunto del que formamos
parte, el conjunto del ser vivo único que es el planeta y con el
conjunto del colectivo de la Humanidad. Es el momento de comprender
nuestro papel en el proceso que tenemos el privilegio de vivir, y de
ejercerlo. El Reino Vegetal es el cuerpo del planeta que se ocupa de los
intercambios entre todos los componentes del conjunto y, por tanto, es
un soporte privilegiado para nuestra comprensión del proceso y para
nuestro trabajo personal.
En nuestros días muchas personas por todo
el mundo sienten un apasionado interés por re-encontrar la Tierra, en
tanto que ser global, y cultivar con ella una relación activa y llena de
amor y creatividad, sin embargo nuestra civilización está fundada sobre
el intelecto y sobre valores que nada tienen que ver con el orden
natural de las cosas, un orden en el que nuestro origen y nuestra
identidad como colectivo humano han de marcar nuestros actos y nuestras
vidas.
El Vegetal nos acompañará en los
desórdenes de años de profundos cambios que nos esperan, dándonos la
posibilidad y la suerte de colaborar activamente en el proceso. Es un
soporte posible, un regalo para los que buscan el conocimiento y el
contacto con la naturaleza, con su propio trabajo interior, con la
trascendencia, los que se sienten concernidos por el futuro de la Madre
Tierra.
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