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23 jul 2014

Mal aliento, ojeras, boca pastosa... 3 signos de alerta que obligan a actuar


Boca pastosa, ojeras, mal aliento... La triste realidad es que estos males nunca vienen solos.

Las personas que los padecen también sufren, por lo general, de fermentación intestinal, gases y vientre hinchado después de las comidas, ictericia, náuseas, dolores de cabeza, sofocos e insomnio entre la una y las tres de la mañana.

Y esto no es bueno. Según la naturopatía, que busca restablecer la salud reequilibrando el estilo de vida, estos signos son sintomáticos de falta de bilis, lo que puede tener implicaciones graves a largo plazo.

Los naturópatas proponen soluciones naturales para estimular la producción de bilis. Ahora las voy a exponer, pero primero permítame que le explique qué es la bilis exactamente.

La bilis: un líquido inteligente y ecorresponsable

La bilis es uno de los productos más inteligentes que produce el cuerpo. Lo fabrica el hígado a base de desechos que obtiene de la sangre. En efecto, la sangre está cargada de bacterias, toxinas alimentarias, alcohol, microbios, células muertas, amoníaco, restos de medicamentos, pesticidas y hormonas ya utilizadas y degradadas por el organismo. El hígado lo recupera todo (hasta el 100% de las impurezas cuando funciona correctamente) y lo descompone gracias a unas enzimas.

Después, evacúa estos desechos y los manda al tubo digestivo en un líquido llamado bilis. Y esta bilis, lejos de ser inservible, desempeña un papel crucial en la digestión, encargándose de romper las grasas en pedacitos minúsculos para que puedan ser absorbidas por el intestino.

Si se situara usted a la salida del estómago, en el lugar por el que la comida cargada de grasas pasa al intestino, vería llegar un chorro de bilis que convierte estas grasas en espuma (emulsión), como si fuera el líquido del lavavajillas.

La comida indigesta, pesada y grasienta se vuelve ligera, de forma que puede viajar con tranquilidad por el intestino y todos los nutrientes buenos pueden ser asimilados en la sangre.

Por último, y ya que el hígado usa también el colesterol para fabricar los ácidos biliares, una generosa producción de bilis comportará un descenso del nivel de colesterol en sangre.

Esto es lo que sucede cuando el hígado funciona correctamente y la secreción de bilis es abundante.

Cuando el hígado no funciona bien

Por desgracia, si el hígado trabaja mal y no produce suficiente bilis, surgen los siguientes problemas:

  1. las toxinas de la sangre no son evacuadas de manera correcta. Se estancan en el organismo y en el hígado, lo que puede llegar a provocar una serie interminable de enfermedades tales como alergias, asma, enfermedades autoinmunes, depresión, enfermedades cardíacas, obesidad, fatiga crónica e incluso cáncer, entre otras.
  2. aumenta el nivel de colesterol.
  3. la digestión se altera y causa dolores de tripa, náuseas, migrañas después de comer, boca pastosa, mal aliento, tez y ojos amarillentos, bolsas en los ojos e insomnio.
  4. la bilis se estanca en una bolsa que hay entre el hígado y el intestino, la vesícula biliar. Se espesa y los desechos empiezan a acumularse para formar pequeños cálculos (piedras) que van aumentando poco a poco de tamaño. Con el tiempo, la vesícula se vuelve perezosa y el trasvase de bilis al intestino se ralentiza todavía más. Algunos cálculos salen de la vesícula y se atascan en los canales, provocando episodios muy dolorosos. En este punto, la extirpación de la vesícula biliar se convierte en la única solución.
Como ha visto, si sufre los síntomas antes mencionados, tiene cuatro razones de peso para preocuparse de inmediato por el funcionamiento de su hígado. Así podrá evitar multitud de enfermedades, su digestión se repondrá, se deshará de todos los problemas causados por una mala digestión de las grasas y, por último, evitará la formación de cálculos biliares y se ahorrará una operación quirúrgica.

Estimular el funcionamiento del hígado y la secreción de bilis

La primera planta que hay que tomar es la alcachofa.

Se ha demostrado que la alcachofa tiene la propiedad de hacer aumentar la producción de bilis, hasta tal punto que está contraindicada para los casos de obstrucción de las vías biliares, porque estimular su secreción podría causar problemas graves. (2)

Conocida desde la antigüedad por sus efectos sobre la digestión, la alcachofa entra en la composición de muchos preparados tradicionales de la medicina europea pensados para estimular la producción de bilis. Hacia mediados del siglo XX, unos italianos aislaron de la alcachofa un compuesto que llamaron cinarina y que se empleó hasta la década de 1980 tanto para estimular el hígado y la vesícula biliar como para reducir los niveles de colesterol. A partir de entonces, la cinarina se sustituyó por medicamentos sintéticos.

¿Cómo tomar la alcachofa?

Tradicionalmente, los productos de herbolario a base de alcachofa se presentaban en forma de hojas frescas o secas, como zumo exprimido de la planta entera o como diferentes extractos líquidos o sólidos.

Hoy en día se pueden encontrar extractos estandarizados al 5% de concentración de cinarina y extractos secos de hojas de alcachofa en comprimidos o cápsulas.

Según una investigación llevada a cabo en 454 individuos y también según un estudio doble ciego con placebo sobre 244 pacientes, el extracto de alcachofa (640 mg al día en dos dosis) alivia los malestares de la digestión que están ligados a un mal funcionamiento de la vesícula biliar y del hígado. (3) (4)

Otra serie de estudios de gran alcance ha demostrado que la alcachofa reduce los problemas digestivos sin provocar efectos indeseados. (5)

Coma verduras amargas

Las sustancias amargas, como las de la alcachofa, la escarola, las endibias, las espinacas, el diente de león, la rúcula y el cardo mariano se utilizan en herboristería para tratar los problemas de la bilis.

Por lo general, este efecto positivo se atribuye a los flavonoides que contienen estas plantas.

El problema estriba en que las variedades que se seleccionan para su comercialización están cada vez más desnaturalizadas, porque el público ya no soporta el amargor como antaño.

Sin embargo, quizás tenga algo más de suerte y encuentre especies tradicionales no cribadas de estas plantas –y por lo tanto más amargas– si acude a una tienda de productos ecológicos.

El extracto de raíz de jengibre estimula la producción de bilis

La raíz de jengibre lleva mucho tiempo empleándose para facilitar la digestión. Está en cientos de recetas tradicionales chinas que buscan compensar con ella los efectos de ingredientes potencialmente tóxicos.

La raíz de jengibre contiene monoterpenoides, sesquiterpenoides y gingeroles, todos ellos con propiedades altamente antioxidantes y que ayudan al hígado a hacer su trabajo de descomposición de toxinas.

Varios experimentos han demostrado que el jengibre aumenta el nivel de enzimas colesterol-7-hidroxilasa, que estimulan la transformación del colesterol en ácido biliar, por lo que disminuye el nivel de colesterol en sangre y potencia la secreción de bilis.

El jengibre puede añadirse a casi cualquier plato o bebida que pueda imaginar. No es caro, puede conservarse varias semanas en la nevera y podrá, con el rallador, echarle una pizca a cualquier comida. Su sabor es muy agradable y fresco, y sus propiedades van más allá de la producción de bilis.

Fabrique un poco más de bilis

Y esto es todo por el momento. Estos consejos deberían ayudarle a que su organismo produzca más bilis, en el caso de que usted lo necesite. Su salud y su bienestar se verán favorecidos en todos los aspectos.

¡A su salud!

Juan-M. Dupuis

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