La sal que llega a nuestros platos puede contener diminutos trozos de plástico. Es la información que se desprende de un estudio realizado por investigadores de Malaysia después de analizar muestras de sal de hasta ocho países del mundo.
Este hallazgo no debería sorprender, ya que sabemos que cada año se producen millones de toneladas de plásticos: Plastics Europe, una organización que representa a los productores de plástico, informó de que en el año 2012 se produjeron hasta 288 millones de toneladas de plástico.
Según una estimación de un grupo de investigadores internacional, publicada por la Universidad de Connecticut (EEUU) en 2014, en el mar hay más de 5 billones de piezas de plástico que equivalen a 250.000 toneladas, el 92 por ciento de las cuales son microplásticos de menos de cinco milímetros.
El nuevo estudio, publicado en Scientific Reports, lo ha dirigido el investigador en toxicología acuática Ali Karami. Su equipo de la Universidad Putra Malaysia analizó sal marina extraída y comercializada en ocho diferentes países: Australia, Francia, Irán, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Portugal y Sudáfrica.
Partículas de microplástico en la sal
En el laboratorio hallaron partículas de microplástico mayores de 0,149 mm en 17 marcas diferentes de sal. Todas contenían elementos plásticos excepto la marca francesa. De las 72 partículas que descubrieron entre la sal, el 41,6 por ciento eran polímeros plásticos, el 23,6 por ciento eran pigmentos (de plástico), el 5,50 por ciento consistían en carbono amorfo, y 29,1 por ciento no se pudo identificar. Los polímeros plásticos más comunes eran polipropileno (40,0%) y polietileno (33,3%).Imágenes microscópicas de algunas de las partículas extraídas. a) Poliestireno, b) polietileno c) pigmento (ftalocianina) y d) nylon-6. Foto: Karami et al.
El biólogo Richard Thompson, experto en plásticos en el medio marino, declaraba a la revista Hakai que no hay que alarmarse… de momento: “En mi opinión, las concentraciones de microplásticos en el pescado y en la sal son lo suficientemente bajas para que no representen una preocupación para la salud humana en la actualidad».
Sin embargo, añade que, si no reducimos la contaminación microplástica, las concentraciones en los alimentos aumentarán y podrían llegar a niveles dañinos para la salud.
Plásticos en otros alimentos
El profesor Karami está de acuerdo en que incluso una cantidad mayor de partículas microplástica –atendiendo a los datos globales de consumo de sal- es poco probable que cause efectos significativos en la salud. Pero advierte de que la sal del mar no es la única fuente de microplásticos en nuestra dieta. Pequeñas dosis de múltiples fuentes podrían sumarse a esta.Se ha detectado presencia de plásticos en almejas, mejillones, peces y, de forma inesperada, en miel y cerveza. Por lo tanto, el consumo a largo plazo de diversos productos que contienen estos contaminante podría llegar a ser preocupante. Y no deja de ser alarmante que esté llegando a nuestra mesa la basura plástica que lanzamos a los océanos.
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